My new friend.... Aquino

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-¡Realmente tienes que...! ¡Tienes que estarme jodiendo, Duxo!- Soaring gritó, golpeando el suelo con su puño.

Se había caído de la cama de Duxo en la cual se encontraban originalmente hablando después de que el mayor llamase a su mejor amigo en busca de desahogar todo lo que tenía en su interior desde aquel infortunado suceso, debido a la exagerada risa maniática que no había cesado desde que Duxo empezó a relatarle su primera charla con Aquino.

-¡Basta, Soaring! ¡Dejá de reirte!- exclamó Duxo, lanzándole una almohada en el rostro a su amigo, frustrado, avergonzado y muy rojo.

-Me haces sentir mucho peor.

El castaño inhaló un par de veces antes de encontrar su voz.

-No creo que eso sea humanamente posible, Duxin- confesó su amigo, apoyando sus codos en el colchón de la cama, aún sentado en el piso.

-Es decir, lo primero que sale de tu boca la primera vez que hablas con una criatura inocente como Diego Aquino es: "¿ Me dejás chupártela ?"- Las mejillas del bajito estaban ahora en un intenso tono carmesí. -Sólo porque quedaste sorprendido por el enorme tamaño de su mini-Aquinin, no tan mini, según lo que me estás contando... no te da derecho de ser un indecente. ¡Debiste invitarle un café primero!-

-¡Soaring, ya basta!- gritó Duxo, tirándose de espaldas en su cama, cubriendo su rostro con una almohada y ahogando un grito de frustración en ella. Tenía ganas de llorar debido a lo avergonzado que se encontraba con Diego.

Demonios, después de haber soltado tal cosa, no se dio cuenta de la estupidez que había dicho hasta que el rostro entero del chico se volvió tan adorablemente rojo como una manzana madura. Su labio inferior tembló y no pudo decir ni una palabra. Duxo enseguida se dio cuenta de lo profundo que había metido la pata.

" L-lo siento... creo que debo irme " fue lo único que pudo articular el castaño oscuro, quien se olvidó de inmediato de su ducha y salió corriendo con la ropa a medio poner, dejó a Duxo con una disculpa en la boca y la vergüenza más enorme que había experimentado en toda su vida.

-Debo disculparme con él- balbuceó Duxo, aún con el rostro enterrado en la almohada.

-¿Mmm? Inquirió su amigo, subiéndose a la cama y quitándole la almohada de la cara. -¿Qué dijiste?-

-Que debo disculparme con él. No podrá vivir en paz conmigo mismo si él sigue teniendo una impresión errónea de mi, Soaring- dramatizó el de ojos lilas, sentándose sobre sus pantorrillas y zarandeando a su amigo de los hombros. -¡LO TRAUMATICÉ!-

-Si, eso me quedó bastante claro- ironizó el castaño, rodando los ojos. -Pero creeme cuando te digo que Aquio va a estar ignorándote hasta en los almuerzos. Debes estar tanto o más avergonzado que tu.-

-Por eso tu me vas a ayudar a atraparlo- exclamó Duxo, sonriendo exageradamente.

-Si lo vamos a "atrapar", se va a asustar mucho más- analizó el de ojos heterocromos, llevándose los dedos a la barbilla con una expresión pensativa.

-¡Chu!- lloriqueó el lacio, fingiendo llorar. -Debes ayudarme... me quiero disculpar con Aquino... no puedo dejar las cosas así, aunque me muera por tener ese gran pene entre mis manos. Quizás si me disculpo podamos ser amigos y me deje... me deje... ¡Oh, mierda! ¡Voy a tener una erección si sigo pensando en él!-

-¡Ey, que asco!- se quejó Soaring, empujando a su mejor amigo hasta hacerlo caer al suelo. -Pero te ayudaré sólo porque tu me ayudaste a pedirle una cita a Lococho antes de que fuéramos novios. Te la debo.-

-¡Eres el mejor amigo del mundo, picachu! gritó Duxo, lanzándose a los brazos de Soaring.

-Bueno, te ayudo pero a cambio de una sola cosa- pidió el de polera de picachu, apartándose del brazo de su amigo.

•●Falofilia•●Donde viven las historias. Descúbrelo ahora