No era cualquier hombre el que se encontraba frente a Taehyung, incluso con el pasar de los años el omega no podía creer que Jeon Jungkook siguiera luciendo igual de bien. Su cuerpo había embarnecido considerablemente, parecía haberse esforzado demasiado en el gimnasio, sus facciones estaban perfectamente remarcadas lo que le daba una imagen tan varonil que no podía imaginar que aquel alfa era el chiquillo castroso que lo había perseguido por años en sus años escolares, y que obviamente siempre había ignorado.
Estúpido Taehyung
-Te ves increíble, cómo te miras ahora es... indescriptible, Jungkook.- menciono el pelinegro con una sonrisa amena.- Los años te han sentado muy bien.
-¿Crees?- los ojos del menor se abrieron con felicidad mientras sus mejillas se encendían en un intenso color cereza, Taehyung no pudo evitar reír ante la actitud del alfa.
Algunas cosas nunca cambiaran, incluso si pasaran 20 años.- pensó el omega disfrutando de la postura cohibida del menor.
-Dejare esto en la mesa con los demás, ustedes pueden quedarse aquí, estoy segura que deben tener tanto de que hablar.- menciono la madre de Taehyung, sin embargo, y para su repentina sorpresa el pelinegro sudaba, demasiado, mucho más de lo que le hubiese gustado, pues estaba seguro que los papeles se habían invertido en el presente, y no sabía precisamente que emoción era la que estaba sintiendo al tener nuevamente al alfa frente suyo después de tanto tiempo.
Quedando en un silencio incomodo, observando a cualquier objeto dentro de la cocina, Taehyung trago pesado, su pie se movía con constancia y su necesidad de salir corriendo crecía con cada segundo que transcurría.
-¿Sigues viviendo aquí?- cuestiono el menor llamando la atención de Taehyung.- En una reunión donde se encontraba tu padre, solo contaron de Namjoon había decidido irse, pero no escuche algo sobre ti.
-Ahora vivo con él y Jin, rento un cuarto en su departamento, es momentáneo.- sabía que las mentiras no debían ser la opción número uno en su lista de respuestas, sin embargo, tampoco podía ser lo suficientemente honesto si quería mantener la paz en los días de estadía junto a sus padres.- ¿Qué ha sido de ti?, un día solo desapareciste.
-Los negocios de mi padre requerían que estuviéramos viajando constantemente, la mejor opción para seguir con mis estudios fue la escuela en línea.- encontrándose con mirada del menor, Taehyung sintió su lobo entrar en un colapso de desesperación; su olor dejo de percibirse como algo negativo, incluso en aquel momento deseaba con enormes ansias acercarse.
El omega podía entender las reacciones de su lobo, no lo culpaba de sentirse atraído hacia la imagen que el alfa representaba aquel día. Jungkook se había convertido en una mezcla extraña, pero que ansiabas probar, tal como una comida salada con pizcas dulces, ahora el alfa era el matiz mas curioso, pero al mismo tiempo interesante que había conocido.
O quizás después de Yoongi.
Aunque Jungkook ahora pareciera representar a un hombre adulto, de cuerpo atlético y aroma dominante, sus ojos seguían brillando tan intensamente como en la secundaria, haciéndolo ver tan dulce, además de que sus sonrojos y su manera de avergonzarse ante los cumplidos solo delataban lo sensible y tímido que siempre había sido y que seguramente siempre lo acompañarían.
Taehyung no culpaba a su lobo, realmente lo entendía y estaba dispuesto a consentirlo.
A punto de preguntar algunas cosas más sobre como había sido su vida en los últimos años, el omega no pudo pasar desapercibido el pequeño tatuaje que se mantenía impregnado en el dorso de la mano del alfa.
-¿Eso es un corazón?- pregunto con curiosidad acercándose con tímidos pasos al castaño.
-Lo era hasta hace un tiempo, nunca lo retoque.- respondió alzando un poco su mano, dejando que Taehyung sostuviera con suavidad ésta y observara con mejor detenimiento aquel dibujo, pero para sorpresa del menor, no solo era aquel corazón el que adornada su aperlada piel, pues debajo de las mangas de su camisa se encontraban más rastros de tinta.
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Omega de alquiler |Yoonmin/Yoontae|
Teen FictionTaehyung tenía una sencilla y única tarea, cargar en su vientre al cachorro de Park Jimin y Min Yoongi, una pareja que le había propuesto alquilar su vientre a cambio de una jugosa cantidad de dinero, a la cuál el omega no se había logrado resistir...