nutria I

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El pequeño argentino estaba encerrado en su habitación, no se atrevía a salir a menos de que su hijo empiece a tocar la puerta.

Esa ruptura le había dejado mal, demasiado mal.

Él nunca había experimentado un sentimiento así, nunca se había sentido tan vacío. Por dentro el seguía llorando necesitaba el consuelo de Iván pero claro si no estaba Iván quien se lo daría ahora.

Un niño de un año no podría consolarlo y  su gato tampoco era de gran ayuda.
Necesitaba una persona de su edad que lo quiera y que lo trate como el pelinegro lo había tratado durante estos últimos años.

Rodrigo si había notado que en la noche anterior, Iván se lo notaba un poco incomodo pero no creyó que ese pequeño problema escalaría cada vez más y más hasta el punto de caerse en un vacío demasiado profundo que parece que nunca llegaría a su fin.

Su tristeza llegó tan al fondo que no quería exponerse ahora en redes sociales.
Necesitaba un descanso de internet, un descanso largo que acabaría con su vida dentro de poco.

El era como una nutria apunto de morir por pena. Estos pequeños animales vivían mucho tiempo pero cuando tienen un vínculo demasiado fuerte con su pareja y este/a muere, su pena es tan grande que ellas terminan muriendo de amor.

El no era una nutria pero pronto se convertiría en una, su mente era oscura sin ningún pensamiento ni emoción a salvo de la tristeza. Esas manos cubrían su cara intentando parar las lágrimas tan seguidas que caían por sus mejillas.

El se puso a pensar y cayó en algo.

¿Tal vez el era solo un amante?

Supuestamente el, Iván si era gay pero... Y si tal vez solo lo utilizo por tantos años para esconder una posible relación entre otras personas.

El capaz era solo una tapadera.
Era como un niño sin rumbo, sin ningún destino al que llegar pero su objetivo era seguir andando hasta encontrar a una persona que avance junto a él.

Una persona que lo ame de verdad, eso era imposible pero quizás en otro vida no.

•••

Rodrigo estaba comiendo junto con Izan, este solo lo miraba de vez en cuando sin entender el porqué tenía esa cara de tristeza. Su comida ya estaba fría, el apetito se le había ido no tenia ganas de hacer nada.

Sus piernas estaban inquietas, su cara ya estaba seca pero no tardaría mucho en mojarse de nuevo.

R: izan, voy a llamar a Tomi un rato

Iz: vale

El argentino hizo lo que dijo, lo llamo dos veces y no hubo respuesta.

¿Acaso ahora todo el mundo estaba contra el? Que había echo, esa era la pregunta de todos.

Nada, su respuesta era esa simple palabra. Una palabra tan fría sin importancia alguna, no valía como rodrigo en ese momento.

Ezequiel se cansó de tanto llamar así que apago el móvil y se acostó de nuevo en su cama. Esa era su única distracción, dormir sin tiempo limitado.

••••






















¿Lunes por la tarde y todavía seguía vivo?
Eso era un completo milagro, había aguantado cuatro semanas sin compañía, sin ninguna llamada, ni mensajes.
Su teléfono estaba limpio, nada lo interrumpía.

Si le decía algo a Tomás este le diarias que fuera a un psicólogo, pero el no quería ir con una persona que lo ayudaría a que supere su ruptura.

Eso era absurdo.

Para que olvidarlo si lo único que quería era volver. Volver a aquellos tiempos, esos inicios y olvidar ese final

Iván no se había preocupado por su hijo, ni siquiera preguntó como el mismo se sentía. Seguro que estaría feliz con otra persona, una chica tal vez.
Al día siguiente planearía sus últimos días.

Por fin sería una adorable nutria que no pudo sobrevivir ante su pena.

~

Perdón por hacerlo tan corto es que quiero acabar con esto pronto

rodrivan- (Nutria)★Donde viven las historias. Descúbrelo ahora