Capítulo 13

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Al entrar al aula, el silencio se apoderó del lugar, solo interrumpido, por los ecos de mis pasos, temblorosos

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Al entrar al aula, el silencio se apoderó del lugar, solo interrumpido, por los ecos de mis pasos, temblorosos.

Las figuras de todos ellos, se alzaban entre la penumbra, sus miradas, duras como el acero y sus presencias, imponentes, como la oscuridad, tan amenazante.

Yo ya sabía que no había escapatoria.

Desde que se había revelado mi secreto, todos se habían convertido en monstruos, despiadados, incapaces de aceptar una realidad que se despega de sus vidas.

Pero con la idea de que todo gira a sus alrededores.

Fue un rugido, un alarido de furia.

Antes de que me diera cuenta, ya tres de ellos, estaban sobre mí, sus puños lloviendo golpes sobre mi cuerpo indefenso.

Cada roce, cada tacto... cada golpe, era como un recordatorio de todo aquél odio, de todo ese desprecio.

Entre lágrimas y gritos ahogados, cerré mis ojos, esperando que alguien llegase y pudiese salvarme de todo ese dolor, de todas esas llamas, que amenazaban con consumirme por completo.

Nadie llegó.

Y aquellos golpes sólo pararon, una vez que dejé de pedir ayuda, y todos ellos, se aburrieron de mirar, de reírse y de golpearme, de escupirme, de grabarme, como si fuese un juguete viejo y todos esos "niños" se aburrieron de jugar.

...

Nota del Autor

En este capítulo, la brutalidad y la soledad de Alex se revelan con una intensidad cruda y despiadada. 

El aula se convierte en un escenario de tortura emocional y física, donde la cruel indiferencia de sus compañeros subraya la desolación de su existencia. 

Los golpes y el odio reflejan no solo la crueldad de sus agresores, sino también el vacío de su propio mundo interior, un abismo del que parece imposible escapar.

¿Qué se siente al ser despojado de toda esperanza, en un lugar que debería ser refugio, pero que se convierte en la arena de su tortura? 

¿Qué sucede cuando el dolor y la desesperación se vuelven la única realidad palpable?

¿Es posible encontrar redención o empatía en un entorno que se ha vuelto completamente hostil? 

¿Dónde se encuentra la línea entre la supervivencia y la sumisión, entre el deseo de ser salvado y la resignación ante un destino cruel?

En los próximos capítulos, la lucha de Alex por encontrar una salida a su tormento será llevada al límite...¿Descubrirá alguna forma de resistencia en medio de la desesperación, o se sumergirá aún más en el abismo de la desesperanza? 

¿Podrá encontrar algún rastro de compasión o alianza en un mundo que parece haberse olvidado de él?

El verdadero desafío apenas comienza. 

¿Qué caminos tomará Alex en su búsqueda de alivio y sentido, y cómo cambiarán los giros inesperados de su historia su percepción de la realidad y su destino? 

La crueldad y la oscuridad han marcado su presente, pero ¿Qué le depara el futuro? 

La respuesta está al borde del abismo, esperando a ser descubierta.

Mi corazón grita tu nombreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora