You're so strong, Aquinin

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Estaban a un par de pasos de la mesa, a unos metros del baño y, por primera vez, observaron a Aquino hablando con tranquila efusividad, sin tartamudeos ni sonrojos.

Se veía sereno y relajado, incluso las tenues luces frívolas y alocadas del bar le hacían contrastar su natural encanto masculino, realzando la belleza de sus duras facciones, pero al mismo tiempo viéndose tan tierno y dulce como siempre.

Ese chico lo estaba volviendo loco. Debía relajarse. Quizás esa chica ni siquiera significaba algo para Diego... pero Duxo no podía evitar querer ir hasta ella y zamarrearla por meterse con lo que le pertenecía, aunque en la realidad no le perteneciese en absoluto. Igualmente, él le había echado el ojo primero, así que sí tenía todo el derecho.

Agarró el vaso con el trago que Tommy le había dejado y se lo bebió en dos sorbos, llamando la atención de Mictia.

-Duplo, no bebas demasiado, Kendo se enojará si llevará demasiado borracho a casa- le recordó su amigo, logrando que un infantil quejido saliese por los labios del bajito.

-Gusti no me quiere en casa porque irá su novia- le explicó a Mictia, tomando el trago que solía ser de Daarick para empezar a bebérselo.

-¿Y dónde planeas quedarte, loco?- le cuestionó Cejo, metiéndose en la conversación.

-Con Soaring...

-Chu y Loco se irán a la casa de playa de los padres de Alex después de que salgamos de aquí. Dudo que quieras escuchar a Soaring gritar "mi loco god"- aclaro

-Entonces... con Mictia...

-Lo siento, Duxin...- dijo apenada la mencionada.

-Yo me llevaré a Mictia mañana a la madrugada. Mi madre quiere verlo- se excusó Daarick, sonando apenado y alegre a la vez.

-¿Contigo...?- sugirió Duxo por última vez, dirigiéndose a Cejo, quien negó con la cabeza de inmediato. El oji lila sintió ganas de llorar... -¿Dónde mierda dormiré esta noche, entonces?

-¿De qué hablás, Dux'?- preguntó Aquino, quien recién llegaba nuevamente a la mesa.

-De nada- se apresuró a decir Duxo.

-El re gay no tiene donde dormir esta noche- soltó Cejo con la clara intención de burlarse del bajito.

El chiclayano lo miró de manera compasiva.

-Si quieres....- comenzó, pero Duxo lo interrumpió abruptamente.

-No importa, conseguiré un lugar- exclamó mientras se levantaba de su silla. -Iré por uno más de éstos- dijo entrecortadamente, tambaleándose hasta salir de la mesa y perderse en la multitud.

 -Iré por uno más de éstos- dijo entrecortadamente, tambaleándose hasta salir de la mesa y perderse en la multitud

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Duxo no tenía idea de con cuántas personas diferentes había bailado después de su quinto trago. Recordaba vagamente estar en los brazos de un chico que le susurró en el oído su nombre, Estailus.

Después se le unieron Tommy y Meica, quienes se encontraron con Soaring, Locochon, Mictia y Daarick

Duxo había bailado un par de canciones con ellos, sin embargo, después se separó del grupo y los perdió de vista.

Justo ahora no bailaba con nadie y estaba demasiado ebrio como para preocuparse por eso. La música lo ensordecía pero se sentía bien. A su alrededor no flotaban las preocupaciones, solo notas musicales y los distintos aromas de las personas que estaban a sus costados, quienes bailaban en estados iguales o peores al suyo.

Divisó a lo lejos a Cejo acercándose hacia él, así que le sonó y comenzó a correr, escapando.

-¡Mierda, Duxo! ¡Ven para acá!-

La escuchó gritar pero no se detuvo. No hasta que chocó de frente con una pared y cayó al piso de cola.

-¡Dux'! ¿Estás bien?- le preguntó la pared.

" Un momento... la voz de la pared se parece a la de Aquino... " pensó Duxo en medio de sus desvaríos ebrios. Soltó una risita estúpida y miró hacia arriba donde se encontraban unos adorables ojos miel de cachorro tras unos lentes redondos.

-Eres una pared...- hipó. -Una pared extraña...- murmuró arrastrando las palabras.

-¡Cejo, ya lo tengo!- escuchó gritar a Aquino, quien lo sostenía entre sus musculosos brazos. Duxo pasó sus dedos por los músculos de aquellos brazos, sonriendo embobado. El cuerpo de Aquino tembló bajo su toque, pero Duxo estaba demasiado perdido para comprender que lo estaba asustando.

-Eres tan fuerte... eso me pone caliente... gruñó Rethey mientras enterraba sus uñas en los brazos del más alto.

-Duxo, quédate quieto- pidió el castaño oscuro ante la pataleta que el bajito comenzó a hacer de repente.

-¡Déjame ir, déjame ir, déjame ir!-gritaba Duxo, intentando torpemente golpear al chico que lo sostenía. -Debo encontrar a Estailus.

-¿Estailus?- preguntó el más alto, intrigado. -¿Conoces a mi primo?

-No, qué pendejadas dices...- Duxo empezó a reír histéricamente.

En ese momento, Duxo sintió como su cuerpo era entregado a otros brazos distintos, lo que lo hizo enfadar.

-Gracias, Aquino- dijo Jose, llevándose a Duxo al hombro. -Suele ser un poco fastidioso cuando toma de más.

-Está bien, Cex. No hay problema- aseguró Aquino sonriendo.

-¿Seguro que quieres llevártelo a tu casa?- preguntó Cejo, genuinamente preocupado.

-¿Ves eso, Daarick?- preguntó el azabache, riendo. -¡Es tu novia! ¡Hola, Mictia! ¡Te ves bien! ¡Pero el morado se ve mejor en mí!

-Si, no quiero que le pase algo malo en este estado- admitió Aquino, sonrojándose levemente. Cejo lo notó y sonriendo.

-Bien, te acompañaré a tu auto para dejarlo allí.

-Déjame buscar a mi primo primero, debo preguntarle algo- pidió Aquino, señalando a sus espaldas. Cejo asintió y Aquino se fue.

El de voz gruesa caminó con el bajito en su espalda, quien no paró de cantar entre balbuceos la canción que la gente bailaba en la pista.

-¿Tu sabias que Estailus es primo de Aquino?- le preguntó Cejo a Mictia en cuanto se acercó lo suficiente para que éste lo oiga.

-Sí. Daarick me lo dijo cuando lo conocimos- dijo Mictia señalando al mencionado sonriendo y le dio un pequeño beso en los labios a su novio.

-Ey... ustedes dos son asquerosos...- se quejó Duxo. Seguidamente hizo silencio y se pudo oír como empezó a sorber por la nariz -Pero también son taaan lindos...-

-¿Estás llorando, duplo? -preguntó Mictia, preocupada mientras bajaba al bajito de sus hombros.

-No...- mintió el lacio, cubriendo el rostro con ambas manos.

-¿Por qué lloras?- preguntó nuevamente Mictia, inclinándose para apartar las manos de Duxo y secar sus lágrimas.

-¿Tu crees que Aquino tiene novia?- preguntó con un tono de voz lastimero y haciendo un adorable puchero que derritió el corazón de la castaña clara.

-Claro que no, Duxin. Él nos lo hubiera dicho- acotó Darick en la conversación, sonando muy seguro de sí mismo.

-¿Lo prometes?- preguntó Duxo estirando su pequeño dedo meñique.

-Lo prometo- aseguró Daarick, enganchando su dedo con el del azabache. 

-Ya estoy de vuelta- anunció Aquino mientras observaba a los tres presentes.

Duxo de inmediato se lanzó de la espalda de Cejo a abrazarlo, haciendo que se torne rojo como tomate.

-Vamos- dijo Mictia con la mano de su novio vinculada a la suya y caminando hacia la salida del establecimiento.

•●Falofilia•●Donde viven las historias. Descúbrelo ahora