Nueve: 九 (jiǔ)

40 7 9
                                    


第九章: Dì jiǔ zhāng

Capítulo nueve.

«Cuando dos individuos se unen en matrimonio, es la mujer quien deja de formar parte de su antigua familia, siendo ahora hija de los padres de su esposo. Para formar una nueva familia el esposo debe asegurarse de mantener feliz a todas sus concubinas».

━━━━━━✧❉✧━━━━━━


Por los cinco días siguientes Min Yunqi y Zheng Haoxi tuvieron una lección tras otra con las institutrices Zhang y Liu, desde la tercera hasta la quinta hora.

Las primeras enseñanzas fueron no difíciles de aprender pero si bastante reveladoras para Yunqi sobre la vida matrimonial y por sobre todo de la interconexión de todos los miembros de una familia. Como hijo imperial, a pesar de haber sido criado por su madre y por las otras esposas de su padre nunca se había visto en la necesidad de entender la dinámica que regía el harén, por que esos asuntos solo le competían a la Esposa oficial y a las demás concubinas. Por supuesto comprendía las reglas del estatus de los miembros de la familia, más nunca había asimilado el verdadero significado de ello.

Yunqi reflexionó sobre tal asunto a profundidad y finalmente fue capaz de comprender con un mínimo de certeza lo que sus muchas madres debían experimentar como esposas del emperador. De pronto, con tanta información de por medio, Min Yunqi concluyó que desposarse con alguien estaba por muy lejos, de ser una tarea sencilla.

Ahora no solo debía preocuparse por el estatus de su futuro esposo y por el lugar al que se debería trasladar para iniciar su propio hogar, sino también debía ocuparse por la clase de familia con la que se encontraría y con los muchos nuevos miembros que la conformarían, acoplándose a un grupo de completos extraños. Extraños que lo mantendrían a raya mientras él se encargaba de mantener el orden con quienes serían sus futuras «hermanas» dentro de casa.

Y no se sintió mejor cuando los obsequios del Príncipe Lihuan de las Islas Zhenzhu y del Príncipe Panshu de la Isla Lanzao llagarón aquella mañana, recordándole de esa forma que su futuro se estaba aproximando sin que él ni nadie pudiera hacer nada para detenerlo. Quiso sonreir cuando leyó aquellos poemas escritos por los príncipes y cuando encontró artículos interesantes como el arco enviado por el Príncipe Lihuan y la silla de montar del Príncipe Panshu. Pero no pudo y la expresión se quedó a medio camino de su rostro.

La única persona que fue capaz de distraerlo de sus preocupaciones fue Jin Nanjun, esperándolo como cada tarde en el Jardín Este para sus lecciones. Y quizá se le cruzó por la mente que estaba mal sentirse así de aliviado cuando Zheng Haoxi le reprocho su poco interés en los obsequios que había recibido pero la alegría de saberse acompañado por su Maestro era demasiada como para que cualquier otro evento la pudiese opacar.

Libre de toda preocupación, momentaneamente, Min Yunqi practicó con las espadas dobles la mitad del tiempo y la otra mitad, rodeado de eunucos y doncellas, se ocupó de sus habilidades como dragón. Siempre bajo la mirada atenta de los ojos de dragón de Jin Nanjun.

El Príncipe de Segundo Rango 'Jun', como hombre era gallardo, pero como bestia era majestuoso y la palabra, a consideración de Min Yunqi, seguía quedándose corta.

Las escamas de Jin Nanjun eran de un color gris profundo, tan brillantes y afiladas, cada una similar a una fina lentejuela de metal. Sus garras, negras como la noche, lucían largas tal cual peligrosas dagas. Las plumas de su cabeza y cola también eran negras con destellos púrpuras y azules, mientras sus ojos agudos y brillantes eran de un precioso azul plateado.

La Leyenda de Min Yunqi -Namgi/Kookgi-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora