~Capítulo Dieciséis~

1.2K 101 10
                                    

Un verano pasado en la madriguera

Era verano y el sol comenzaba a ocultarse sobre la Madriguera, bañando todo el lugar con un cálido resplandor dorado. Me encontraba en el jardín trasero, sentada sobre una manta mientras hojeaba un libro sobre encantamientos que Hermione me había prestado.

A lo lejos, los gemelos Weasley jugaban a lanzar gnomos del jardín, riendo y compitiendo para ver quién podía lanzarlos más lejos.

Fred terminó su juego minutos después y, con un gesto pícaro, se acercó sigilosamente a mí. A pesar de sus intentos de no hacer ruido, logré oírlo acercarse y levanté la mirada, sonriendo al verlo.

Fred se dejó caer a mi lado, mirándome con curiosidad mientras jugueteaba con una flor que recogió del jardín.

—¿Qué lees? —preguntó él, con ese tono despreocupado que le es tan característico.

—Es sobre encantamientos. Hermione me dijo que es bueno adelantarse un poco —respondí, marcando la página antes de cerrar el libro para prestarle toda mi atención.

Fred asintió, aunque sus ojos brillaban con esa chispa traviesa que siempre tenía. Después de un momento de silencio cómodo, Fred señaló al cielo con la flor.

—¿Ves esa estrella? —preguntó, señalando el cuerpo celeste que apareció en el cielo al anochecer. Seguí la dirección de su dedo y sonreí levemente al ver la pequeña luz en el cielo.

—¿Sabes que es la estrella más brillante? —Fred añadió con una sonrisa.

Lo miré, un poco confundida por su comentario, pero antes de que pudiera preguntar, Fred continúa.

—Me recuerda a ti, ¿sabes? —dice él, suavemente, con una seriedad poco común en él—. Siempre destacas, incluso cuando no lo intentas.

Sentí que me sonrojaba ligeramente, y Fred, dándose cuenta, me lanzó una mirada divertida pero tierna.

—Así que, a partir de ahora, te llamaré "Estrella" —declaró con una sonrisa juguetona—. ¿Sabes por qué?

—¿Por qué? —pregunté.

—Porque te la pasas en el cielo. Pérdida en tus pensamientos.

Reí suavemente, pero me sentí cálida y feliz por dentro. Era un apodo que, aunque fuera común o muy cliché, se sentía especial viniendo de él.

—Estrella, ¿eh? —respondí, divertida—. Está bien, pero solo si me dejas llamarte 'Gnomo' —añadí en tono de broma, provocando que Fred soltara una carcajada.

—Trato hecho —respondió, aún riendo.

Observé a Fred juguetear con la flor entre sus manos, debatiéndose entre algo.

—¿Sabes, T/n? —dijo en voz baja, sus ojos fijos en los míos—. Creo que esta flor se asemeja a ti. Ambos completamente rosa y... tremendamente hermosa —me tendió la pequeña flor, y luego removió un pequeño cabello que invadía mi rostro, mientras el color se formaba mis mejillas.

—¿Hermosa? —cuestioné con una ceja levantada—. ¿Acaso intentas coquetear conmigo, Fred Weasley?

—Tal vez... ¿me permitirías hacerlo? —respondió, acercándose un poco hacia mí.

Mientras más acercaba su rostro al mío, mi corazón latía con más intensidad. De pronto, la voz de la señora Weasley sonó desde dentro de la casa, provocando que ambos nos separaramos con velocidad.

—¡Niños! —gritó ella— ¡La cena está lista! ¡Todos adentro!

[...]

𝐓𝐡𝐞 𝐓𝐨𝐮𝐠𝐡 𝐂𝐡𝐨𝐢𝐜𝐞 +18 | Severus SnapeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora