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Varias veces había visto al moreno escribir en una libreta que llevaba consigo a todos lados

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Varias veces había visto al moreno escribir en una libreta que llevaba consigo a todos lados. La libreta no era muy grande, de tapa dura negra y tenía como decoración algunos stickers. A Cheng le fastidiaba que Dre le causará tanta curiosidad, es más, ya ni sabía en realidad por qué se encontraba en el aula vacía mientras todos estaban en hora de descanso.

¡El debería estar riendo y jugando con sus amigos! No seguir pensando en sí tomar esa libreta o mejor irse.

Vió una vez más afuera del aula, asegurándose de que los pasillos estuviesen totalmente desolados, y una adrenalina le recorrió el cuerpo cuando se dió cuenta que era la oportunidad perfecta para correr a la mochila de Dre, tomar la libreta, e irla a guardar a su propio bolso en el salón siguiente. Lo hizo. Todo su plan ya estaba completo.

De todas maneras si Dre descubría que su libreta no estaba en su mochila era demasiado tímido como para formar un escándalo, Cheng solo necesitaría un día para ver de que se trataba aquel objeto tan precioso para el moreno y luego la devolvería sin que se diera cuenta. Todo estaba fríamente calculado.

Luego de la última clase del día Cheng no esperó más para salir prácticamente corriendo a su casa, dejando a sus amigos detrás. Dentro de su hogar, se retiró los zapatos sustituyendolos por unas pantuflas y fué directo al baño a tomar una ducha rápida para tener más tiempo luego. Su mamá ya le tenía una cena preparada en la mesa de la cocina antes de retirarse a visitar a sus amigas dejando a Cheng solo en su casa, pero claro que esto no le molestaba.

Tendría más concentración.

Entró a su habitación al terminarse la comida, se sentía su estómago satisfecho y lleno, por lo que se tomó una pausa para reposar. Obviamente que esa pausa se trataba de jugar videojuegos en su consola.

—¡Ah! —lanzó una queja frustrado— Que nivel tan estúpidamente difícil, ¿quién carajos lo inventó?

Dejó el mando de la consola a un lado para tirarse con comodidad sobre su cama, resopló tratando de aliviar su frustración, pero se acordó de algo mucho más importante y que le devolvió la adrenalina a su cuerpo. Esa libreta de Dre.

Sin bajar de su cama estiró su brazo para alcanzar la mochila que yacia en el suelo de su habitación no muy lejos de la cama. Una vez la tomó, sacó la libreta dejando la mochila de nuevo en el suelo sin importarle mucho realmente.

—Veamos que ofreces, americano.

Abrió la libreta en la primera página. Lo primero que vió fué un grafiti que decía "Diario de Dre Parker"

—Es el diario de Parker —dijo para nadie con una sonrisa incrédula en el rostro.

Creyó que tal vez encontraría garabatos, dibujos, tal vez hasta canciones, el moreno tenía pinta de rapear o componer letras. En realidad se esperaba varias cosas, todo menos un diario.

Se debatió en sí leer o no su contenido, después de todo una parte de él se mantenía fiel hacia el respeto y privacidad de las personas, pero vamos. Era el moreno americano. Su piedra en el zapato. El color chillón molesto de su historia blanco y negro. La curiosidad era más.

Pasó a la segunda página, teniendo por fecha la misma a la que había llegado a China, y eso Cheng lo sabía porque también había sido la primera vez que lo vió en el parque.

Sería una larga y entretenida noche.

DIARIO | DRENGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora