𝐓𝐡𝐞 𝐓𝐨𝐮𝐠𝐡 𝐂𝐡𝐨𝐢𝐜𝐞 +18 | Severus Snape

~Capítulo Quince~

Supongo que podría haber decidido hablar con Snape y aclarar las cosas como lo había hecho al regresar de vacaciones, pero la verdad era que esta especie de juego que teníamos me estaba comenzando a estresar y cuando Fred me propuso un plano, bueno... no pude decir que no.

—T/n, ¿estás bien? —preguntó Harry, observándome con detenimiento. Asentí lentamente, mi cara recargada sobre mi mano izquierda mientras soltaba un bostezo—. No te ves bien.

—¿Para qué me preguntas si estoy bien si como quiera vas a crear tu propia respuesta? —le pregunté con fastidio.

No había podido dormir mucho ayer después de pasar la noche con Fred ideando el plan, más el largo camino de vuelta al castillo por el pasadizo de Honeydukes. A lo mucho había descansado hora y media y mi humor era el peor si no descansaba el tiempo que tenía que descansar.

—Pareces drogada —observó Hermione, levantando por unos segundos la mirada de su libro para verme.

—No, pues gracias —le respondí con sarcasmo, sumergiendo la cuchara en el plato frente a mi.

—Lo siento, pero es la verdad —dijo, devolviendo su vista al libro de Astronomía segundos después.

—¿No te has fumado algo, verdad? —cuestionó Ron con una sonrisa burlona y las cejas alzadas.

—Son insufribles —solté con molestia, levantándome de la mesa de los leones.

—¡Vamos, T/n! —habló Ron—. ¡Solo eran observaciones inocentes!

Les enseñé el dedo corazón mientras caminaba hacia la salida del Gran Comedor. Gire a la derecha, rumbo a uno de los tantos patios, para sentarme y comer a gusto el panecillo que había agarrado al levantarme de la mesa.

Luego de varios segundos de caminar, llegué al patio completamente vacío y me senté en una de las bancas, suspirando con cansancio antes de darle un mordisco al pan.

—Lindas ojeras —dijo una voz detrás de mí, y gracias a que mi cerebro no estaba completamente despierto dado a la falta de sueño, había logrado no espantarme.

—¿Siempre te apareces detrás de la gente? —le pregunté al pelirrojo mientras él se dirigía hacia mí, sentándose a mi lado momentos después.

—No, solo contigo, estrella —dijo juguetonamente, llamándome por el apodo que me había designado hace varios veranos en la madriguera Weasley.

—Y sigues con el apodo —dije con una leve sonrisa.

—No lo voy a soltar —respondió.
Voltee a observarlo, su sonrisa juguetona presente en su rostro. Sus ojos, que anteriormente se encontraban mirándome, viajaron a algo detrás de mí antes de regresar a los míos y acercarse a mi rostro.

—¿Qué estás haciendo? —pregunté en voz baja, su rostro a centímetros de los míos.

—Snape nos observa, estrella —respondió, su aliento cosquilleando mis labios—. Has acordado a esto, ¿recuerdas?

—Lo recuerdo... —respondí en un susurro, recordando la plática de anoche. Mis ojos viajando entre sus ojos negros y sus labios.

Y sin decir más, Fred unió sus labios a los míos, sus manos acariciando mi cintura mientras su labios danzaban con los míos. Fue un beso lento y cálido. Amable y dulce.

Tal como lo había sido aquella vez en la madriguera.

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😳