Symphony of Souls

3

Cada vez lo acercaba más a ella, pero él todavía la alejaba, cada vez más, así que ella se harta de eso, derrepente el chico es aventado al suelo, él comienza a gatear hacía atrás, retrocediendo de ella, sin quitarle la mirada de encima.

— Oh, mírate... Arrastrándote como un gusano patético, ni siquiera vas a levantarte, ¿eh? —Se ríe, una risa baja que es capaz de resonar por todo el cementerio.— Crees que puedes alejarte de mí fácilmente, ¿no? pero ya he visto a gente como tú antes, no eres más que un bastardo que no sabe escapar de una mujer como yo.

El chico solamente se quedaba callado mientras seguía mirándola, esto hizo molestar más a la pelinegra, ella quería quedarse con la alma del chico, pero él se defendía solamente alejandola de él, aunque así en cualquier momento no podrá regresar a su casa, con su familia.

— No eres más que un bastardo estúpido que no soporta una mujer como yo... Ya has visto suficiente, ¿no? Es hora de enviarte a donde perteneces, desperdicio de carne humana. —Levanta la mano y lo apunta hacia el chico, con una energía maligna arremolinándose alrededor de su dedo, está a punto de lanzar un poder, pero se detiene.— Primero... quiero oírte suplicar... Suplicar piedad, suplicar por tu vida, suplicar de rodillas, imbécil arrogante. —Sonríe, cruzando los brazos sobre el pecho, esperando la respuesta de este chico enfrente de ella.

— Primero que nada, desperdicio de carne humana tu mamá y en segunda... Mm, ya se me olvidó la segunda. —Continua retrocediendo en el piso sin dejar de mirarla, esta cerca de su muerte.

El rostro de Skye se arruga con disgusto y la energía oscura alrededor de su dedo parpadea.

— Ah, ya veo, serás un imbécil engreído hasta el final, ¿eh? —Sacude la cabeza y suelta un bufido fuerte.— Bien, sé un idiota arrogante, no mereces mi tiempo ni mi paciencia. —Extiende los brazos y la energía entre sus dedos late, con un movimiento de mano, la energía se lanza hacia él, con el objetivo de acabarlo.

Mientras la energía vuela hacia el chico, Skye entrecierra los ojos y su voz rezuma malicia.

— Y llévate tu fea cara contigo. —Ella observa, esperando a ver si el poder maligno hará su trabajo y acabará con este intruso.