"ᴇʀᴇs ʟᴀ ᴄᴏᴘɪᴀ ɪᴅᴇ́ɴᴛɪᴄᴀ ᴅᴇ ᴛᴜ ᴘᴀᴅʀᴇ."
Le susurró su madre mirándolo con amor mientras le consentía el puente de su nariz para dormirlo.
"ᴇʀᴇs ʟᴀ ᴄᴏᴘɪᴀ ɪᴅᴇ́ɴᴛɪᴄᴀ ᴅᴇ ᴛᴜ ᴍᴀᴅʀᴇ."
Le dijo el que su madre acaba de reconocerle como su verdadero...
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La molestia a cada paso que daba se convirtió en culpa, su pequeño quien sabe cuanto tiempo llevaba soportando ese tipo de abusos y nunca le había comentado nada. Su hijo que nunca se había quejado de algo, no dijo nada, no dijo nada como siempre y ella lo había normalizado.
Salió del bloque de la parte administrativa y volvió al pasillo frente a la cafetería. Los niños que estaban en sus aulas aún seguían en clase, pero no debían demorar en salir según su reloj. Camino por el pasillo rodeando la cafetería logrando visualizar una cancha de baloncesto al frente suyo y al lado izquierdo una cancha de fútbol sintética. La entrada y salida regular de los niños daba por la gran puerta y rejas al final de la cancha y al lado derecho un pequeño patio en el que formaban a los niños que iban en ruta y por ende salían unos minutos más temprano para evitar el retraso y los trancones en la movilidad de los estudiantes. En ese patio quedaba el cuarto de enfermería.
Serena dudo antes de golpear, no sabe con qué cara podría mirar a su hijo sintiendo que como madre le había fallado, no lo había protegido ni auxiliado. Sin darse cuenta había terminado haciendo lo que siempre se había jurado no hacer: ser una madre sin la capacidad de fuerza de ayudar a un hijo. Ser lo que siempre vio reflejado en la madre de Touya; Todoroki Rei.
