Desde pequeños, aquel hijo del gran ultraman, y la hija del ayudante de este, se habían vuelto los peores enemigos que podrías imaginar.
El odio entre ellos dos era cada vez más palpable. Pero, un accidente causo que cambiaran de parecer, odiandose...
El pánico me invadia mientras el huevo de Kaiju empezaba a romperse. Aun no estaba en casa.
Trate de que se detuviera, pero fue en vano cuando de el empezó a asomarse una piel rosa.
Asumi la realidad y me acerque a ver que Kaiju saldría del huevo, hasta que por fin se rompió completamente.
Me quede callado y simplemente observe a la Kaiju de pico y piel rosa, quien dormia en mis manos.
No se que estaba sintiendo, pero no podia dejarla aquí, así que seguí con el camino y me fui.
—¿No sabes nada? ¡Entonces para que sirves, Mina! —.Dije enojado, Nina no sabia nada sobre esta especie.
La bebé kaiju reia en mi pecho, estaba empezando a ponerme tenso de nuevo, trate de calmarme mientras resibia unas regañizas de Mina.
La bebé se bajo y empezó a jugar subiendo por mis piernas, como si yo fuera su....
Ay no.
—Ella te ve como su madre.
—¿¡Qué no ve que soy hombre!? —.Empece a alarmarme, y volví a mi estado normal, trate de calmar mi respiración, aunque los sollozos de la kaiju me alarmaron.
Esta casi lloraba mientras corria hacia mi, asustado empecé a gritar y huir con Mina a mi lado.
—Te tiene miedo —.Grito Mina mientras corria de la bebé.
—¿Me tiene miedo? ¡Ella mide como 2 metros! —.Grite asustado mientras aun escapabamos.—¡Unidad de contención!
—¿¡Cuál de todas!?
—¡LA MAS GRANDE!
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—Llama a Ely —.Dije enojado observando a la bebé kaiju, quien por fin se había calmado dentro de esa contención.
—La señorita Eleanor Henn cambio de número, no se cuantas veces tengo que repetirtelo, Kenji.
Con un suspiro trate de buscar algo, alguna idea, hasta que alguien llamo a la puerta, mi papá.
—¿Llamaste a mi papá? —.Pregunte indignado.
—Tu padre tiene más experiencia en estos casos, Kenji —.Con enojo, fui a abrir la puerta.
Nadie dijo nada por unos momentos, el ambiente tenso no ayudaba en nada en si.
—Mina me llamo —.Murmuro mi papá.
—Ya lo se.
—¿Esta todo bien? —.Pues no, nada esta bien, gracias por preguntar.
—¿Ahora lo preguntas? Cuando necesitaba que te interesaras en mi nunca lo obtuve.
—Tenia ocupaciones, Kenji, no podía estar tan al pendiente de ti.
