Capítulo 12

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Durante el resto del día, se sintió fuera de sí misma, su cuerpo funcionaba en automático mientras su mente vagaba muy lejos, a un lugar doloroso, lleno de recuerdos que la lastimaban y un futuro incierto que la hacía ponerse ansiosa.

Un debate se desató dentro de ella. Las horas se sintieron eternas mientras pensaba en todo lo que estaba haciendo de su vida, de todo lo que había avanzado, y todo lo que había callado también.

Y llegó a la conclusión de que ya no podía más.

Ya no podía seguirse engañando a sí misma, y más importante aún, no podía seguir engañando al chico que amaba.

No podía estar construyendo una hermosa vida que no era del todo real.

Por eso, tan pronto Hyunjin llegó por ella, se lanzó hacia él, besándolo como si fuera su oxígeno.

El chico salió de su sorpresa luego de unos segundos y le correspondió el beso, tomándola de la cintura y apretándola contra él.

Sus lenguas se encontraron y la habitación se llenó de calor, Innie lo besaba con desesperación mientras Hyunjin trataba de seguirle el ritmo.

—Que bonita manera de decirme hola—Jadeó él, luego de que se separaran.

Innie solo atinó a abrazarlo con fuerza, aferrándose a él mientras sentía su corazón palpitar de manera dolorosa y contenía sus lágrimas.

—Hey, cariño. ¿Todo bien?—La preocupación se notó en la voz de Hyunjin, intentó separarse pero Innie solo se aferró más.—¿Qué pasó?

Innie tomó aliento, intentando calmarse—Te extrañé mucho.

Hyunjin soltó una suave risa y le acarició la espalda—Yo también te extrañé.

Ella cerró los ojos y por un momento, solo por un momento, quiso fingir que todo estaría bien.

                             ~*~

Se reunieron con Felix y Minho en el boliche.

Todos ellos jugaban terriblemente mal pero no importó, porque las risas que compartieron compensaba la humillación por la que estaban pasando.

Minho rezongaba, haciendo berrinche por no poder derribar ni un bolo, mientras Felix se reía de los pucheros de su Hyung.

Durante un momento, vió a Hyunjin burlarse de Minho por un terrible tiro que casi hizo que el chico se cayera al suelo.

Se perdió en el sonido de la risa de Hyunjin, completamente ahogada en los hoyuelos que decoraban su sonrisa, y la forma en que sus ojos brillaban llenos de vida y felicidad.

Pensó que Hyunjin merecía ser feliz por el resto de su vida. Deseó que él siempre pudiera sonreír así.

Así que, cuando se sentó junto a ella y le besó la mejilla, se volvió hacia él y le dijo, que cuando la llevara a casa tenía algo muy importante que decirle.

La sonrisa de Hyunjin se tambaleó al escuchar la repentina seriedad en la voz de su noona.

—¿Está todo bien?

Innie asintió, mintiendo otra vez.

Mintiéndole por última vez.

Hyunjin no se veía convencido, sin embargo, solo atinó a asentir, con los labios presionados en una línea.

—Oigan, tortolitos. ¿Podemos ir a cenar ya?, me muero de hambre—Minho se dirigió a ellos, limpiándose el sudor de la frente con el dorso de la mano.

—Yo también—Dijo Felix.

—Claro, vámonos—respondió Hyunjin, tomando sus cosas y el bolso de Innie para encaminarse a la salida.

Mientras esperaban a que los autos se detuvieran para que ellos pudieran pasar hacia la calle en donde estaba su coche, el menor se detuvo a su lado, y con el dedo índice dió un pequeño toque a la mano de la chica.

Vió el perfil de Hyunjin, quién, sin haber recibido respuesta, volvió a hacer el gesto.

Innie sonrió con suavidad y entrelazó sus dedos con los suyos, Hyunjin, aún sin verla, sonrió.

Una pequeña llama de esperanza se instaló en su pecho.

Tal vez Hyunjin sintiera algo lo suficientemente fuerte por ella para perdonarla, tal vez si le explicaba las cosas y le confesaba toda la verdad, él pudiera llegar a comprenderla...

Dejaron a sus amigos en el edificio donde vivían y condujeron a casa de la chica, en silencio.

El corazón de Innie le perforaba los oídos y sus manos tenían un leve temblor que intentaba ocultar.

Cuándo entraron al apartamento, le indicó a Hyunjin que se sentara en el sofá, mientras ella se paraba frente a él.

La mirada preocupada de Hyunjin la escaneó—Innie, por favor, dime qué te sucede, has estado extraña toda la noche, ¿Pasó algo?

Innie apretó sus manos en puños, sus uñas se enterraron en la carne blanda de sus palmas mientras sentía que la valentía comenzaba a abandonarla poco a poco.

Estaba completamente aterrada.

—Hyunnie, y-yo—comenzó, con voz temblorosa—Hay algo que no te he dicho.

Los ojos de Hyunjin la miraron con curiosidad y cierta tensión—¿Qué cosa, cariño?

Innie abrió la boca, pero ninguna palabra salió de ella.

<<No puedo, no puedo, no puedo…>>

Sintió sus ojos llenarse de lágrimas y vió a Hyunjin levantarse tan pronto como lo notó.

—Innie—susurró, tomando su rostro entre sus manos—Por favor, Innie, dime qué te sucede…

Pero Innie comenzó a llorar—No.

—Innie…

—No puedo…

—Cariño…

—H-Hyunjin—dijo con voz rota—Hyunjin, m-me llamaba Lee Jeongin—sollozó con desesperación, viendo el rostro de Hyunjin palidecer—Y-yo nací siendo un chico.

With you || HyunInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora