|IV|

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"Te lo explicare".

Fueron las únicas dos palabras que logro escribir Taehyung ante los mensajes llenos de preocupación de su pareja no pareja, Jung Hoseok.

Taehyung había conocido al alfa en una cena organizada por el hospital donde trabajaba Namjoon, Hoseok era hijo de un CEO altamente importante, pero el omega desconocía dicho dato, incluso, cuando el alfa parecía querer cortejarlo, no le pareció tan importante preguntarle a Namjoon sobre quién era tal chico, y es que Taehyung claramente había quedado encantado con el muchacho, dejando de lado su belleza varonil y el porte tan imponente, Hoseok era un chico divertido y atento, no era como aquellos alfas idiotas que había conocido tiempo atrás, incluso, Taehyung llego a pensar que el alma del alfa en realidad podía pertenecer a un suave omega, y quizá esa había sido la razón por la que su lobo interior anhelo estar a su lado, teniendo una actitud tan contraria al alfa, se complementaban perfectamente.

Pero no todo había sido miel sobre hojuelas, y Taehyung se maldecía cada vez que recordaba lo muy hijo de puta que había sido con aquel ángel. Si bien, el primer año había sido perfecto, el transcurso de los meses le hizo darse cuenta que estar alado de alguien que estaba por ascender a ser el próximo CEO era agotador, física y emocionalmente. Taehyung necesitaba atención, necesitaba ser admirado y amado con cada parte del ser de alguien más, con la ausencia constante del alfa, se sentía una basura acorralada a la esquina de una casa, y al menos su orgullo no se lo iba a seguir permitiendo un día más.

Tal vez salir a tomar una copa no le haría daño a nadie, después de todo, conocía sus límites, y un poco de diversión le haría sacar el estrés acumulado en su interior, pero sin darse cuenta y junto con el transcurso de las horas esa copa se convirtió en dos, cinco, diez; sus ojos no distinguían muy bien sus alrededores, la música sonaba tan fuerte que estaba seguro que sus tímpanos reventarían, todos bailaban a su alrededor, reían y brincaban.

-¿Estas bien?- oyó cerca de su oído, como si aquel extraño quisiera ser escuchado. Sintiendo unas manos sujetarlo de su cintura, el omega, o al menos su lobo no hizo algún movimiento para apartarlo. Quizá Taehyung estaba lo suficientemente ebrio para poder solo asentir y alejarse, pero su lobo no, aquel animal estaba extasiado, ansioso y la presencia de aquel alfa lo altero tan solo un poco más, entonces, sucedió el primero de los tantos cargos de conciencia que Taehyung cargaría por toda su vida.

Definitivamente un hijo de puta.

Taehyung sabía que llegaría el momento en que tendría que tomar sus pertenencias restantes de la casa que compartía con Hoseok, si bien había sacado la mayoría cuando él estaba trabajando y había dejado algunas pocas, teniendo la idea de que el alfa no sospechara nada, Taehyung quería evitar completamente a Hoseok, él no sabía nada de lo que ocurría y estaba muy consciente que no aprobaría la idea de que el omega cargara con un cachorro que no era suyo, siendo a veces bastante territorial.

Aquella mañana estaba planeada, iría a la casa de Jung alrededor de las doce de la tarde, para esa hora recién el alfa saldría a su trabajo, cogería lo poco que quedaba suyo en el lugar y se iría sin dejar demasiada evidencia, más de lo obvio que seria, de que estuvo allí.

Bajando las escaleras dispuesto a ejecutar su plan, un dulce aroma llego a sus fosas nasales, queriendo pasarlo de largo, Jimin lo llamó.

-Taehyung, ¿A dónde vas?

-Iré a dar una vuelta, no tardare demasiado.

-¿Solo?- la preocupación en su tono era evidente, y a pesar de que Taehyung odiaba mentir, a veces era su única salvación.

-Sí, iré con mi rommie, deje algunas cosas en su casa, él me traerá de regreso.

-¿Él es...?

Omega de alquiler |Yoonmin/Yoontae|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora