|VIII|

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Su frente golpeo suavemente contra el grueso cristal perfectamente pulcro que se interponía entre su persona y el exterior. Con sus sutiles gafas aún era capaz de visualizar a la joven pareja sacudiendo sus manos en forma de despedida, por lo que Taehyung agito su mano frente al vidrio y una apenas delgada y visible sonrisa apareció en su rostro.

-Relájate, Tae, veras que no será tan malo como parece.- menciono Namjoon tomando asiento a su lado.- A menos que tu desees que sea así, además, tu olor me está mareando.

-Lo siento.- respondió cortamente el omega.- Es solo que tengo miedo, conozco a mamá y a papá tan bien que sé lo intuitivos que pueden ser cuando sospechan algo, y si ellos lo descubren, no sé qué podre decirles.

-No debes preocuparte por eso, si no eres demasiado obvio, ni lo notaran.- comento el alfa posando una de sus manos en la rodilla de su hermano.- Tu vientre es demasiado plano aun, en realidad te miras como el mismo Taehyung de siempre, así que si no les das una razón para sospechar, nada malo sucederá.

-Eso espero, lo último que quiero es que este viaje sea más asfixiante de lo que ya me he planteado.

-Descansa un poco, despeja tu mente, percibo que estas muy tenso, ¿ha pasado algo?

Ajustando su cinturón y sacando sus gafas, Taehyung trago pesado ante la amarga sensación que había inundado su cuerpo los últimos días.

Aún recordaba cada palabra, movimiento, incluso cada respiración compartida con el alfa aquella noche donde había sido expuesto su embarazo. Recordaba haber despertado creyendo que todo había sido parte de su mente intentando darle un dulce y profundo sueño, sin embargo, cuando aquel aroma a canela y café había invadido toscamente su respiración, supo que realmente había pasado, Yoongi había permanecido a su lado, su mano realmente se había posado por encima de su vientre mientras que su pulgar subía y bajaba delicadamente por la tela de su ropa, quizá esperando una respuesta por parte de su cachorro; su rostro se había enterrado en su cabellera, percibiendo así su aroma, dejando expuesto a su animal interno siendo dominado por las dulces feromonas que su cuerpo desprendía.

Yoongi no solo había permanecido a su lado, sino que también lo había querido.

Y aunque en las primeras horas del amanecer Taehyung mantenía en su rostro una amplia y cuadrada sonrisa que dejaba ver su felicidad, no paso el suficiente tiempo para hacerlo volver a la cruda realidad, aquella donde había alguien más, alguien que podía tener al alfa cuando y donde quisiese, tanto como el omega de hebras oscuras deseaba.

Aquella mañana sus pies lo llevaron hasta la cocina, donde la presencia de Jimin yacía ahí, sentando tomando el desayuno y con un libro alado de sus alimentos. Taehyung no había necesitado tomar asiento frente al otro omega para darse de cuenta que aquella herida en su cuello resaltaba frescamente. La marca de Jimin estaba abierta y expuesta ante los bajos ojos de Taehyung, mostrándose como si de una brillante medalla se tratara, y tal vez había sido así en la realidad. Recordaba la amarga sensación de tener que sobreactuar, simulando que todo está bien y que el lobo dentro suyo no estuviera desgarrándole las entrañas con sus largas y filosas garras, recordaba lo seca y rasposa que estaba su garganta y que con un gran esfuerzo logro recitar un apenas audible "No te preocupes" cuando Jimin se disculpó y cubrió su, ahora, marca nuevamente hecha.

Día tras día, Taehyung recordaba aquella amarga sensación.

-No, todo está bien.- musito el omega desviando su mirada nuevamente hacia la ventana.

-Te conozco muy bien, no solo por el hecho de que eres mi hermano, sino por que como alfa puedo detectar tu humor, y sé que algo está incomodándote, ¿Qué es?

Omega de alquiler |Yoonmin/Yoontae|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora