𝐀𝐢𝐫𝐩𝐨𝐫𝐭 𝟐𝟎𝟏𝟎

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A Elettra le emocionaba ir a Hawái, nunca había ido y le fascina la idea de ir y en especial porque hoy era el cumpleaños de su abuelo.

La casa de Maddie y Lorenzo estaba en un estado de caos total mientras intentaban organizar a su numerosa familia para llegar al aeropuerto a tiempo para su vuelo y sorprender al mayor de la familia. Anoche Emily se quedo a dormir en la casa ya que gloria la invito al viaje.

Maddie corría de un lado a otro con una lista interminable en la mano, gritando los nombres de los chicos para asegurarse de que estuvieran listos.

Lorenzo estaba en la cocina buscando frenéticamente las llaves del auto, mientras Alessandro y Blake discutían sobre quién debería llevar el equipaje más grande.

Alessandro estaba empacando apresuradamente mientras Blake corría de un lado a otro buscando su chaqueta, que había dejado en la casa de un amigo la semana pasada.

—¡Mamá, no puedo encontrar mi chaqueta! ¡Necesito mi chaqueta para el vuelo! —gritaba Blake desde su habitación, frustrado.

Charles estaba en su habitación empacando juguetes y videojuegos, mientras que Drake corría por la casa con su mochila abierta, tratando de meter todas sus pertenencias dentro.

—¡Charles, ¿puedo llevar mi dinosaurio?! ¡Lo prometo, no ocupará mucho espacio! —decía Drake, con los ojos brillantes.

Elettra y Emily estaban en la habitación de la pelirroja con Francesco tratando de decidir qué juguetes llevarían en el viaje. Francesco estaba en el suelo llorando porque no encontraba su osito de peluche favorito.

—¡Chicas, ¿dónde está mi osito?! ¡No podemos irnos sin mi osito! —sollozaba Francesco, con lágrimas en los ojos.

—¡Tranquilo, Francesco, lo encontraremos! ¡Solo necesitamos empacar rápido! —exclamaba Elettra, tratando de calmar a su hermano menor mientras Emily buscaban desesperadamente el osito.

Maddie entró corriendo, todavía buscando las llaves del auto y revisando su lista de verificación para asegurarse de que no olvidaran nada crucial.

—¡Lorenzo, ¿dónde dejaste las llaves?! ¡No las encuentro en ningún lado! —exclamaba Maddie, cada vez más agitada por el reloj que no dejaba de avanzar.

Lorenzo finalmente encontró las llaves del auto en la mesa del comedor, solo para darse cuenta de que faltaban varias maletas y que algunos niños todavía estaban discutiendo sobre qué juguetes llevar.

—¡Chicos, apúrense con las maletas! ¡Ya deberíamos estar en el auto! —gritaba Lorenzo, intentando mantener la calma mientras ayudaba a cargar las maletas en el maletero.

Con todos reunidos en la entrada, más o menos listos para partir, Maddie hacía una última revisión rápida mientras los niños se apuraban para subir al auto.

—¿Todos tienen sus cosas? ¿Documentos, juguetes, todo? —preguntaba Maddie, intentando asegurarse de que no se olvidara nada.

Lorenzo miró el reloj y se dio cuenta de que estaban a punto de perder su vuelo si no se apuraban.

—¡Vamos, chicos, al auto! ¡Tenemos que irnos ahora mismo! —exclamaba Lorenzo, abriendo las puertas del auto y ayudando a los niños a subir.

Con todos finalmente instalados en el auto, Lorenzo respiró hondo y arrancó el motor.

—¡Próxima parada, aeropuerto! —exclamó Lorenzo, tratando de inyectar algo de entusiasmo en la situación.

Pero el caos no terminó ahí. En el camino hacia el aeropuerto, se encontraron con tráfico intenso y una construcción que desviaba el tránsito. Maddie miraba ansiosamente por la ventana, mientras los niños comenzaban a impacientarse en el asiento trasero.

𝕸𝖔𝖉𝖊𝖗𝖓 𝕱𝖆𝖒𝖎𝖑𝖞Where stories live. Discover now