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Narrador Isael Ferri

20 de abril •

Estaba atento mirando el pizarrón, escuchando y escribiendo lo que decía la profesora de inglés, cuando de un momento a otro empecé a escuchar aplausos y silbidos. Yo, al no entender que pasaba, giro mi cabeza hacia la entrada, viendo a Giay sonriendo y sentándose en el fondo con sus amigos. Deduje que eso fue para felicitarlo por su debut.

Felicidades por lograr uno de tus mayores sueños, Giay Dice la profesora.

Él no le dijo nada, solo le sonrió y volvió a hablar con sus amigos, lo más probable cosas relacionadas a su partido, creyéndose la estrella... Siento envidia.

Era la noticia del colegio, para no decir la locura de las chicas con sueño de ser novias de un futbolista, algunos chicos se apuntan a esa lista, yo no, para futbolistas tengo a mis primos.

Me parece bien, se te sube demasiado el ego al ser deseado por todas, yo me creería el mejor de todos. No lo culpo, cualquiera se le sube los humos a la cabeza así.

Las clases eran interrumpidas a cada rato, todos querían una foto con Giay, quieren figurar un poco, presumir que son sus compañeros de curso. La profesora, harta de no poder explicar a los que realmente querían, yo no, no me gusta inglés, golpea repetidas veces la pizarra con la tiza, callando al curso.

Empieza a retarlos, diciendo que en otro momento pueden sacarse fotos, ahora no, está haciendo su trabajo. En cualquier momento renuncia, ya lo hizo la de física, pobrecita.

No veo la hora de cambiarme de curso, sería paz mental para mi. Extrañaría a unos pocos, Erik, Alba, Zöe... Y Agustín, es bastante pelotudo, y eso me saca una sonrisa. Odio admitirlo, pero es un buen amigo.

Yo lo considero amigo, no sé si él me ve así, capaz que me ve como su objeto para las tareas, cosa que no me molesta, porque lo permito, me gusta ayudar. Alba me dijo que deje de hacerle la vida escolar muy fácil, o que me dé algo de agradecimiento. Lo pensé.

Plata, que me dé plata, así me voy de una buena vez.
No, eso no. ¿Algo dulce?, ¿Salado?... Tantas opciones, sólo falta que acepte la propuesta.

Los minutos no pasaban, se hacía todo lento con esta profe, siempre da esa sensación. Si no fuesen por las galletitas de Alba, este cuerpo no resistía la mañana, la amo.

Como si de un milagro se tratase, el timbre del primer recreo sonó, terminando con inglés, con esta materia fea, haciendo que todos salgan del aula, no quieren verle la cara ni en pintura. Yo no salí, no hay muchas cosas para hacer, es ridículo caminar en círculos para hablar, tampoco me molesta que lo hagan, opinión mía.

Veía por mi celular que materia tocaba después de los 10 minutos de receso, historia, una hora, seguro entregará las notas, a no ser que se olvidó y no haya corregido la mayoría de trabajos, puede suceder.

𝑇𝐸 𝑂𝐷𝐼𝑂 ☔︎ 𝐴𝐺𝑈𝑆𝑇𝐼𝑁 𝐺𝐼𝐴𝑌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora