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Cómo lo había pensado, sólo le tomó esa misma noche saber de que se trataba esa libreta, pero seguramente le tomaría más que semanas para dejar de sentirse extraño luego de leer hasta la última hoja de ella

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Cómo lo había pensado, sólo le tomó esa misma noche saber de que se trataba esa libreta, pero seguramente le tomaría más que semanas para dejar de sentirse extraño luego de leer hasta la última hoja de ella.

Simplemente no sabía cómo actuar. Tal vez él hubiese preferido no saber nada de lo que ahora sabe, pero también le confundía el hecho de que no se arrepentía, era sumamente extraño.

Evito sin éxito no tropezarse con un desnivel en el suelo de uno de los pasillos del colegio, más específicos, el pasillo que dirigía a los salones de cuarto de secundaria. Entró al salón de Dre ubicando su asiento para así dejar la libreta nuevamente en su bolso como si nada hubiese pasado. Claro que muchas cosas si habían pasado.

Ya eran más de la media noche y Cheng aún seguía leyendo con interés el diario de Dre. Había descubierto muchas cosas de él que terminaron por simpatizarlo, le gustaba como pensaba de ciertos temas o como era su punto de vista, aunque claramente estaba mal lo que hacía tenía el sentimiento de estar leyendo una novela juvenil de algun chico extranjero y sus vivencias. En algunas hojas mencionaba a Meiying, y no pasó por alto que en algunas de esas la describía como alguien linda con bonitos sentimientos.

—¿Qué acaso te gusta, Parker? —Cheng no lo notó por estar centrado en la lectura, pero su ceño estaba fruncido.

Hojas más adelante las descripciones de Meiying eran más cortas o más amigables, más nulas, hasta que ya no hubo ninguna mención de la asiática, pero apareció un pronombre nuevo en una oración inusual.

"Tal vez esté loco, pero hoy se ve diferente, tal vez más bonito. Me gusta"

Sus cejas se arquearon en confusión, ¿Lo habrá escrito mal y no se dió cuenta? Pasó a la siguiente página dejando de tomarle tanta importancia. Pero se encontró con el mismo pronombre.

"A veces es detestable, su actitud, su arrogancia... Pero cuando no pierde el tiempo siendo un idiota empiezan a resaltar lo tierno de sus facciones. Cuando no hay nadie a su alrededor la paz parece gobernarlo. Sus ojos se vuelven mas brillantes y redondos pero sin dejar de ser rasgados al mismo tiempo, sus labios dejan la odiosa sonrisa de burla para entrar en la serenidad, siendo rosados en un estado natural que a veces toma brillo por su extraña costumbre de lamerlos en cualquier ocasión."

No podría ya ser una equivocación.

¿A Dre Parker le gustaban los niños?

Fuera de pensar en que esto podría llegar a ser material de burla, su segunda duda y la que ahora sería su prioridad era descubrir de quién estaba hablando. Qué persona estaba haciendo pensar de esa manera al americano.

Pensó que la última página ya la había leído, pero no, en realidad era la penúltima. Rápidamente pasó la hoja tomando una posición más cómoda sobre la cama ya que la anterior comenzaba a entumecerle las piernas de tenerlas flexionadas. La fecha señalaba que había sido escrita unos dos días atrás, mientras que la penúltima era de hace cuatro semanas

"Quisiera que fuese mentira decir que no me gustas, pero no es así. Me intrigas tú, tu manera de hacer todo lo que haces, me intriga tu manera de pensar, la cual probablemente jamás llegue a entender porque nunca compartirás eso conmigo. Me gustaría saber tu sabor favorito de helado, o tu película favorita. He imaginado que en algún momento de algún tiempo seas cercano a mí y pueda tener la posibilidad de decirte que me atraes más de lo correcto.

Pero eres tú. Tú jamás te fijarias en mí y no es por menospreciarme, sé que podría ser la mejor persona para ti. Estando a mi lado siempre tendrías a alguien orgulloso de tí, que te apoyaría en cada torneo y competencia, aunque no ganaras jamás cambiaría mi pensamiento de que eres el mejor y mereces todo porque se cuánto te esfuerzas aún no sintiéndote bien.

Cheng, eres suficiente. Eres lo mejor que he podido descubrir porque aunque no me digas nada, tu silencio es tan ruidoso que me he dado cuenta de mucho. No me gusta tu máscara, la odio. Pero amo en secreto lo que hay debajo.

Déjame amarte, por favor, se que lo haría bien."

La cara del asiático se mantenía inexpresiva pero su corazón iba mucho más rápido de lo que pensaba. Su garganta estaba tan seca y cerrada que al tratar tragar aunque sea saliva, no pudo.

DIARIO | DRENGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora