El día miércoles de la siguiente semana, se dirigía a su área de trabajo, cuando casi chocó con alguien.
Trastabilló, logrando sostenerse de la pared para no caerse.
—¡Lo siento!—Exclamó una voz masculina.
Levantó la vista, encontrándose con uno de los chicos que eran parte del staff de la empresa.
—Oh, Innie, ¿Te encuentras bien?
Ella se sorprendió un poco al ver qué el otro chico sabía su nombre, pues recordaba haber charlado con él alguna vez, sin embargo, y para su vergüenza, no recordaba su nombre.
—Oh, sí. No te preocupes, ¿Tú estás bien?
El chico soltó un quejido—No, tengo que entregar este paquete al jefe, y llevar éstos papeles a finanzas, además, un repartidor acaba de traer este desayuno.
El pobre parecía afligido y estresado.
Innie sintió compasión—¿Te puedo ayudar en algo?
—¡Si, por favor!—dijo pareciendo aliviado—¿Podrías entregar esto?—Le dijo, pasándole la bolsa de comida.
Ella asintió—¿Para quién es?
—Es para Do-Yun, está en la sala de descanso del octavo piso. ¡Gracias por esto Innie, te debo una!
En cuanto escuchó el nombre, quiso retractarse de su ofrecimiento, pero él ya se había ido.
Lo que menos quería era encontrarse con Do-Yun. Pues, desde el día de la cita con Hyunjin, la chica la miraba de una manera que la hacía sentir incómoda.
<<Maldición, yo y mi bocota>>
Protestando contra ella misma, se encaminó con rapidez al salón de descanso, diciéndose que entre más pronto entregara el pedido, más pronto podría largarse de ahí.
Al llegar, notó que todo estaba muy silencioso, quizás porque era hora del almuerzo y generalmente los demás preferían ir a comer a la cafetería o fuera de la empresa.
Mientras se acercaba a la entrada, pudo distinguir por fin, el sonido bajo de una conversación.
La puerta estaba semiabierta, así que con cuidado, entró.
El lugar estaba casi vacío, a excepción de dos personas en medio de la habitación.
Tan pronto como los vió, quiso retroceder, pero sus pies se clavaron en el suelo.
Hyunjin estaba de espaldas a ella, tenía las manos en los bolsillos y asentía distraídamente a lo que fuera que Do-Yun le estuviera diciendo.
La primera en darse cuenta de su presencia fué Do-Yun, quien le lanzó una rápida mirada, y, entonces ella…
ella…
...Tomó las mejillas de Hyunjin entre sus manos y lo besó.
Un segundo
Dos
Tres
Hyunjin estaba muy quieto…
…pero no la apartó.
Innie sintió como si hubiera sido golpeada con fuerza en el estómago.
Vió la escena frente a ella, incapaz de apartar la mirada, sosteniendo su respiración, mientras una sensación enfermiza la recorría entera.
Su fuerza física flaqueó, y sus manos soltaron la bolsa provocando un ruido sordo.
La pareja se separó, sobresaltada.
Do-Yun soltó una risita traviesa y avergonzada—Oh, hola unnie, ¿Qué haces aquí?
Hyunjin se dió la vuelta, sorprendido, sin embargo, cuando vió a la persona parada en el marco de la puerta, su rostro perdió todo el color.
Innie apartó sus ojos y con movimientos sumamente torpes levantó la bolsa.
Tragándose las lágrimas y el nudo en su garganta, respondió—Oh, te trajeron tu comida—dijo, dejando el pedido sobre el sofá más cercano.
No se atrevió a alzar la vista cuando hizo una rápida reverencia—Lamento la interrupción.
Sin ver a ninguno de los dos, salió de ahí con rapidez.
Su corazón latía con fuerza y sus oídos pintaban, respiraba erráticamente intentando contener el caos de emociones que amenazaban con desbordarla.
Oyó pasos afligidos detrás de ella y luego la voz de Hyunjin.
—¡Innie!
Escuchar su nombre saliendo de sus labios, solo la quebró más, había esperado para hablar con él durante mucho tiempo, sin embargo ahora, por primera vez, lo único que quería hacer era alejarse.
Siguió andando con prisa, sin embargo, aún se sentía perseguida.
—Innie…por favor…espera…
Hyunjin la tomó del brazo para detenerla.
Se quedó muy quieta durante unos momentos, apretando sus ojos, antes de voltearse hacia él.
Hyunjin tenía la respiración agitada, y aunque su expresión era seria, en su mirada se mostraba cierto pánico.
—¿Qué sucede?—La voz de Innie salió baja, y se maldijo por sonar así de débil. Así de…destrozada.
Hyunjin tragó duro—¿Estás bien?
Un pequeño e indeseable toque de ira llegó a su pecho, ¿Cómo se atrevía a preguntarle eso?.
Sabía que no tenía derecho a sentirse dolida y enojada, pero, lo estaba. Malditamente lo estaba.
—¿Por qué no lo estaría?—Sin embargo, aunque intentó que su voz sonara firme, fracasó terriblemente.
La humillación llegó hasta ella, cuando la primera lágrima escurrió por su mejilla.
La expresión fría de Hyunjin se tambaleó.
—Innie…
El castaño parecía estar teniendo una batalla consigo mismo, parecía no saber qué decir, ni qué sentir.
—Lo que viste…no es…y-yo…—se talló la cara con frustración al no encontrar las palabras que debía decir.
Hyunjin lucía sumamente contrariado y en sus ojos había un evidente tinte de ansiedad.
Innie retrocedió, safándose del agarre y limpiándose las lágrimas que la empezaron a abandonar.
Su anterior irá se convirtió en dolor, el mismo dolor que había sentido desde que las cosas con Hyunjin terminaron. El mismo que se negaba a seguir causándole a él y así misma.
<<¿Qué estaba haciendo?>>
<<¿De verdad iba a ponerse a llorar por la pérdida de alguien que en realidad nunca fué suyo?>>
—Está bien, Hyunjin. No tienes que preocuparte por mí—murmuró, con una sonrisa rota—Es tu vida, y eres libre. Puedes hacer lo que quieras.
Hyunjin soltó un aliento, y luego de un largo momento de duda, pareció recuperarse así mismo.
Asintió con rigidez—Tienes razón—Sus ojos volvieron a apagarse, antes de apartar la vista y darse la vuelta para regresar a dónde estaba.
Antes de regresar con Do-Yun.
Se quedó parada en medio del corredor vacío, sintiéndose deshecha y cansada.
Estaba tan cansada de siempre verlo partir.
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With you || HyunIn
Fanfiction¿Qué haces cuándo quieres alejar a un chico que dice estar enamorado de ti?, ¡Pedirle a tu mejor amigo que finja ser tu novio, por supuesto!