4

4 1 0
                                        

Una persona se hizo paso entre la multitud que acaparaba los pasillos.

Llevaba una mochila con pines y un gorro le tapaba la cabeza. Su cabello negro ondeaba a cada paso y mascaba un chicle con cierta soltura.

Algunas miradas curiosas y sorprendidas se posaban sobre ella cuando levantaba la cabeza, pero ella no optó por mantenerla gacha. Los murmullos y susurros la siguieron hasta la clase, donde una vez allí no cesaron.

Tomó asiento en una silla al fondo. Sería un día normal si no fuera su primer día en ese instituto, pero la parte de las miradas y los cuchicheos sí corresponder a un día como cualquier otro.

- Buenos días, clase. - Dijo la señora que acababa de entrar por la puerta. - Por favor, abrid vuestros libros por la página cincuenta-y-tres.

Se oyeron los rumores de las páginas girando de todos los alumnos.

Una mano se levantó en medio de la concentración de la clase. La profesora le cedió la palabra sorprendida.

- Yo aún no tengo el libro - Y estas palabras hicieron que quien no la había mirado ya se fijara en ella.

- Bien, pues colócate con un compañero. Maya, puedes compartir el libro con Ivy? - Y esta, al escuchar su nombre, levantó la cabeza y la movió en gesto afirmativo. Se pusieron juntas.

La profesora iba dando explicaciones mientras Maya saludó a Ivy.

- Ei, hola, soy Maya. - Dijo con una sonrisa

- Ivy. - Dijo la otra, y rápidamente apartó la mirada.

- Chicas. Prestad atención. - Les avisó la profe. Las dos asintieron.

Y así pasaron las dos horas de Historia.

Ivy se miró a Maya con discreción y esta le devolvió la mirada. Maya sonrió, la otra miró hacia otro lado.

Sonó el timbre y todo el mundo se apresuró a recoger sus cosas.

- Acordaos de traer el proyecto en parejas hecho para dentro de un mes.

Ivy se sorprendió con esto, pues no tenía pareja.

- Quieres ir conmigo? Yo tampoco tengo pareja porque no vine la sesión anterior.

- Ah, sí, claro. - Y le dedicó una sonrisa rápida.

Los alumnos y alumnas empezaron a salir de la clase. 

- Que, ya te estás ligando a la nueva? - Dijo un niño que pasaba por el lado de Maya y el coro de adolescentes que le seguían soltaron una risa.

A Maya se le pusieron las orejas rojas y mostró una mueca, Ivy se mostró indiferente y siguió recogiendo sus cosas.

La chica de los ojos rojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora