El ángel que nos unió unió.

El Ángel Que nos Unió. Cap. 20

El ángel que nos unió. Capítulo. 20. Candy andubo, de paralelo en el gran canal, unos metros hasta tomar una calle por el que estaba una calle más estrecha, por donde pasaba corriente de agua en las orillas de un canal más estrecho, repasaba mentalmente, la discusión que había tenido, con no terry deteniendose a reflexionar en un aspecto que la desesperaba. Como había sido tan descuidada de haber olvidado los pasaportes, como no se había acordado cuando le habían traído el equipaje, al palazzo de Terry, ¿en que estabas pensando candy se cuestiono?... No era de extrañar ya que tampoco los tenía con ella en el hotel. En Estados Unidos no se quedaban con los pasaportes de los huéspedes en recepción. Pero parecía que en Italia lo hacían. No le hubiera importado de no ser por el hecho, de que se los habían entregado a terry en vez de a ella, y que hubiera tenido la desfachatez de quedarse con ellos, terry sabía que no se iba a ir de Italia, sin Michael. La tenía atrapada y se vanagloriaba de ello. Candy dio una patada a un charco y voló el agua en todas direcciones empapandole las piernas. Quería marcharse de Venecia detestaba estar atrapada y que terry la hubiera obligado a trasladarse a su casa y le impidiera marcharse. La vista ha Venecia se había transformado en una pesadilla. ¿Cómo se le había ocurrido que podía manejar a terry? No quería casarse con él y vivir en Italia, pero no quería alejarse de Michael. Lo que deseaba era volver a casa con el bebé, con tratar una niñera, volver a trabajar, y ordenar su vida de algún modo, estaba cansada del estrés y del caos, y de las cosas que no sabía ni entendía. Cuando ANNIE se quedo enbarazada, la vida de CANDY también cambió ya que ella tuvo que atender al bebé. Y cuando murió, ANNIE tuvo que convertirse en su mamá del niño tarea que no le resultó fácil, ya que no había planeado ser madre hasta pasados unos años, al menos una década quería encargarse de su profesión, y en ahorrar para disponer de un ahorro, en caso de una emergencias. En caso de una emergencia, cuando alguien se pasaba la vida esforzándose y luchando, la idea de tener seguridad económica, resultaba, muy atractiva. No se le había ocurrido deja que alguien se ocupará de ella. Pues CANDY Le gustaba ser independiente. Económicamente y autosuficiencia. La idea de que alguien se ocupará de ella, y más económicamente, la ponía enferma. Quería ser una mujer fuerte y capas, y respetarse así misma, y a los hijos que tuviera, candy deabulo por las calles hasta llegar a la plaza san marcos, había tablones para caminar por ella, ya que estaba inundada. Se metió las manos a los bolsillos y miró donde pisaba. ¿Que iba hace? ¿Como podría proteger a Michael y apaciguar a terry? No iba a casarse con un hombre al que no quería, ni, desde luego con un hombre que tampoco la quisiera, CANDY tenía una serie de cualidades evidentes ;era leal trabajadora y decidida, pero, secretamente, era muy romántica. Deseaba. Un gran amor apasionado. Quería el final feliz del cuento. Llebava años esperando a alguien especial y extraordinario, y estaba dispuesta a seguir haciéndolo. Y ese alguien especial, tenía que amarla, no '' desearla''. A pesar de que deseara a TERRY  apesar de que deseara a TERRY DECARLOS , el deseo no era la respuesta, y se sentía avergonzada de reaccionar ante el contanta facilidad. Desde ese momento guardaría la distancia. Si no ponía distancia , TERRY terminaría llevándola a la cama, y arrebatadole la virginidad, y los últimos resto de respeto a si misma. Desde la ventana TERRY  vio a salir a CANDY  caminaba con la cabeza agachada, y con las manos en los bolsillos del abrigo. Al ver la calle qué tomaba, se preguntó si iría a la plaza de San marcos. Se apartó de la ventana y fue a ponerse unas botas de agua y un pesado abrigo. No sabía por que iba a buscarla, ya que al final ella no tendría más remedio que volver. Y el sabía que no dejaría a Michael. Estaba tan apegada a él como si fuera su madre, intentando proporcionarle la mejor vida posible. TERRY  lo sabía y no dudaba de sus intenciones. Ni de sus valores. Entendía lo que ella quería por que era lo mismo que el deseaba para el hijo de JULIO no podía llevar la vida que se merecía si tenía que dividirse entre seattle. Y Venecia, entre dos países y dos culturas, idiomas y costumbres y TERRY no estaba dispuesto a perder al niño. No podía sin pensar en JULIO y, apesar de que le doliera recordarlo, era mejor que el vacío del año anterior. TERRY  había llorado a su hermano durante meses. Los  seis meses anteriores, había hecho todo lo posible para evitar conocer a su sobrino, incapaz de soportar más ira y pesar. Y seguía estando furioso por que su hermano se hubiera negado a seguir uno de sus tratamientos experimentales qué podían haberle prolongado la vida. También seguía enfadado por que hubiera pasado el último año de su vida prácticamente en Estados Unidos, en vez de con su familia,  por que no tomo precauciones. Para no engrendrar un hijo, con una mujer superficial y ambiciosa, que solo se preocupara de si misma, se sentía desconcertado ante la conducta de su hermano, Y que era una persona  extremadamente brillante qué no usaba su inteligencia contra los demás, si no que la Utilizaba para animarlos a mejorar. TERRY lo admiraba no porque fuera perfecto, si por que intentaba ser bueno,. El pecho comenzó  a dolerle y cerró los puños. Había perdido a JULIO  pero mientras tibiera a Michael su sobrino en Casa estaría a salvo,. La marea alta había dejado prácticamente las calles vacías. Normalmente,  a TERRY le gustaba así Venecia, pero no podía disfrutar nada su vida hasta que su vida personal se equilibrara. No quería aparecer en los períodos por que era malo para los negocios que su vida personal fuera noticia. No se necesitaba gran cosa para que los inversionistas y los mercados internacionales, empezarán a inauietarse. Tenía que proteger a su sobrino y a todo y lo demás era secundario. El agua se hizo más profunda al acercarse a la plaza san marcos, los pies se le hundieron hasta el tobillo al entrar a la plaza. se subió a los tablones qué evitaban qué los turistas y los habitantes de la ciudad se mojaran, de repente se le ocurrió que era la primera vez que seguía a alguien desde la ruptura de su compromiso con ELISA ninguna mujer le había importado lo bastante como para ir tras ella. No creía que volviera a sentir emociones, pero la llegada de Michael lo había desetabilizado y CANDY lo estaba haciendo sentir de nuevo lo cual lo hacía sentir incómodo. Pero de momento no podía elegir. Solo unos cuantos cafés y tiendas estaban abiertos en la plaza. TERRY fue mirando uno en uno de ellos buscando a CANDY no estaba en ninguno así que salió. De la plaza dando vuelta a la esquina y vio un pequeño café que era el preferido de los veneciano qué se tomaban un café de pie y se iban, por lo que no solían ocupar las tres mesas, qué estaban al fondo, TERRY entro y CANDY estaba sentada en una de las tres mesas, pero no estaba tomando nada, tenía las manos en el regazo y la vista en un punto indeterminado. Parecía disgustada, perdida. TERRY saludo a los camareros al pasar y tomo una silla para sentarse frente a ella. CANDY alzó la vista y sus ojos refmejaban tristeza y desesperación. - ¿Que haces aquí? - Seguirte ¿por que no tengo pasaporte? Por lo que no puedo irme a ningún lado. Me tenias preocupado. Ella suspiro TERRY se sintió disgustado al verla tan frágil, sus amantes eran fuertes y no deseaban nada de él solo sexo y regalos, no hacía falta prestarles mucha atención ni, mucho menos ofrecerles ternura y protección. - soy más fuerte de lo que parece - afirmó ella, pero había lágrimas en su ojos y pareció cualquier cosa meno fuerte TERRY se dijo que la habría tratado mal y la había asustado. No le gusta hacer daño a los demás, sobretodo a las mujeres. Pero no tenía miedo de hacer lo que debía de hacer lo que debía hacer. Si se casaba con CANDY, Michael se quedaría en Venecia. Sería como firmar un contrato.