Stay With Me

Capítulo 22: Hogar, dulce hogar

El avión tocó tierra inhalando el aroma a hogar, y todos descendieron de la nave, exhaustos pero satisfechos con el fin de semana que habían disfrutado en familia.

Becky y Freen, aún envueltas en la calidez de su amor, se tomaron de las manos mientras caminaban por el pasillo del aeropuerto, esperando recoger su equipaje y regresar a casa.
Acto seguido por lo padres de estas, Sun y Ongsa, y el grupo de amigas.

- No quisiera regresar a la rutina, después de tenerte todo el tiempo a mi lado. – dijo Becky, mientras tomaba la mano de Freen con cariño.

- Extrañaré dormir y despertar a tu lado llenándonos de amor. – Freen, haciendo pucheros. – Pero Lo que importa es que estamos juntas, y eso hace que sea más fácil de sobrellevar esas noches que no podamos estar juntas como este fin de semana. – respondió Freen, sonriendo.

Nam, Faye, Jane, Sun y Ongsa estaban igualmente entusiasmadas por volver a sus vidas cotidianas, pero el recuerdo de las memorias compartidas seguía fresco en sus mentes.

- Me encantaría compartir más con ustedes. Son realmente divertidas e increíbles. – comentó Jane, con un brillo en los ojos.

Puesto que su vida era un poco solitaria después de su separación con Becky hace tiempo atrás, vivía tranquila. Pero por su mente se cruzaba la idea de encontrar a alguien algún día que le haga compañía.
Ya sea de manera amorosa, o amistosa.

- Tú también eres increíble, Jane. Ojalá podamos vernos más seguido. – exclamó Faye, que estaba más que renovada después del viaje. – Aunque, podemos vernos este fin de semana e ir por un café. – finalizó Faye.

Cada uno, al llegar a sus hogares, desempacar y organizar sus pertenencias.

Becky junto a su hija Sun, llenas de felicidad, cenaban alegremente en el sofá mientras veían una película.

Mientras tanto, por otro lado, Freen junto a su hija Ongsa, quienes estaban vestidas cómodamente, estaban en la cocina preparando la cena entre risas y música de fondo.

Ya comenzaban a extrañar la compañía de sus amores a su lado.

- Hija, ¿puedo hablar algo contigo? – preguntó Becky a Sun, que estaba concentrada en la tele.

- Claro mamá. ¿Pasa algo? – Sun, pausando la película, dándole toda su atención a su madre.

- Quisiera que Freen se mude conmigo. – los ojos de Sun se abrieron en sorpresa. – Verás, este fin de semana que pude tenerla conmigo cada segundo y cómo afrontamos cada obstáculo juntas, solo deseo tenerla a mi lado. – Sun sonrió tiernamente. – Incluso, ya la extraño. Y mucho.

- Me alegra mucho escucharte así, mamá. Pero no sé qué esperas que yo te diga. ¿Qué esté de acuerdo? Siempre voy a estar de acuerdo si se trata de tu felicidad. Y Freen te hace feliz, entonces, ¿por qué no? – Sun, con suavidad en su voz.

- Sé que siempre estarás de acuerdo, mi vida. Pero lo que quiero y necesito, es que me ayudes a prepararle una sorpresa para pedírselo. – Sun ríe, burlándose un poco. – Hija, por favor. – Becky toma de las manos a su hija. – Tú tienes ideas increíbles. Y por mucho que lo piense, no se me ocurre nada todavía. El pensar en los casos que tengo por resolver y la pila de documentos que tengo en la oficina, no me dejan pensar con calma. ¿Me ayudarás?

- Por supuesto que sí, mamá. Hablaré con Ongsa para que me ayude, ¿te parece bien?

Freen, que estaba extrañando a Becky de igual manera, decidió llamarla luego de cenar. Y una vez en su habitación, después de una ducha caliente, tomó su teléfono y llamó.