En el cielo, bajo un manto de estrellas resplandecientes, un hombre de imponente estatura se recostaba sobre el suelo herboso del paraíso. Su mirada se dirigía hacia arriba, contemplando la magnificencia del lugar. Los ojos amarillentos de Adam reflejaban el brillo perpetuo del cielo, un fenómeno que hacía que incluso la noche más oscura estuviera siempre iluminada.
Sentado sobre la suave vegetación, Adam exhaló un suspiro de alivio y se permitió un momento de relajación. La paz que sentía en ese instante era rara, una pausa en la interminable vorágine de responsabilidades que pesaban sobre sus hombros.
De repente, una voz aguda rompió el silencio de la noche.
-¡Adam, dónde mierda estás! ¡Tenemos una reunión, ven aquí de inmediato!
La interrupción molestó profundamente a Adam. Se levantó con pereza, sintiendo cómo su calma era reemplazada por una creciente irritación.
-¡Ay, perra! -gritó de vuelta-. ¡Estaba tan calmado, podrías dejar de gritar, carajo!
A lo lejos, la figura de Lute se hizo visible, con los brazos en jarras y una expresión de exasperación en el rostro.
-¡Qué esperas! -replicó Lute, con su voz cargada de impaciencia-. ¡Has estado sentado ahí toda la tarde, la reunión está a punto de comenzar!
Adam se golpeó la frente, recordando de repente el compromiso que había olvidado por completo.
-¡Mierda, lo olvidaba! -murmuró para sí mismo antes de levantar la voz-. ¡En un rato subo, tetitas!
Lute resopló, cruzando los brazos con un aire de desaprobación.
-¡Es Lute, señor! -corrigió, su tono firme y serio.
-Lo que sea tetitas, ahora déjame en paz un momento -dijo Adam en un tono juguetón.
-Ash, no puede ser que tenga que regresar nuevamente a ese basurero solo por un simple capricho de su majestad -dijo Adam en un tono burlón, levantándose con desgana.
Con una última mirada al cielo, Adam comenzó a caminar hacia el local donde ya esperaban las dos serafínes. Cada paso que daba resonaba en la quietud de la noche, aumentando la tensión y el suspenso del momento. El aire se sentía cargado de una anticipación incómoda, como si el ambiente mismo supiera que algo importante estaba por suceder.
Al entrar, fue recibido por miradas severas. Sera, con una expresión de disgusto que rápidamente se transformó en enojo, lo encaró.
-¿Dónde estabas, Adam? La reunión ¡era hace una hora!
-Eh, digamos que estaba ocupado -respondió Adam con desdén, encogiéndose de hombros.
Sera levantó una ceja en señal de desaprobación.
-Mira, Adam, no voy a discutir contigo ahora. Tenemos asuntos importantes que resolver, ¿lo sabes, no?
-Sí, lo sé -dijo Adam flojamente-. El payaso quiere que venga a su circo de fenómenos, ¿verdad?
Sera suspiró, tratando de mantener la compostura.
-Bueno, en parte tienes razón, pero al menos no verás a Lucifer. Me comuniqué con él y dijo que vendría su hija en vez de él.
Adam la miró incrédulo, con su irritación aumentando.
-¿Bromeas? No tengo tiempo para estar escuchando a esa mocosa.
Lute intervino, con su voz más suave pero con un tono de advertencia.
-Adam, esto es serio. La hija de Lucifer tiene información crucial que necesitamos. No es una opción ignorarla.
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Discordia de tres corazones | Adamxharem
Romance"Tres chicas enamoradas del mismo hombre."