𝐂𝐨𝐚𝐥 𝐃𝐢𝐠𝐠𝐞𝐫

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Una mañana normal para los Vannucci era una verdadera locura desde temprano. Lorenzo, Maddie y sus seis hijos estaban corriendo por la casa como pollos sin cabeza. El reloj marcaba las 7:45 AM y la escuela comenzaba a las 8:00 AM, pero todavía estaban en pijamas y no habían desayunado.

Lorenzo, con una camisa desabotonada y un zapato en cada mano, intentaba despertar a Francesco, que se aferraba a su almohada y se negaba a levantarse. 

- ¡Vamos, Francesco, es hora de ir a la escuela! - exclamó el papá con tono urgente mientras trataba de vestirlo a la fuerza.

Mientras tanto, Maddie estaba tratando de peinar a Elettra, que se negaba rotundamente a dejar que le hicieran una coleta. 

- ¡Mamá, no quiero coleta! - protestaba la niña, agitando sus brazos mientras la mamá luchaba con el cepillo.

En otra esquina de la casa, los tres hermanos mayores estaban peleando por el baño. 

- ¡No es justo, yo debería ir primero! - gritaba el Alessandro, intentando empujar a Blake fuera del camino.

- ¡Deja de empujarme, Alessandro, no soy una lata de sardinas!", respondió Blake, resistiéndose con todas sus fuerzas.

Drake, viendo la confusión, decidió vestirse solo y eligió una camiseta de superhéroes que no combinaba con sus pantalones cortos deportivos. 

- ¡Vamos chicos, tenemos que irnos ya! - Gritaba desde la puerta, completamente ajeno al desastre de moda que llevaba.

Finalmente, con un último esfuerzo y algunos gritos más, lograron subir todos al auto. Maddie aún llevaba un cepillo en la mano y Lorenzo tenía un zapato desamarrado, pero estaban en camino. Mientras se alejaban de la casa, Lorenzo miró a su esposa con una sonrisa cansada y dijo

- Bueno, al menos no nos olvidamos de ninguno en casa esta vez

El trayecto hacia la escuela fue una mezcla de risas y suspiros de alivio. Aunque llegaron justo a tiempo para la campana de inicio, todos estaban exhaustos pero felices de haber superado juntos otro primer día de clases caóticas en la familia Vannucci.

Ya en el colegio Elettra caminaba por el pasillo de la escuela, absorta en sus pensamientos. De repente, giró una esquina y se chocó de frente con un niño que no conocía. El golpe fue lo suficientemente fuerte como para hacerle soltar su cuaderno, que cayó al suelo con un golpe sordo.caminaba apresurada por el pasillo de la escuela, su mente enfocada en la próxima prueba de matemáticas. Sabía que debía obtener la mejor calificación, no solo por su propio orgullo, sino para superar a Liam. Desde que llego hace dos años, cada examen, cada proyecto y cada competencia se había convertido en una batalla entre ellos.

Liam, por su parte, salía de la biblioteca con una pila de libros en los brazos. Él también estaba decidido a mantener su posición de mejor estudiante. Al doblar la esquina, ambos se encontraron de golpe, los libros de Liam cayeron al suelo y los papeles de Elettra se esparcieron por todas partes.

"¡Mira por dónde vas!" exclamó Elettra, agachándose rápidamente para recoger sus papeles.

"Tú deberías tener más cuidado," replicó Liam mientras recogía sus libros. "Es obvio que no estabas prestando atención."

Ambos se miraron con desdén. Bueno, el día paso y llego la clase que más estaba esperando Italiano, llego un poco tarde y le toco sentarse con Liam.

Durante la clase de italiano, la profesora Lombardi les pidió que leyeran en voz alta un pasaje de "La Divina Comedia". Liam empezó a leer, pero cometió un error en la pronunciación de una palabra.

"Es 'ciel' no 'ceil'," corrigió Elettra con firmeza desde su asiento.

Liam se sonrojó ligeramente, pero continuó leyendo. Al terminar la clase, salió rápidamente, encontrándose con sus amigos en el pasillo.

𝕸𝖔𝖉𝖊𝖗𝖓 𝕱𝖆𝖒𝖎𝖑𝖞Where stories live. Discover now