S E I S

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Quinto mes.

—¿Puedes dejar de hacer eso?

Katsuki gira el rostro, nervioso. Shōto lo observa con la ceja arqueada, claramente dispuesto a hacer caso omiso a su petición implícita. Vuelve a acercar sus labios a su vientre, aquel que se ha abultado más. Realmente no lo entiende, por más ejercicio que haga esa extensión sigue siendo parte de su cuerpo y le frustra no perder esa masa extra. Como sea, siguen viéndose genial sus abdominales.

—Mi novio está con su estómago dañado y no pudimos festejar nuestro aniversario por su gastritis —comenta Shōto con los labios pegados al vientre, aquel lugar donde se imagina que aquella bonita montaña está su bebé de caca dentro de Katsuki.

—Idiota, sólo es una fecha.

—Sé que adoras cada que cumplimos un mes, Katsuki, no intentes colarme que no te interesa. —El aludido abulta los labios, sonrojado.

Ah, de verdad añora el día que se casen, adopten y sean felices juntos mientras son héroes. El sueño. No puede evitar abrazar su cuerpo con una sonrisa tonta.

Katsuki, por su parte, mantiene el entrecejo arrugado, a nada de empujar a su novio que está demasiado a gusto encima de él cuando de pronto siente algo en su estómago. Una especie de patada que hace que el bicolor se haga para atrás, alarmado.

—¿Sentiste eso? —pregunta asustado. Mierda, la gastritis está con madres.

—Me golpeó en el rostro... —susurra Shōto mirando interrogante al vientre abultado de Bakugō, preguntándose en la mente si será una especie de alucinación por estar pensando en preñar a su novio cuando eso es imposible por ser hombres.

—¡Mierda, está pasando otra vez!

Ambos pueden presenciarlo, uno con mayor dolor que el otro. Pequeños estirones en la piel, tan suaves que apenas son perceptibles. Cólicos, definitivamente unos fuertes cólicos, eso es lo que cruza en la mente de ambos.

—Kat..., te dije que comer tanto picante no es bueno. —Acaricia su vientre con gesto abatido, realmente está preocupado por su novio, encima que esté engordando, aunque no gran cosa, le parece atípico, pero el mugroso doctor ese dice que todo está bien y que no hay nada de qué preocuparse.

—Cállate... —Abulta los labios, curiosamente, interesado en aquellos retorcijones.

Acaricia su estómago, baja a su vientre y casi puede sentir una especie de conexión entre la gastritis y él, algo que Shōto acompaña poniendo su mano encima con una sonrisa pequeña.

—¿Sabes en qué estoy pensando?

—Si dices que estoy embarazado voy a romper tu cara bonita.

—En primer lugar, me halaga que me llames cara bonita; en segundo, grosero; en tercero, sí.

—¿Sí qué?

—Sería lindo tener una familia, ¿no lo crees?

Katsuki observa los ojos soñadores de Shōto, aquellos que expresan un deseo en silencio entre cada pestaña, susurrando mediante el pestañeo que aquello que yace en su estómago no es una gastritis, sino que se trata de un bebé, el producto de su amor materializado en una máquina de caca, llanto y hambre. Aun si la idea de ener un hijo no le emociona, ver esa cara ilusionada en Todoroki le hace pensar que realmente no debe de ser tan malo formar una familia a lado de la persona que ama, después de todo sus viejos lo hicieron para crearlo a él, no ve la razón por la que en un futuro se decida en tener un hijo junto a su novio bicolor.

Toma su rostro, lo atrae hasta el suyo y besa esa delicada boca que emana un suave suspiro gélido. Humedece sus labios usando su lengua, trazando una suave línea que viaja de extremo a extremo, lentamente ante la mirada de su bicolor que yace sonrojado en sus manos, aturdido por tal gesto.

—No digas eso con esa mirada —susurra, Shōto no hace nada por salir de su hechizo, al contrario, se hace espacio en la cama para quedar arriba de su rubio quien se acomoda para tenerlo entre sus piernas.

Manos a cada lado de su cabeza en el fin de soportar su propio peso, doblarse ligeramente y volver a besar aquellos labios de los que no desea separarse. Katsuki no tarda en pasar sus manos a su nuca, acariciando las hebras bicolores que se enredan en sus dedos.

Entonces, la entrepierna de Todoroki se restriega contra la de su novio, ocasionando que jadeos escapen de la boca de su novio para poder comerlos.

—No deberíamos, te sientes mal —comenta Shōto, susurrando, empujando su cadera contra la contraria que también participa en el frote aun si están usando ropa.

—Shhh... —lame sus labios para luego agregar—; soy... una ama de casa que está muy sola, abandonada por su marido.

Un espasmo recorre el cuerpo de Todoroki. ¿Cómo puede ignorar a su novio si empieza a interpretar una especie de rol de mujer dejada de lado por su marido? ¿Cómo puede ignorar esos ojos que lo observan con deseo? Está mal, no deberían, Katsuki tiene gastritis y hasta hace nada su vientre se extendió debido a los cólicos de muerte que se carga.

Pero...

—Quizá yo pueda cubrir el hueco que dejó su marido.

Nada, absolutamente nada pudo impedir lo ocurrido después y es que ver a su hermoso novio cubrirse la boca para evitar jadear tan fuerte mientras le pide ser llenado para tener bebés es algo que usará definitivamente cuando necesite masturbarse y Katsuki no esté cerca.

Odia tener tantos juegos de rol con su novio, en cualquier lugar y momento porque en situaciones donde debería de estar preocupado por el malestar, está más entretenido sosteniendo sus muñecas mientras jala sus brazos evitando que su espalda toque la cama y embestirlo hasta hacerlo chorrear, con sus ojos nublados por las lágrimas, la garganta dejando salir cada bella nota y su piel perlada dejando escapar ese exquisito aroma que lo hace querer continuar.

Y lo hubiera hecho de no ser que después de cinco rondas sin detenerse, Katsuki recordó que no estaban usando condón cuando al día siguiente tenían clases.

Así que después de ir por una sexta mientras se daban la ducha, ahora contempla a su bello novio dormir mientras acaricia ese vientre que vuelve a golpear su mano suavemente. Aun si esos cólicos son producto de la enfermedad de Katsuki, no puede evitar pensar que sería lindo que ahí hubiera un bebé.

O dos.

O tres.

En algún momento se queda dormido con la mano en el vientre repartiendo caricias a su bebé ficticio.

***
Este episodio fue escrito nuevamente, el siguiente lo será de igual manera.

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Katsuki tiene gastritisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora