Desde pequeños, aquel hijo del gran ultraman, y la hija del ayudante de este, se habían vuelto los peores enemigos que podrías imaginar.
El odio entre ellos dos era cada vez más palpable. Pero, un accidente causo que cambiaran de parecer, odiandose...
—¡ELY! ¡PAPÁ! —.Grite asustado al notar como habrian fuego, pero fue tarde. Ellos cayeron al suelo.
Me acerque corriendo a verificar que estaban bien, mi corazón se aceleraba con rapidez mientras mi paciencia se agotaba, tome el traje y tuve que encargarme de todo.
En pocos minutos, todos estaban derribados, y oi unos pequeños quejidos viniendo de parte de Ely.
Notando como sangraba...
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—No se que hacer... —.Murmure viendo como Ely y Papá estaban graves, aunque más Eleanor, había tratado de protegerlo, lo logro, pero solo la afecto más.
—Ellos estarán bien, Kenji, ellos estarán bien —.Mas que una verdad, sonaba como un consuelo, asenti con la cabeza y voltee a ver a Emi, quien seguía evolucionado, hasta que por fin se abrió.
Me acerque con rapidez para ver que estaba pasando, cuando vi que había cambiado, le habían crecido alas.
Emi abrió los ojos, mirando por toda la sala, buscando a Eleanor...
Cuando la encontró, encubada y con sus ojos cerrados, empezó a llorar y querer ir hacia ella, trate de detenerla llamándola para que se calmara, pero fue inevitable que abrazara la encubadora donde estaba ella, llorando y queriendo abrazarla.
Contuve las lagrimas y suspire, debía esperar a que se calmara.
Aunque, a la distancia la sombra de Gigantron llamo mi atención.
—Emi, nena, no vayas —.Dije asustado mientras Emi se acercaba, algo estaba mal.
Muy mal...
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—Recuerda Eleanor, la vida no es del todo buena en cada momento, pero, si sabes adaptarte a ella y encontrar buenas personas que logren apoyarte, sera mejor —.No entendía lo que decía, abri los ojos, y reconoci ese lugar.
Era mi cumpleaños número 9, papá me había llevado a pescar a un muelle, algo que odiaba, pero pasar tiempo con el era lindo.
Mamá no había querido venir ya que "odiaba" los pescados, el agua sucia y la pesca. Aunque los había escuchado hablar horas antes.
—Odette, No puedes simplemente faltar al cumpleaños de tu hija por un simple capricho —.Dijo mi padre mientras yo lo esperaba con las cañas en mis manos, me habia regalado una rosa solo para mi.
Siempre los escuchaba discutir desde que supe que era el odio y el desprecio, y claro, cuando entendí las palabras.
—Sabes que jamas quise tenerla —.Senti mi corazón romperse mientras apretaba con fuerza la caña.—Tu fuiste el pendejo que quiso tener una hija después de mi primer aborto.
