Capítulo 4

34 8 2
                                    

Despierto, siento mi alma congelada, todo es blanco y me pregunto si estoy muerto

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Despierto, siento mi alma congelada, todo es blanco y me pregunto si estoy muerto.

Luz blanca, paredes claras, aire pesado, frío, pero todo silencioso hasta que un ruido roba mi atención. La puerta se abre, observo, me ve, me habla, aunque yo navego vagamente en mis pensamientos.

Lágrimas caen, sollozos, esa mirada de lástima.

Caes al suelo, entre llanto desesperado, tu voz entrecortada.

Tus ojos azules hacen contraste con la habitación clara.

Tu tez empieza a sonrojarse a causa de tus lágrimas de desesperación, pero tus ojos siguen fríos.

La puerta vuelve a abrirse.

No, por favor, no.

- Deberías irte - demandaste intentando demostrar autoridad, como siempre, fallaste al intentarlo y fallabas como mi protector.

- Si, debería - hablaste intentando que tu voz no se entrecortara, fallaste, te fuiste aunque yo deseaba que te quedaras.

Te levantaste con dificultad, tus rodillas temblaban, tus mejillas seguían húmedas.

Tus ojos azul eléctrico, me observaron antes de que dieras media vuelta y salieras por aquella puerta, dejándome solo y en peligro.

Te vi marcharte.

Llore internamente.

Estaba muriendo.

No, por favor, no.

Tenía de pie al diablo al lado de la cama del hospital.

Por favor...

Tenía a Papá, al lado de la cama.

Alex, no, no llores, por favor.

El diablo me miró con desprecio y también desapareció por la puerta sin decir nada, sin demostrar nada, pero matándome a cada segundo.

Yo lloré.

Yo tenía miedo. 

...

Nota del Autor para los Lectores

HOLAA... si... revivi jsjsjs

¿Qué les pareció el capitulo de hoy?

Este capítulo es una espiral descendente, un eco de un alma congelada que se encuentra atrapada entre el frío de la muerte y el dolor implacable de la vida. 

¿Alguna vez has despertado en un lugar que no reconoces, sintiendo que tu propia existencia se desmorona mientras todo a tu alrededor es un blanco vacío, helado? Alex lo siente, y cada segundo es un recordatorio de que está solo, incluso cuando las personas que deberían protegerlo están presentes.

¿Puedes imaginar la desesperación de ver a quienes más te han fallado derramar lágrimas vacías, lágrimas que llegan demasiado tarde? 

El diablo en la habitación no es un ser de cuernos y llamas, sino alguien que debería haber sido un protector, un padre que con cada mirada mata un poco más la esperanza que queda en el corazón de su hijo.

Pero, ¿Qué sucede cuando los demonios que te rodean son también quienes deberían salvarte?

¿Cómo se sobrevive cuando cada susurro, cada mirada, cada lágrima es una daga más en un alma ya destrozada?

 En los próximos capítulos, ¿encontrará Alex la fuerza para enfrentarse a estos fantasmas, o se hundirá más en la oscuridad que lo consume?

Revivimos la lucha de Alex, una lucha contra la desesperación más cruda, donde cada decisión podría ser la última. 

¿Estás preparado para seguir este camino, donde la esperanza es tan frágil como el hielo y la traición viene de aquellos que deberían amar?

Mi corazón grita tu nombreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora