Juego de la seducción. 3 de 3

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Al día siguiente, o más bien unas horas después, Sonia me llamó completamente emocionada.

— No puedo creerlo, Luis —me dijo—. Estoy con ambos en su casa.

Me contó que Ángela y Mario usaban pijamas, un detalle que, aunque insignificante, le pareció insólito.

Al llegar, se lavaron los dientes en silencio; Ángela se sentó en su buró mientras él encendía una lámpara para leer.

Fue incómodo; no sabía qué hacer.

Después, Ángela se acostó con Mario y, medio molesta, me preguntó:

— ¿Vas a quedarte ahí parada toda la noche?

Mario abrió los brazos y me invitó a unirme a ellos.

Dormimos juntos toda la noche y por la mañana estaban corriendo porque se les hizo tarde. Ángela me pidió que comprara pan para la cena.

— Luis, esto es una locura —me dijo Sonia.

Continuamos platicando unos minutos mas sobre su futuro junto a ellos.

Pasados unos meses, Sonia me visitó junto con Ángela y Mario, y fue entonces cuando comenzamos a escribir este libro.

Les pedí que me contaran qué habían hecho todo el tiempo que no nos vimos.

Sonia comenzó diciéndome:

— Desde la primera noche, Ángela cambió conmigo. —

Ángela continuo:

— La razón fue nuestra conversación, me hizo reflexionar sobre la posibilidad de brindarle una experiencia real de familia y hogar con Mario. —

Entonces entendí por que se quedo a dormir esa noche con ellos, al igual que Sonia no desperdició la oportunidad de vivir esa aventura.

Ángela, siendo totalmente honesta conmigo, admitió que nunca pudo encontrar el equilibrio entre la vida de fiesta y sexo, y la estabilidad emocional que le proporciona su hogar.

Para ella, la vida era un torbellino de emociones y experiencias, pero siempre anhelaba encontrar un sentido de arraigo y calma; y eso solo Mario se lo puede proporcionar.

Mario, por su parte, comprendía perfectamente por qué a Ángela le costaba encontrar ese equilibrio.

Para él, una relación entre Ángela y otro hombre era sumamente incómoda.

No sentía, atracción, ni curiosidad, por estar con otro hombre en la cama, especialmente cuando consideraba a Ángela el amor de su vida.

A medida que los días pasaron, Ángela y Sonia llegaron a comprender que no podían competir entre sí por darle a Mario lo que la otra le ofrecía. La diferencia entre ellas era considerable, y Mario las complementaba de maneras únicas y separadas.

Descubrieron que su conexión con Mario iba más allá de una simple atracción física. Cada una encontraba en él algo especial que las satisfacía a nivel emocional y espiritual de manera distinta.

Ángela apreciaba en Mario su estabilidad y la complicidad que habían construido a lo largo del tiempo. Sonia, por otro lado, encontraba en él un compañero aventurero y apasionado que la desafiaba y emocionaba.

Esta comprensión las llevó a aceptar que Mario las complementaba de maneras únicas y que no había necesidad de competir. En lugar de ello, empezaron a valorar las diferencias entre ellas como algo enriquecedor para su relación compartida con él.

Empezaron a percibir sus diferencias como un combustible que alimentaba la pasión entre ellas y Mario.

Conversaciones nocturnas íntimas y miradas cargadas de significado se volvieron comunes..

RELATOS ERÓTICOS: ÁNGELA & MARIO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora