~Capítulo Cinco~

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—¿Por qué te has quedado con Snape? —preguntó la voz de Ron una vez me senté en la mesa con la boca llena de pastel de calabaza. Hermione, a su lado, le dio un codazo en las costillas.

—Ron, modales —dijo ella, reprobatoria. Luego me miró con curiosidad—. Pero en serio, ¿por qué?

Tragué saliva y forcé una sonrisa.

—Solo me estaba ayudando con pociones —respondí, esperando que mi voz sonara convincente.

Harry, sentado frente a mí, levantó una ceja.

—¿En serio?

Mi mente se aceleró, buscando una excusa.

—Sí, necesitaba repasar algunos conceptos. Ya sabes cómo es Snape, no le gusta la incompetencia.

Valery intervino rápidamente, cambiando de tema.

—¡Oye, Hermione! —llamó a la castaña—. ¿Has oído hablar del nuevo libro sobre criaturas mágicas? Dicen que es increíble.

La mirada de Hermione se iluminó, olvidando momentáneamente el interrogatorio.

—¡Sí! De hecho, estaba pensando en ir a Hogsmeade este fin de semana para ver si lo tienen en la librería.

Suspiré internamente de alivio mientras la conversación giraba hacia otros temas. Sin embargo, no pude evitar sentir una punzada de preocupación. La mirada de Harry seguía fija en mí, como si pudiera ver a través de mis palabras.

[...]

Después del almuerzo, me dirigí a la biblioteca para hacer tarea y me senté en una esquina tranquila, intentando concentrarme en el trabajo de Historia de la Magia, pero mi mente volvía una y otra vez a Snape y nuestro casi incidente en la mañana.

—¿Puedo sentarme aquí? —La voz suave de alguien me sacó de mis pensamientos y al girarme, vi al Ravenclaw de hace rato de pie con una sonrisa amigable.

—Sí, adelante —respondí, señalando la silla frente a mí.

Él se sentó y sacó un libro de su mochila, pero no pude evitar notar que de vez en cuando me lanzaba miradas curiosas.

—¿Todo bien? —pregunté
finalmente.

—Sí, solo... me preguntaba si necesitas ayuda con algo. Pareces un poco... distraída.

Sonreí, apreciando su preocupación.

—Estoy bien, solo tengo muchos pensamientos en mi cabeza. Pero gracias por ofrecerte.

Whitlock asintió y volvió a su libro, pero segundos después lo bajó y me observó. Dudoso entre si hablar o no.

—No sé si me habrás escuchado, pero soy Archer —habló. Dejé de escribir en el pergamino y levanté mi vista para observarlo.

—Sí, te escuché afuera de pociones. Encantada de conocerte —dije con una sonrisa, tomando su mano y estrechandola.

—Tu cicatriz... —dijo en un susurró. Al notarme un tanto incómoda carraspeó—. Lo siento, no debí mencionarla.

—No, tranquilo. Estoy acostumbrada a ello. ¿Tiene algo de malo?

—No, no —dijo rápidamente—. Es solo que-...

—Potter —la voz de Valery me llamó. Llegó hacia la mesa y se percató del chico frente a mí—. Oh, hola. ¿Quién eres? —le preguntó al chico antes de voltearse hacia mí— ¿Quién es?

—Archer Whitlock —respondí—. Nos conocimos esta mañana en pociones —El rubio asintió y Valery nos miró por un momento.

—Bueno, encantada, Archer. ¿Te molesta si me la robo?

—No, yo tengo práctica de quidditch así que... nos vemos después —asentí en respuesta y él se marchó con sus mejillas coloradas.

Una vez Archer se había marchado, Valery me dió un golpe en el hombro.

—¡¿Por qué fue eso?! —pregunté, sobándome el hombro.

—¡No me dijiste de Snape! —preguntó en un susurro. Voltee a mi alrededor y escanee a cada una de las personas en la biblioteca.

—Hablemos afuera —le dije, comenzando a recoger mis cosas.

[...]

—¿Y si sospecha y por eso se ha acercado a ti? —preguntó Valery. Ambas caminábamos por los pasillos, rumbo a la sala común de Gryffindor, cuando alguien se detuvo frente a nosotras.

—Profesor —murmuré, sintiendo mis mejillas sonrojarse nuevamente.

—Señoritas, ¿algún problema? —preguntó Snape, su mirada viajando de Valery a la mía.

Valery y yo intercambiamos una mirada rápida.

—N-no, profesor —respondí, tratando de sonar convincente.

—¿Nerviosa, Potter? —su rostro seguía con su típico semblante inexpresivo, pero en su tono se llegaba a notar una sutil picardía—. ¿Hablando de algún tema en específico?

—De pociones esta mañana, señor —habló Valery—. Fue algo... emocionante. Aunque no se compara con aquella clase antes de vacaciones, ¿no cree usted?

«Voy a matarte, Valery», dije en mi mente mientras observaba a la sonriente Valery a mi lado. Nunca soltaría lo sucedido hace unas semanas.

—Sin duda, señorita Bradgery. Sin duda —Snape me observó de arriba abajo antes de volver a hablar—. Buenas noches, señoritas.

Snape pasó por en medio de nosotras y su mano rozó mi cuerpo, provocando un escalofrío en mí.

Lo observé marcharse por el pasillo, y cuando me giré hacia la rubia, ella se encontraba observándome a mí.

𝐓𝐡𝐞 𝐓𝐨𝐮𝐠𝐡 𝐂𝐡𝐨𝐢𝐜𝐞 +18 | Severus SnapeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora