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Cuando Tywin Lannister recuperó la conciencia, no estaba en el retiro de su torre ni tenía una flecha apuñalada justo encima de su inglés. Le parecía que el diablillo desagradecido lo había dejado vivir y lo había encerrado en algún lugar... en algún lugar que no fueran las mazmorras. Parecía estar en una habitación peculiar, las paredes estaban suavemente pintadas de un color que parecía al cielo. Yacía boca arriba, recién despertado. Después de darse cuenta de que en realidad no estaba confinado en una jaula ni con grilletes, lo primero que tuvo que hacer fue escapar antes de que regresara el diablillo.
Sobre él había una especie de cosas coloridas que colgaban y hacían ruidos. '¿Qué diablos hay en los siete infiernos?' Pensó, tratando de sentarse pero fallando. Fue entonces cuando notó como todo era el doble de grande que él.
Tywin intentó sentarse... y lo intentó una y otra vez hasta el punto de la frustración. Intentar levantarse fue probablemente la tarea más grande que jamás haya realizado. Puede que haya dejado escapar un gemido frustrado en el proceso, pero no quiere pensar en eso en absoluto. ¡Pero tuvo éxito! Tywin se apoyó contra la estructura de madera para sostenerse ya que sus dedos no parecían saber cómo agarrarse . Parecía que Tyrion había logrado enjaularlo, pero en una peculiar decisión, los barrotes de madera quedaron como estaba. Y, sin embargo, sus esfuerzos fueron en vano.
Lo intentó de nuevo, levantándose, tratando de pasar por encima de los barrotes. Y otra vez. ¡Envenenado! ¡Tyrion debe haberlo envenenado! Ese pequeño vil
Por lo general, su frustración se mantenía bajo su piel hasta que decididamente la dejaba salir, pero aparentemente, era demasiado para él soportar en este momento que realmente dejara escapar un grito agudo. ¡¿Qué clase de sonido en los siete infiernos acabo de hacer?!
Tywin no pudo oír que la puerta se abriera ni notó la figura pelirroja que se acercaba hasta que lo levantaron de su cuna. What-
"¡Está de pastel!" la mujer chilló de alegría. "James, ven aquí, oh, deja de llorar Harry, mamá está aquí", la mujer lo abrazó con fuerza y Tywin, por su vida, no tuvo la fuerza para alejarla.
¿Cómo se atreve esta muchacha a ponerle las manos encima?
Luego lo callaron y lo arrullaron y, finalmente, toda la ira pareció disiparse. Un joven de pelo tosco lo tomó en brazos. Tywin se quedó quieto en defensa mientras los dos gigantes lo rodeaban impotentes, pero luego supo que las dos parejas -supuso- no tenían malas intenciones con él.
