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"En un mundo hipócrita, la opinión de un niño es sumamente importante"

Mucho bullicio, igual al de gallinas cuando les dan un poco de alimento; esto era lo que me recibía en la mañana de hoy. Al parecer el burdel tenía visitas muy agradables o millonarias.

Me dispongo a vestirme como de costumbre, un pantalón de algodón ya usado pero bastante cómodo y una linda camisa de seda, regalo de mamá después de haberse acostado con un inglés.

-Jennie... ¿Has visto a mamá?- ella se encontraba muy concentrada limpiando la alcoba pero su cara reflejaba de vez en cuando el asco que sentía al agarrar los condones usados que muy pocas veces eran utilizados.

-Esta abajo en el jardín y al parecer ya te encontró un papá- frunzo el ceño.

¿Papá? ¿Cómo era posible dicha situación? Nadie quería a la gente que trabajaba aquí, los hombres ricos siempre dicen que solo somos su diversión.

-Anda, ve abajo y me cuentas si es guapo- Jennie me avienta un cojín para salir de mi propio mundo, así que solo asiento y corro escaleras abajo.

Al parecer la única que está afuera es mi madre, las otras mujeres solo están haciendo la limpieza o bañándose... Esperen un momento... ¿Y la señora Chan?

-¿Y usted cree encontrar la belleza de la que tanto habla en este lugar? Señor Jeon, tal vez la sociedad nos vea como un simple juguete, bolsas sucias y viejas en las cuales hombres como usted o cualquier otro pueda desechar sus enfermizos deseos, pero ante todo... Somos mujeres y tenemos sentimientos- esa era la voz de la señora Chan.

Se escuchaba un tanto molesta y realmente ya me había espantado que dicho sentimiento no se hiciera presente después de 3 días.

La señora Chan era una persona muy fría, enojona y demasiado agresiva; aún recuerdo cuándo mamá se reuso a tener relaciones con un señor que pesaba cientos de toneladas; no le dió el pago correspondiente en todo un mes, le daba comida de perro y la mandaba a dormir al baño.

Pero a la vez tenemos que estar agradecidos porque gracias a ella tenemos techo, comida, y un agradable sueldo.

-Señora Chan, tenga por seguro que soy un caballero de palabra-

¿Caballero? ¿Cómo el de los cuentos? Mi cuerpo se llenó de emoción y fue el impulso que necesitaba para salir de la casa.

-Mamá Chan, no creo que esté cabello venga por servicios gratuitos o a avergonzar al burdel, se ve de buen corazón-

-¡Cállate! Tú eres muy estúpida, a ti con que te muestren un pene sano y una cartera gorda, eres capaz de venderte con el primer oportunista.

Mi madre bajó la mirada demasiado apenada y solo acertó a decir -Lo siento, mamá Chan-

-Mejor vamos a preguntarle a  tu hijo, al menos él sacó la inteligencia de su padre... Jimim, querido por favor ven.

Me quedé un momento estático analizando la situación.

-Rápido niño, no tenemos toda la mañana- procedo acercarme -Este hombre es fotógrafo, quiere sacar fotos del burdel porque bajo su percepción, somos hermosas- solté una carcajada -¿Ves? Hasta tu hijo entiende mi punto.

-Chico- paro de reír inmediatamente en cuanto veo que el señor se dirige a mi -¿Acaso no crees que tú madre es una hermosa mujer?- se inclina hasta tener la misma altura que yo.

-¿Hermosa?... Las personas hermosas tienen dinero y una mujer hermosa tiene clase y un esposo- el señor quedó atónito ante mi respuesta y se le quedó viendo a la señora Chan -Dejeme mostrarle al chico lo que es la belleza y verá que su respuesta cambiará.

-Solo regresalo a las 8 pm- me empuja hacia el señor -Y no le vayas a meter tu pequeña cosa, qué es el premio mayor de este año.

-¿Pequeña cosa?- se ofende

-A mi no me haces mensa, eres asiático- la señora Chan dirige la mirada hacia mi madre -Y tu estúpida, ve a arreglar tu alcoba, que el señor Jacob vendrá hoy.

Dios... El hombre que pesa toneladas...

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⏰ Última actualización: Jun 24, 2024 ⏰

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