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Un cementerio enmedio de un bosque, la noche habia llegado, un chico iba caminando por ahí, o mejor dicho huía de los muertos satánicos, otro aparece frente de él y lo arroja también al suelo, es una chica que parece tener una sombra de ojos negra muy notable y cabello negro largo y liso, lleva una chaqueta de cuero negra con algunas puntas plateadas y romas en los hombros, y lleva pantalones blancos, junto con una camisa blanca, ella simplemente lo está mirando fijamente en el suelo.

El chico que esta en el suelo retrocede gateando, un poco asustado.

— ¡Dios mio! —Él murmura para si mismo, mientras mira a la chica frente a él.

La chica se queda allí mirándolo con una mirada muy vacía, luego agarra su cabeza y lo levanta hasta ponerlo de pie, luego dice algo con una voz que suena como si viniera de las profundidades del infierno.

— ¿Tienes miedo, carnal?

— ¿Carnal? oye, más respeto, ni siquiera te conozco. —El chico se cruza de brazos, mientras la miraba con disgusto.

— No me des esa actitud, he matado a más humanos de los que puedes contar, tienes suerte de que no te haya matado ya, pero tengo que decir que me gusta la forma en que hablas, ¿eres sólo un hombrecito engreído o realmente no sientes miedo?

— ¿Miedo? tengo más miedo a los vivos que a los muertos... no preguntes porque. —El chico sonrie timidamente.

— Hmm, eso es interesante, ¿por qué? como probablemente podrás ver, no soy exactamente humana y ¿no me tienes miedo? eso es muy interesante. —La chica agarra su barbilla con una mano.— Hmm... —Ella lo mira fijamente a los ojos.— ¿Cómo te llamas? —Pregunta mientras dice esto de una manera muy amenazadora.

— Hmm, ¿por qué quieres saberlo? —Él la mira fijamente a los ojos, luego frunce el ceño.

— Sólo dime, ¿por qué no puedes responder una pregunta tan simple? —La chica todavia agarra la barbilla del chico, mientras seguia mirandolo a los ojos mientras dice esto, su agarre es bastante fuerte por decir lo menos.

— Bueno, mi nombre es que te importa, y no todos me preguntan, solo me dicen apodos y ya. —El chico se suelta del agarre de la chica.

La chica parece un poco intrigada de que él haya podido liberarse de su agarre, ella se queda allí mirándolo por un segundo antes de inclinarse cerca de él, ella vuelve agarrar su barbilla y lo acerca aún más.

— Entonces, ¿cómo te llamas, guapo?

— ¿Guapo? suficiente, no te diré mi nombre, me enseñaron a no dar mi nombre a extraños, especialmente a
personas satánicas. —El chico se suelta de nuevo y retrocede.

Los ojos de la chica se vuelven de un tono aún más oscuro mientras su mandibula cae ligeramente.

— ¿Ah...? ¿Cómo te atreves a hablarme así? —Ella dice esto con un tono extremadamente amenazador y diabólico, luego se acerca a él, volviéndolo agarrar de la barbilla, su agarre se vuelve aún más fuerte y obliga los ojos de él hacer contacto visual con los de ella, luego ella habla.— Dame tu nombre, patético desperdicio de carne humana.

— ¿Patético desperdicio de carne humana? eso le dijeron a tu madre cuando naciste. —El chico empuja a la chica y sale corriendo.

La chica parece muy enfurecida por esto, justo cuando él se soltó, ella lo comienza a perseguir por el bosque, cuando lo alcanza, lo agarra del brazo con ambas manos y lo jala hacia atrás.

— ¡OH NO, NO LO HAGAS! —Mientras grita esto, también lo acerca a su cara para que ahora estén a solo unos centímetros de distancia, ella susurra.— Te voy a matar por hablarme así, pero no lo haré rápido, creo que lo haré lo más doloroso posible.

Symphony of SoulsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora