Volver a empezar

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Maratón 2/3

Freen

Freen Sarocha Chankimha - el guarda grito mi nombre.

- Soy yo, yo, yo - como pude me levanté de la mesa y deje las cartas tiradas.

- Tienes cinco minutos para que recojas tus pertenencias - el hombre hablaba y no me lo creía.

-Qué coja mis que? - estaba aturdida.

- Qué te vas, acaso te quieres quedar? - el hombre con algo de fastidio preguntó.

- Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiii, por fin - grite como loca cuando algunos de los reos me vieron, me calme y como pude tome mis cosas.

No podía esperar la hora de ver a mi familia, mi hijo y sobre todo a la mujer que amo con toda locura. Pase dónde la comandante y me estaba dando mis pertenencias, me acomodaba mi anillo y reloj cuando escuché su voz.

- Sarocha Chankimha - esa dulce voz

- Amstrong - la sonrisa no la podía quitar de mi cara, estaba enamorada, no lo podía ocultar más.

Corrió a mis brazos y la alce en el aire y sin más la bese, la bese sin poder contener el sentimiento que tenía hacia ella, era la mujer de mi vida, la madre de mi hijo y la única que quería en mi presente y futuro.

- mamiiiiiii - aquella vocecita también era melodía para mis oídos.

- Mi pequeño monstruito - lo agarre en el aire y lo gire, mis lágrimas no se hicieron esperar, solo habían pasado dos semanas y ya lo echaba de menos.

- Y ahora como tiene mujer y hijo se olvida de uno - nam de brazos cruzados, con fingida molestia.

- Déjala, igual tu no le vas a dar lo que becky le da - tape los oídos de mi hijo para que no escuchará las barbaridades de noey.

El rostro de mi castaña era una paleta de colores, mis amigas no tenía tapujos para hablar. La tome de la cintura y en los brazos tenía a mi hijo.

Salimos fuera de la comandancia y estaba mi padre y mi madre, los abrace, sin esos dos no sería nada en esta vida.

Íbamos camino a casa de Becky, ya que ella muy amable le había ofrecido hospedaje a mis padres y ellos sin ningún reparo aceptaron la invitación.

Becky mando ha realizar una cena e invito a su familia. Entre a la cocina vistiendo una camisa negra de mangas largas y un jean suelto y botas negras, mi pelo suelto. Ella estaba vestida con una falda negra que tenía una abertura en las piernas, una blusa negra de una sola tira y botas negras, Frank tenía la misma ropa que yo pero con tennis negra y si, si están pensando que estábamos todos vestidos a juego, era gracias a becbec.

Baje ya lista y la observé en la cocina dando indicaciones y pensativa.

— Problemas en el paraíso mi vida? — le susurre al oido cuando me citue detrás de ella.

— Crees que vendrán? — apoyo su cabeza en mi pecho, podría notar su tristeza y angustia.

— tienes que darles tiempo y lo sabes bebé — la gire para tomarla de la cintura y quedará frente a mi — debes de entender que para tú familia y sobre todo tú papá es aún difícil aceptar lo nuestro.

— lo nuestro? — alzó su cejas en modo pícaro.

— Si, lo nuestro — bese sus labios.

— hasta donde yo sé, tu a mi no me has pedido que seamos nada — su sonrisa a media luna me volvía loca — no se cómo puedes llamar nuestro a algo que aún no existe. — sonreía, le encantaba jugar conmigo.

¡LOS SAROCHA!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora