Adictos

Mucho miedo

ALICIA

Las horas pasaban y Andrés nada que reaccionaba, tenía miedo a perderlo, era toda mi culpa tuve que mantener la compostura y no discutir con él, no tuve que decirle todo eso, si no fuera por mí él no se habría entregado. - él por qué tienes que ser así de terco, reacciona, por favor!!! Reacciona no te mueras, IMBECIL. - Rompí en llanto, lo abracé y solo se escuchaba la pi del monitor. -

La puerta se abrió y dejo paso a Sergio, estaba pálido, su rostro no mostraba paz y mucho menos buenas noticias, pero necesitaba saber el estado de Andrés. - Como está? -

-Grave, puede que...no pase de esta noche. - bajo la cabeza y yo tratar de respirar, pero no podía, no podía estar sin él no ahora que lo recupere. - Pensemos en qué pasará de esta noche, él es muy terco y fuerte. -

-Es mi culpa, si no hubiésemos discutido y yo no lo hubiese tratado como lo trate, si no hubiese dicho lo que dije el estaría vivo tratando de molestarme, ¡pero bien! - Sergio me abrazó con duda, pero no me negué lo necesitaba. -

-No es tu culpa, a veces el dolor del alma te hace decir lo que más hiere para poder creer que esa persona no es la correcta, aunque eso sea lo más falso que exista. - sollozo en su pecho, estaba llorando con el hombre más buscado del país, el cual era mi CUÑADO! -

-Te juro que estará bien, Alicia. - se comprometió, yo sin embargo solo necesitaba escuchar a Andrés! -

Raquel

Sergio y yo fuimos a casa después de que el estuviera consolando a Alicia, al llegar su madre estaba dormida y era lo mejor. - Todo estará bien, llévale esto a Alicia y por favor mantenme informada. - lo bese, me cogió de la cintura y me alzo. - te amo, mi vida, te amo. - susurré besándolo, me volvía loca, lo amo tanto. -

-Quédate aquí, Raquel si viene la policía aquí, en mi despacho a la doña de la habitación de mi madre y de la nuestra hay una puerta, esa puerta da a mi despacho, en esa oficina hay una biblioteca, es el último de abajo del todo a la derecha, tiras de él y te pedirá un código, es la fecha de cuando nos conocimos, la recuerdas.- asentí.- Entran a ese pasadizo y saldrán al garaje, las llaves del deportivo están en la rueda delantera, el garaje se abre en modo silencioso y salen de aquí, si las cosas se ponen feas vas a esta dirección sino viene nadie nos vemos en la mañana en el hospital, ¿entendido? - asentí y lo besé nuevamente

-Cuídate por favor, Ellos irán a por ti. - susurré viéndolo, mi móvil comenzó a sonar, era ángel. - No puedo contestar, si ellos nos están buscando nos van a localizar con esto. - apague la ubicación, datos y wifi del móvil- el asintió y me beso. -cuídate! - pedí

-Te amo, en el buró de la habitación hay un teléfono desechable, tiene un número, ese número es el mío. - me mostró otro móvil desechable- y el otro es de una persona que tienes que llamar, la cual ya sabe todo lo que pasa y que te ayudará si yo no te contesto, llámeme tres veces y a la tercera no contesto llama a esa persona él sabrá que hacer- nos besamos con ganas y con miedo, podíamos perdernos. - Raquel, te amo!

- Te amo, Sergio-

Alicia

-Me duele demasiado el vientre, ¿podría darme algo para el dolor? -pregunte viendo a la enfermera y ella asintió retirándose, Alguien me tocó el hombro y reacción con una llave. -

-Soy yo! - Sergio se safo y se sobaba el brazo. - Ya entiendo porque son amigas tú y Raquel. - sonreí vagamente, no estaba muy de humor. - Raquel te envío ropa. - dijo dándome el bolso con ropa. -

-Como está el comisario y tu madre? - pregunte viéndolo y el sonrió. -

-Están bien, están dormidos. - asentí y me volvió el dolor. - Alicia, será mejor que te vea un médico. -