Capitulo.-20. Una Tentación Que No Podía Evitar

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Scarlet no dejaba de besarlo, era apasionada y comenzaba a meter sus manos bajo la playera de Jk y acariciaba suavemente sus músculos, llegando a sus pectorales se detuvo para sentirlos aún más a detalle. Eran firmes y tan grandes que no cabían en sus manos, no podía evitar sonreír aún cuando estaba besándolo.

Jk fue algo brusco y la apartó de él, su mirada estaba distante y aún no sabía lo que había hecho.

—¿Por qué no quieres estar conmigo?

—No, aún estas convaleciente y no quiero lastimarte.

—Te odio._Dijo molesta y con su cara haciendo puchero.

—Lo siento pero no podemos.

—Dije que tenías prohibido negarme cosas en cuestión de sexo.-Lo miraba molesta.

—No vas a convencerme así que no hagas berrinches..

Scarlet no dijo más y se fue a la habitación, se tiró en la cama y comenzó a llorar como una niña chiquita que no le habían dado algo que tanto quería, no quería saber nada de él, tenía sentimientos encontrados porque no podía creer que algo como el sexo fuera tan indispensable para ella, era una tentación que no podía evitar y el punto más débil que tenía, no quería perder a Jk  por algo como eso.

Ese día no salió de la habitación para nada, no tenia ganas de comer o de hacer nada, se quedó en la cama todo el día, en momentos dormía y en otros solo se quedaba despierta pensando lo que había pasado, vio pasar la luz de atardecer hasta que llego la noche y ya muy tarde Jk se fue a la habitación, estaba sentado del otro lado de la cama, esperando a que ella se acercara.

Ella solo tomo una almohada, una manta pequeña y salio de la habitación sin decir más, ni siquiera volteo a mirarlo, estaba castigandolo con un poco de desprecio para que aprendiera a no negarle nada. Se recostó en el sofá, se tapo ligeramente con la manta, intento volver a conciliar el sueño.

Tenía los ojos cerrados y aún cuando estaba lejos de la habitación lograba percibir el Perfume de Jk como si lo tuviera a un lado de ella, olía a fresco, a cítricos y con unas cuantas notas a vainilla, era un perfume que no podía olvidar, era delicioso pensar en el, es que era evidente que él la había seguido, tenía que arreglar lo que había pasado y sabía cómo hacerlo.

Jk comenzó a quitar la manta, ella no abría los ojos pensando que era un sueño, el continuaba con lo suyo, aventó la manta y después comenzó a quitar su pijama, la dejo en ropa interior, traía un conjunto color vino, resaltaba en su piel morena, el encaje la hacía lucir aún más espectacular de lo que ya era, Jk se mordía los labios de verla así, tenía que probar su cuerpo nuevamente, sentir su delicada piel.

—¿Quieres que te haga el amor?

—No.-Respondió ella muy molesta.

—No seas una niña caprichosa.

—No quiero, ya no quiero estar contigo.

—Lo siento berrinchuda, pero voy a demostrarte que si quieres.

—No quiero.- Intento quitarse.

Jeon fue más rápido, se puso sobre ella, con su mano derecha sujeto sus dos manos lavantandolas hasta que quedaban en el posabrazos y ella quedó totalmente sometida. Aún así ella se negaba a seder y ni siquiera abría los ojos.

—Berrinchuda, anda di lo que quieras.

—Nada, está noche no voy a ceder a tus encantos.

Jeon soltó una risa.

Comenzó a tocar por encima de su ropa interior, ella negaba sentir algo, pero sus gestos y su cuerpo decía lo contrario. Sus largos y delgados dedos acariciaban sutilmente por el cuello, los pechos y el abdomen de Scarlet, comenzó a estremecerse y su piel estaba completamente erizada.

—Recuerdas a nuestra amiga.

Scarlet volvió a escuchar esa vibración, era esa cosita que JK había utilizado antes, que la volvía tan sensible, que la tenía encantada. Jk la puso sobre sus pechos, encima de la ropa la vibración se sentía un poco menos, pudo resistir hasta que JK lo noto.

—Tamposa, si no sientes no vale la pena.

Quitó su strapless y lo aventó lejos de sofá, comenzó a pasar el vibrador por su cuello, el cosquilleo la hizo arquear la espalda de inmediato, bajo el vibrador hasta llegar a la areola de su pecho, al sentirlo de inmediato se erectaron, toda su piel al rededor se puso chinita.

—Ya estás lista bonita, haré que recuerdes para siempre está noche.

Jk jugó un rato con el vibrador en sus pechos, para después bajar lentamente por su abdomen hasta llegar a su zona intima, con su incomparable fuerza rompió sus panties para facilitar el trabajo, puso el vibrador a la máxima potencia lo humedeció un poco con su boca y lo introdujo en la zona intima de Scarlet, no pudo evitar gemir, sin abrír los ojos seguia negándose a sentir tanto placer. Jk no se quedaría tranquilo con eso, comenzó a acariciar con su dedos el clítoris de Scarlet, de inmediato su placer aumento, sus gemidos ya no se detenían y Jk también lo disfrutaba.

Al fin la soltó y ella no se trató de resistir más, bajo la cabeza hasta sus piernas y comenzó pasar su lengua por todo su clítoris, cada vez estaba más húmeda, no había pasado nada aún un Scarlet estaba a nada de terminar, sus gemidos eran cada vez más y más frecuentes, estaba muy sensible, el vibrador seguía dentro de ella y jk ayudaba a que su placer llegará al máximo, estaba ayudándole a terminar sin que el tuviera que intervenir demasiado.

—Hazlo.-Pidio Scarlet entre jadeos.

—¿Que?

—Dejame sentirte, quiero que estés dentro de mi.

—No abras los ojos y lo hare.

Scarlet no dijo nada, pero podía escuchar como se quitaba la ropa, cada uno de sus sentidos estaba alerta a todo.

No paso mucho, cudo jk la tomo, como una muñeca de trapo la movió a su voluntad, la cambio de posición y la puso en 4.

—¿Me dejas intentar algo ?

—Lo que  quieras kook.

Comenzó a estimular con sus dedos húmedos más arriba de su vagina, de tal forma que esa zona comenzó a dilatarse más y más, Jk introdujo poco a poco su miembro, al principio le costo trabajo y no quería lastimarla, así que iba lentamente intoduciendolo hasta que logro meterlo casi por completo, comenzó a mover su cadera de adelante a atrás, lo único que se escuchaba en la habitación eran los gemidos de placer de ambos. Jk estaba más excitado de lo normal, esa zona en específico era más apretada y hacia ciertas contracciones que lo hacían sentir más y más placer, además el vibrador les daba un plus  a ambos. No podían detenerse. Pasaron más de una hora en esa sola posición hasta que ambos terminaron, exhaustos, sudando y más satisfechos.

Se quedaron completamente desnudos en el sofá, abrazados hasta quedarse dormidos.

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