Capítulo 4

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La mirada de Changbin reflejó incredulidad.—¿Tu…qué?

—Soy su novio—Repitió Hyunjin, dándole un ligero apretón a la mano de Innie y ofreciéndole su mano derecha a Changbin.—Mucho gusto.

Changbin vió de Innie a Hyunjin, con expresión estupefacta y luego de tensar la mandíbula, aceptó el apretón de manos.—Han Changbin, encantado de conocerte.

Innie notó el evidente sarcasmo en la frase de Changbin, y estaba segura que Hyunjin también lo notó, porque le respondió con el mismo tono un: “igualmente”.

A decir verdad, Changbin se notaba cómo si estuviera en shock.

Se sintió incómoda por el silencio en el que se sumergieron, ninguno de ellos parecía querer romperlo.

—¡Hey, chicos!, nos vendría bien un poco de ayuda.

La voz de Mina rompió el pesado silencio en el que se habían sumergido.

Innie casi suspiró de alivio al tener la excusa para salir de toda esa tensión alrededor de ella.

No le pasó desapercibida la mirada rápida que lanzó su hermana a ella y el chico que sostenía su mano, antes de volver a entrar a la casa.

Sabía que luego tendría que darle muchas explicaciones.

—Creo que es mejor que entremos—Dijo ella, con evidente incomodidad en su voz.

Entonces, sus ojos se encontraron con los de Changbin por un segundo, apartó la mirada y tiró de Hyunjin para dirigirse adentro.

—Noona, ¿Estás bien?—Preguntó Hyunjin, en su oído.

A Innie le atravesó una corriente eléctrica en la espina dorsal.

—Estoy bien, Hyunnie. Muchas gracias por venir.

Hyunjin le sonrió—Te dije que lo haría.

Innie le sonrió de vuelta, incapaz de decir más, su mente en el chico que aún no entraba a la casa, pues la mirada que había visto en sus ojos cuando vió a Hyunjin y ella tomarse de las manos, no es una que le hubiera visto nunca.

Tan pronto llegaron al jardín, el aroma de la carne siendo cocinada inundó sus fosas nasales.

El estómago de Hyunjin gruñó, haciendo que éste sonriera avergonzado.

Innie salió de sus pensamientos para sonreír por lo bajo.—¿Hambriento?

Hyunjin asintió.

—Espera un momento, ¿Sí?, el asado que hace el señor Han vale completamente la pena.

Hyunjin asintió de nuevo.

Lo observó echar un vistazo alrededor, a la gente en el jardín que habían centrado su atención en ellos tan pronto los notaron.

El señor Han estaba cocinando, la señora Han estaba revisando su teléfono, y Seungmin estaba con Mina arreglando la mesa.

Yongbok estaba jugando a tomar el té, junto al hijo menor de los Han, el pequeño de cinco años llamado Chan.

—Hola, señor, Han, señora Jinnie—Saludó la chica.

—Hola Innie—Le saludó el señor Han.

Él estaba parado tras el asador y agitando las pinzas para carne a modo de saludo. Llevaba una camisa de cuadros arremangada hasta los codos y tenía una mancha de carbón en su esponjosa mejilla derecha.

—Buenas tardes, Innie—La señora Jinnie dió un asentamiento elegante.

Por el contrario al aspecto desaliñado de su esposo, la señora Han lucía cómo si estuviera a punto de irse a uno de esos clubes exclusivos a los que solía frecuentar, su vestido verde limón resaltaba su piel pálida y sus pendientes de oro relucían bajo el sol.

With you || HyunInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora