Otra semana estaba por finalizar y ella se había adaptado a una rutina en la que seguía sin sentirse del todo presente.
Hacía su trabajo e intentaba comer aunque su apetito fuera casi nulo.
Veía a su hermana a menudo en la cena, y hablaba con Minho y Felix de vez en cuando. Siempre que los veía, evitaba acribillarlos con preguntas acerca de Hyunjin, pues no quería hacerlos sentir incómodos ni obligados a responder por el estado del chico. Sin embargo, cuando ella les preguntaba por él, le respondían con respuestas cortas acerca de sí estaba comiendo y durmiendo bien.
Por lo que sabía, Hyunjin estaba un poco mejor, empezó a alimentarse bien, aunque ahora pasaba más tiempo practicando en la sala de baile, como si su mente solo estuviera enfocada en eso.
El viernes, cuando el mediodía había pasado, la mandaron a maquillar a las trainees que aún seguían en su prueba mensual.
Esta vez le tocó arreglar a Im Mi-So, quién no era muy platicadora, lo cuál agradeció, pues últimamente no tenía muchas ganas de hablar.
Do-Yun entró tarareando al camerino y se sentó en el espacio junto a ellas, su compañera de trabajo, se encargó de empezar a arreglar a la sonriente chica.
—Te ves muy feliz hoy—Le comentó la otra maquillista.
Do-Yun soltó una risita—Oh, ¿Se nota mucho?
La maquillista asintió, sonriéndole de vuelta—¿Te emociona tu prueba?
—Si, pero, hay otra cosa…—Le indicó que se acercara y la otra lo hizo, entonces, susurró en un tono fuerte—Hyunjin oppa aceptó ir a una cita conmigo.
Innie se congeló, escuchando la conversación a medias.
—Oh, ¿De verdad?
—Sí, ¡le pregunté está mañana y me dijo que sí!—Dijo con un chillido.
Innie sintió como si una fuerza invisible le estuviera oprimiendo el corazón, la sensación le quemaba el pecho y la garganta.
El simple hecho de imaginarlos juntos le dieron náuseas.
Sus pensamientos tortuosos aparecieron de manera arrebatada e intensa.
¿De verdad Hyunjin saldría con Do-Yun?
¿Tan fácil fué superar lo que tuvieron?
¿Tan sencillo fué olvidarse de ella?
Sintió las lágrimas picar en las esquinas de sus ojos, y parpadeó con rapidez para ahuyentarlas.
No podía romperse, no ahí, no mientras estaba en el trabajo, rodeada de gente.
No cuando en un momento dado su mirada se encontró con la de Do-Yun y esta le dió una extraña sonrisa triunfante.
~*~
Terminó su día en un estado taciturno. Su cabeza estaba hecha un lío, y el montón de escenarios imaginarios que creaba su mente, solo le provocaban una molesta jaqueca.
Se sintió aún más desanimada cuando vió que empezaba a llover y no tenía paraguas.
Maldiciendo por lo bajo, se acomodó su mochila al hombro y puso sus manos sobre su cabeza tratando de cubrir sus ojos de la leve llovizna que caía.
Decidió comenzar a trotar hacia la estación de autobuses, sin embargo, cuando estaba pasando por el estacionamiento de la empresa se detuvo en seco, sus brazos cayeron lentamente a sus costados.
A cierta distancia se encontraba Hyunjin, caminando con Do-Yun junto a él.
Los vió llegar a su auto, y aunque sabía que debería haber seguido con su camino, se vió incapaz de apartar la mirada.
Cuando Hyunjin le abrió la puerta del auto a su acompañante y levantó levemente la vista, la vió.
El tiempo pareció congelarse mientras el chico se quedaba muy quieto.
Aunque estaban lejos, eso no impidió que Innie notara que en el rostro de Hyunjin parpadeara una extraña emoción que no tuvo tiempo de reconocer, pues se recompuso rápidamente y volvió a tener la expresión fría que le había dado los últimos días, cuando por unos momentos, sus miradas se encontraban.
Innie respiró con dificultad.
Incapaz de soportarlo más, apartó sus ojos de los suyos, volvió a cubrirse la cabeza y reanudó su trote, luchando contra el impulso de volver la cabeza y verlo una vez más.
La llovizna le había humedecido el cabello para cuando llegó a la estación.
Durante el viaje mantuvo su cabeza recostada en la ventana mientras veía las calles de Corea comenzar a iluminarse cuando la noche cayó.
Cuando llegó a su casa y cerró la puerta a sus espaldas, el silencio la recibió.
Se quedó quieta mientras pensaba en todo lo que había pasado ese día, y llegó a la conclusión de que no podía estar molesta ni con Hyunjin ni con Do-Yun.
Sabía muy bien, que le había hecho mucho daño a Hyunjin, le había mentido e ilusionado.
Y aunque, lastimarlo nunca había sido su intención, estaba hecho, y no podía hacer nada para repararlo, no porque ella no quisiera, sino porque Hyunjin no se lo permitiría.
No lo culpaba si la odiaba, porque para estas alturas, incluso ella se odiaba a sí misma.
Quizás el que Hyunjin saliera con Do-Yun era algo bueno, porque entonces, tal vez Do-Yun podría reparar lo que ella había roto.
Entonces, Hyunjin volvería a sonreír de nuevo, él podría tener a alguien de quién pudiera sentirse orgulloso, alguien que no le ocultara cosas…
…Él podría salir con una chica de verdad.
Exhaló temblorosamente.
Sí, eso era lo mejor.
Pero entonces, ¿Por qué estaba llorando?
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With you || HyunIn
Fanfiction¿Qué haces cuándo quieres alejar a un chico que dice estar enamorado de ti?, ¡Pedirle a tu mejor amigo que finja ser tu novio, por supuesto!