Desde pequeños, aquel hijo del gran ultraman, y la hija del ayudante de este, se habían vuelto los peores enemigos que podrías imaginar.
El odio entre ellos dos era cada vez más palpable. Pero, un accidente causo que cambiaran de parecer, odiandose...
Con el traje fui corriendo hacia Emi, notando que esa no era Gigantron, era un robot.
Suspire malhumorado mientras la oia gruñir mecánicamente cada que me acercaba. Emi volaba a su alrededor, hasta que se metió entre nosotros, la Gigantron la derribo, y sentí mi corazón hundirse.
La tome entre mis brazos antes de que cayera al mar, notando su mejilla roja y lastimada, la deje en tierra y enojado me voltee a ver a Gigantron, antes de atacarla con mi sierra.
Hasta que Emi se recostó en su pecho, parecía quererla... Como Ely.
-¿¡La quieres, en serio!? -.Grite ironico, antes de que un brazo robotico me agarrara, derribandome. Sin darme cuenta, choque contra el frío mar, quedándome sin aire.
El retumbar de mi corazón se oia en mi cabeza, y me acorde de aquel verano cuando Ely se hizo un fleco del cual me burle.
-¡Pareces Dora la exploradora! -.Dije entre risas mientras le revolvía el pelo mientras pasábamos cerca de la piscina.
-¡Y tu pareces Botas, por lo estúpido y lo simio! -.Dijo ella y me aventó a la piscina. No sabia nadar en ese entonces.
Asustado trate de salir, hasta que con pánico ella corrio a mi y me salvo.
Fingi quedarme dormido para que me diera respiración boca a boca y burlarme de ella, pero la fuerte cachetada que me dio me hizo darme cuenta que no me daría ese tan ansiado beso que quería yo.
Hasta que sentí como me sacaban, notando que era la mano del traje de mi papá.
Alce la vista, notando que estaba vivo.
Empece a llorar de felicidad, abrazando sus dedos con fuerza.
Sabiendo como era Ely, estaría con el, pero al no ver nada, pude saber que se había ido a Nueva York otra vez.
Aunque un presentimiento me decía lo contrario...
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-Señor Norman -.Murmure con algo de miedo, el efecto de las encubadoras estaba llegando ya que mi piel estaba empezando a regenerarse, Kenji tenia mucha tecnología en su casa.
Mientras retrocedía, el señor Norman se acercaba cada vez, dejándome ver su piel ahora rocosa, de algunos tonos negros, su altura ahora era descomunal, encorbado y con alas. Parecido a Gigantron.
-Ahora no solo eres la única con poderes, Henn -.Su sonrisa se ensancho, al igual que sus dientes de habian vuelto afilados y podridos.
-¿Por qué esta aquí? ¡No he utilizado mis poderes!
-¡Pero conviviste con una Kaiju! -.Su voz ahora parecía la de un monstruo, (Cosa que ya era). Ronca y grave, como el gruñido de una bestia.
-Mi vida personal no le incumbe, señor -.Trate de seguir regia y sin miedo, pero era horrible.
Cuando escuche algunos quejidos del señor Sato, sentí esperanza, estaba vivo.
-¿Lizzy...? -.Murmuro con algo de confusión al no verme, quise ir con el, pero las garras del señor Norman me agarraron, tapandome la boca y acorralandome en la pared.
Trate de zafarme, pero mis patadas eran inútiles, cuando el señor Sato pudo ponerse de pie e irse, sentí la poca esperanza que tenia irse corriendo.
-¿Sabes lo que le hago a los traidores como tu? -.Senti su voz cerca de mi oído, con miedo alce la mirada para verlo. Pero ahora sus ojos eran completamente negros, me jalo y tapandome aun la boca me llevó a uno de los Jets de los FDK.
Varios hombres de allí me miraban con pena o con asco, no quería morir en ese lugar.
Me dejaron caer en una silla cuando entramos a una oficina, habian tantas agujas, y la araña 102. Sabia lo que se acercaba, cuando me empezaron a amarrar las extremedidades a la silla, trate de gritar, pero mi voz no salía.
Hasta que me cedaron...
Y el mundo se torno negro.
Cuando abrí los ojos, estaba en una sala blanca. Me puse de pie y caminando empecé a buscar algo, o a alguien.
Hasta que los vi; todas las personas que amo.
Los que estaban hasta el frente eran Kenji, Emi y mis tíos. Quienes al verme me abrazaron. Sentí la calidez de sus abrazos, su cariño.
Hasta que desaparecieron, los busque por todos lados gritando sus nombres, hasta que por fin desperté.
Una linterna estaba sobre mi ojo mientras unos dedos lo abrian. Me ardia así que lo cerre, aun sin poder hablar completamente.
Mire quien era el que estaba conmigo, notando que era el señor Norman, ya normal.
-Supongo que estarás confundida, Henn. Pero eres la solución -.Si pudiera hablar, ya le hubiera insultado-.Tu sangre tiene los sucientes químicos para logar hacer la perfecta reacción en el cerebro del Kaiju, logrando dominarlo. Eres un Ophiocordyceps.
No se si sentirme asqueada o halagada de ser la salvación de un montón de loquitos.
-Y eso fue tan solo con unas pocas gotas de tu sangre -.El miedo volvió a mi cuando se acerco nuevamente. Empecé a patalear y hacer fuerza para levantar mis manos y arrancar el cinturón de cuero que las amarraba.
-Si puedo drenarte, valdras la pena, y por fin podrás servir en algo -.Deje de forzar para escucharlo-.Eleanor Henn, la heroina de Oscorp y FDK. Tu madre podría volver contigo y pedirte perdón cuando se de cuenta que eres mejor que su amado Michael.
Me quede sin aire unos momentos, hasta que pude recuperarme al igual que mi voz.
Alce mi dedos levemente, indicándole que se acercara a mi. Algo confundido lo hizo y se inclino hacia mi para escucharme.
-Chupame las bolas -.Murmure riendo, aunque empece a toser, y aun más cuando recibí aquel golpe en mi estomago, sacándome el aire.
Me había mareado, y el mundo daba vueltas sobre mis pies. Vi mi sangre embolsada en varios frascos, no se si los poderes hacían que tuviera más sangre o que. Pero solo quería volver a dormir.
Aunque cuando tomo mi pelo e hizo que alzara la vista hacia el, quise romperme a llorar completamente.
-Pero no te preocupes, Henn. La primera con la que lo probaremos será tu amada y preciada hija Kaiju -.Me soltó con brusquedad, trate de gritar nuevamente, pedirle que parara. Pero vi como las agujas drenaban mi sangre, quedándome inconsciente de nuevo.
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