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Mi nombre es Ada Fulga.
Sí, Fulga, no "Pulga"
Tengo 15 años y solo soy una adolescente normal, que intenta salir adelante teniendo un caos en la cabeza. Claro, eso de "adolescente normal" cambió frente a los demás, empezaron a verme de otra manera.

Como dije antes, mi nombre es Ada Fulga, y esta es mi historia:
Tengo un hermano, Ethan es su nombre, es menor a mí, tiene 7 años y es encantador-a veces-.
Mi madre nacida en Cataluña y mi padre en Arcila, una cuidad preciosa de Marruecos-sí, mi padre es marroquí, pero no es un ladrón ni un fugitivo-, pero yo nací en Barcelona, aunque los veranos los paso en Arcila, donde tengo familia de mi papá.
Hablando de "familia", mi familia no es perfecta. Para nada. Al contrario. Mis padres están peleándose a cada segundo, y os mentiría si os digo que no me importa, "no me importa" es la excusa barata que pongo cada vez que alguien me pregunta por ello. Mis padres son como dos niños chicos, solo quieren divertirse y piensan solo en ellos-me acuerdo una vez que nos dejaron a mi hermano y a mí solos en casa, llegaron a las cinco de la mañana, borrachos-,quiero decir, no es nada malo, también tienen vida, y no es estar pendiente a nosotros 24/7. Si a todo eso le sumamos el estrés que estoy teniendo ultimamente por las notas académicas. Que, normalmente a mi padre no es que le importen mucho, de hecho, se olvida de que tiene una hija de 15 años que está estudiando en secundaria. Eso solo lo recuerda cuando llegan los trimestrales o la ordinaria-que es un conjunto de todo el curso-, ahí sí se acuerda de que tiene una hija que está estudiando en la secundaria. Y es cuando se pone modo "padre protector que solo quiere el bien para su hija". Nunca es que haya sido de notas excelentes. No soy una empollona, y mejor, los empollones son raros sin vida ni amigos-espero que no te ofendas si eres uno de ellos-, yo siempre he sido del team "no hago nada en todo el curso y cuando llega el final me pongo las pilas y apruebo todo". Eso mi padre no lo entendía, tampoco es que haya hecho mucho por entenderlo. Realmente, ni yo lo entendía. No es que esté todo el curso rascándome los pelos del culo, solo que por la bendición de Dios, solo me sale todo bien en el último trimestre. Lo cual hace que en los dos anteriores mi padre se ponga como una furia a quitarme el móvil y castigarme con cosas extremas como, no poder salir de casa a no ser que sea para ir al instituto. Y sí, ahora mismo estoy castigada sin móvil porque en el segundo trimestral he sacado dos cates. Es que el de mates está amargado y la de inglés me odia.

Quitando un poco la atención a los estudios. No es que tenga muchas amigas, sí, es momento se hablar de amistades, que por suerte o por desgracia tengo los amigos contados con una sola mano, pero como dice Morad "prefiero un amigo bueno, a quinientos de malo", siempre me recuerdo esa oración, aunque no siempre ayuda, porque me hace sentir mal al ver que todos tienen su grupo de amigos perfecto y aquí estoy yo que tengo a literalmente cuatro amigos: Pablo, un empollón, pero con vida; Nerea, mi mejor amiga; Sofia, mi otra mejor amiga; y Martín, mi amigo desde pequeños.

No éramos un grupo, cada uno iba por su cuenta. Yo siempre estaba con Sofía o con Nerea, bueno también ultimamente pasaba mucho tiempo con una amiga de Sofia, Carmen, que no sé si se le puede llamar amiga, porque cada vez que coincidimos me mira con cara de asco. A ver, yo no es que sea un rayito de Sol, de hecho, soy una amargada de cojones, pero por lo menos intento caerle bien a la gente.

LA FUERZA DEL AMOR-Lamine YamalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora