Capítulo 1 - Bienvenida a la Universidad

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En una soleada mañana de primavera, Becky Armstrong caminaba por el bullicioso centro de la ciudad.

Con su cabello castaño ondeando ligeramente al viento y sus gafas de sol reflejando los destellos del sol, era una figura que irradiaba confianza y determinación.

Becky, una abogada de éxito con un historial impecable en los tribunales, había dedicado su vida a la defensa de los derechos de los demás, una pasión que la impulsaba cada día.

Ese día, sin embargo, algo en el aire parecía diferente.

La ciudad zumbaba con una energía especial, como si el destino estuviera tejiendo hilos invisibles que pronto unirían caminos de manera inesperada.

Mientras tanto, en una elegante galería de libros al otro lado de la ciudad, Freen Sarocha, una reconocida escritora, estaba ocupada preparando la inauguración de su último libro.

Freen había capturado los corazones de sus lectores con sus historias profundas y su prosa poética.

Su galería de libros no solo era un lugar para vender sus novelas y las de otros autores, sino también un espacio para encuentros literarios y exposiciones que celebraban la palabra escrita en todas sus formas.

Aunque separadas por kilómetros de ajetreo urbano, las vidas de Becky y Freen estaban destinadas a cruzarse de una manera que cambiaría el curso de ambas para siempre.

Más tarde esa tarde, el destino jugó su carta cuando las hijas de ambas, Sun y Ongsa, se encontraron por casualidad en la universidad local.

El sol brillaba con intensidad sobre el campus universitario, donde estudiantes emocionados y nerviosos se mezclaban en una marea de expectativas y nuevas oportunidades.
Entre ellos, dos jóvenes destacaban por su energía vibrante y su aire de determinación.

Sun Armstrong caminaba con paso firme, su mochila cargada de libros y su mente llena de expectativas.
Con dieciocho años, acababa de comenzar su primer año en la universidad, decidida a seguir los pasos de su madre, Becky Armstrong.

Sun había heredado de ella no solo su inteligencia aguda y su habilidad para argumentar, sino también su pasión por la justicia y el derecho.

Mientras tanto, no muy lejos de donde Sun avanzaba con determinación, Ongsa Sarocha se abría camino entre la multitud con una gracia natural y una sonrisa que iluminaba su rostro.

Hija de Freen Sarocha, Ongsa estaba igualmente entusiasmada por comenzar este nuevo capítulo en su vida.
A sus diecinueve años, había heredado de su madre no solo su amor por la literatura y las artes, sino también una habilidad innata para capturar historias con palabras.

El destino, que a menudo tiene un sentido del humor peculiar, decidió que el primer encuentro de Sun y Ongsa sería en la sección de libros de la biblioteca universitaria.

Sun estaba buscando un libro de derecho constitucional cuando su mirada se cruzó con la de Ongsa, que hojeaba con curiosidad una colección de poemas contemporáneos.

- Disculpa, ¿necesitas ayuda con eso? — preguntó Sun, rompiendo el hielo con una sonrisa amistosa.

Ongsa levantó la mirada, sorprendida por la amabilidad genuina en la voz de Sun.
Una chispa de interés brilló en sus ojos mientras respondía:

- Oh, gracias. Estoy buscando algo para inspirarme. ¿Estudias derecho?

Sun asintió, sintiéndose aliviada por haber encontrado un tema de conversación.

Pronto, ambas jóvenes se encontraron inmersas en una animada charla sobre sus respectivas carreras y sus pasiones.

- Mi mamá tiene un salón de exposición de libros en la ciudad. — compartió Ongsa.

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