Uno: 一 (yī)

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第一章: Dì yī zhāng

Capítulo uno.

«El hombre y la mujer se casan cuando crecen. Conseguir un matrimonio y establecer un hogar es el comienzo de una nueva vida».

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Min Yunqi despertó cuando un suave rayo de sol acarició su blanco rostro. Abrió uno de sus ojos y siguió la silueta femenina de su doncella principal moviéndose por la amplia habitación, una estancia amplia en forma de círculo, con paredes azules, casi grises, dónde en medio había una hendidura circular, y dentro la mullida cama donde él descansaba, rodeado de telas traslúcidas colgando del techo.

Shen Sulan caminó hasta las altas ventanas y abrió una a una las largas cortinas púrpuras, dejando ver el jardín interior del palacio en el que habitaba. La vista era un lienzo brillante de flores azules, púrpuras y blancas. La belleza del Palacio de Jade 'Excepcional'.

La joven muchacha se acercó a su cama e hizo un gesto de disgusto cuando encontró a su mascota Shinshin, un māoyòu (gato de dos colas), jugando con una rana mielera de los estanques, dejando la cama toda mojada. Shen Sulan ahuyentó a la rana, que entre largos saltos logró huir hacia el jardín. Shinshin corrió tras ella mientras Sulan, una dragona de agua, comenzaba a tirar del agua para sacarla de las sabanas, haciéndola flotar antes de lanzarla por la ventana.

Yunqi, aun plácidamente recostado, le sonrió a la joven muchacha.

— Buen día, mi señor —saludó su doncella, inclinándose suavemente—. Ya es la segunda hora.

— ¿Si te lo pido me concederías dormir un poco más? —preguntó con voz ronca.

— Sabe que lo haría, su alteza —dijo ella—, de no ser porque sus Altezas, La Emperatriz y La Señora a la Derecha de Comportamiento Brillante 'Hua' le han convocado a tomar el desayuno en el Palacio Central.

— ¿Porque Madre Imperial y Madre quieren verme?

— No me he atrevido a preguntar, su Alteza.

Por supuesto que no, ningún sirviente haría esas preguntas. La obediencia era la cualidad absoluta de aquellos por debajo de sus Señores. Min Yunqi asintió y se apresuró a levantarse. Inmediatamente dos doncellas más y un eunuco* pasaron a su habitación, trayendo con ellos sus ropas azules y accesorios blancos. Las dos muchachas le vistieron delicadamente mientras ese 'ser' que no era 'hombre', agachado, sostenía las prendas.

Un Eunuco no era nada y él lo era 'todo'.

Ya vestido, Shen Sulan lo guió hasta el tocador. Una doncella más llegó a la habitación con un cuenco de agua tibia y flotando en ella, pétalos de rosas blancas. Su doncella principal sonrió y usando el agua de rosas, con un peine de blanco marfil, comenzó a cepillar su largo cabello gris. Cuando ya no hubo nudos que deshacer, Shen Sulan recogió un tercio de su cabello en una media trenza, dejando caer dos mechones a ambos lados de su rostro, el resto de su pelo permaneció suelto. Finalmente le colocó los adornos de plata y paladio, mientras Yunqi se ponía los largos pendientes de oro blanco.

— Preparen La Silla —ordenó Shen Sulan a los otros sirvientes—. El Noveno Príncipe irá al Palacio de Loto Virtuoso.

Min Yunqi se apresuró a interrumpirla.

— En realidad prefiero caminar ya que es temprano.

— ¿Su Alteza está seguro?

—Absolutamente.

La Leyenda de Min Yunqi -Namgi/Kookgi-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora