S A N - V A L E N T Í N

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Esto transcurre antes del capítulo cinco.

— ¡Me gustas, Kacchan! —Izuku esconde el rostro, extendiendo una bolsa llena de chocolates y dulces picantes. Sabe que son los favoritos de Katsuki desde la infancia y cree que eso le serviría para estar cerca de él. Ha recitado todos los sentimientos que tiene hacia Katsuki, ha tardado pero le ha dicho todo lo que siente.

Sus sentimientos en un mundo alternativo serían respondidos en un dulce beso, unos abrazos y un "También he sentido lo mismo por ti" pero este mundo no es aquel que Izuku tanto anhela desde pequeño, desgraciadamente. Lamentablemente, el factor Shōto lo había derivado como toda una constante en la función que era.

— No. —niega Katsuki con la cabeza. Aquello tenía que parar. No sabía como hacer que los sentimientos de Izuku no salieran lastimados, después de todo tenían una especie de tregua momentánea, donde ambos se enfocarían en ser únicamente héroes y rivales para ser el número uno.

— ¿No-no? —los ojos de Izuku se llenan de lágrimas. Sus brazos tiemblan al igual que sus piernas, se deja caer al suelo, sintiendo el cuerpo pesado.

— No, Deku. No puedo corresponderte. —hace a un lado aquel presente para él, pegándoselo al pecho. Izuku llora con mayor intensidad.— No puedo, ah... Ya hay alguien que me gusta.

— ¿Quién? ¿Ki-Kirishima? —pregunta en balbuceos. Katsuki rueda los ojos. Decir que no le daría más motivos para seguir preguntando y si llega a Shōto obviamente se delataría. Decir que sí sería mentir sobre su relación con Shōto.

— Eso a ti no te incumbe. —responde sintiendo que es lo más apropiado. Tampoco quiere decirle que está saliendo con alguien más, eso estaría muy mal de su parte.

— Si es por Kacchan, me incumbe. —Izuku vuelve a extender su obsequio frente a Katsuki, quien no quiere tomarlo. Si lo acepta, sería como darle una oportunidad, lo cual es lo que menos desea.

— Deku, por la mierda que más quieras, deja de insistir. —suplica Katsuki antes de llegar a su etapa de enojo total.

— Solo acéptalo y me iré. —vuelve a lo mismo, extendiendo el regalo. A regañadientes, Katsuki lo recibe, tal vez lo tire llegando a su habitación o tal vez se los dé a Shōto diciendo que es por parte de él. Obviamente esta última opción es meramente sarcástica.

— Bien, jodido nerd. —se da la media vuelta cuando siente su brazo siendo apresado por la mano de aquel pecoso.— Deku, suelta... —le jala, dándole la media vuelta para después besarle. Le aparta con un empujón brusco.— ¡La puta madre, Deku de mierda! ¡No es no!

— ¡Y-yo solo...!

— ¡No, mierda, no! —Katsuki niega con la cabeza. Guarda la pequeña bolsa de dulces en su bolsillo.— Solo olvidemos que esto ocurrió, ¿de acuerdo?

Anda en dirección contraria a Izuku, va directo a los dormitorios, esperando no tener que toparse con otra escena desagradable como en la mañana donde miles de cajas, cartas de amor y bolsas con dulces aparecieron. Tuvo que esconder cada uno de los obsequios en su habitación, después de todo aquello no mataba a nadie. Incluso vió como a su novio le entregaron mil y un que a él. No era de sorprenderse; Shōto es terriblemente apuesto.

Lo sucedido con Izuku pasó por la sencilla razón que se le cruzó antes de llegar a su dormitorio. No le diría a Shōto lo ocurrido. No señor. Saber que su mejor amigo se le ha declarado... Oh, no. No lo tomaría bien.

Ya es tarde, por lo tanto, Shōto estaría durmiendo para aquella hora. Espera y a la vez no que sea así.

La primera es porque no desea que lo vea con obsequios de San Valentin en las manos. Se daría cuenta que alguien lo había raptado momentos antes y le preguntaría quién fue, lo cual no desea responder.

Katsuki tiene gastritisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora