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Melissa se habia hechado hacia atrás para ver que pasava en la habitación. Ahún se preguntava quien era la persona tendida en la cama, una amiga suya, igual?

Pero luego sucedió el beso que la dejó anonada. Y se le encendió la bombilla.

Se giró hacia su marido y le empujó.

- Que has hecho? Los sabías?

- Que? El que?

- No te hagas el tonto, nuestra hija es... es... es lesbiana.

Se le pusieron los ojos como platos y se apresuró a hacerla callar.

- No digas eso, es pecado.

Las lágrimas subían por la garganta de Melissa mientras pensaba en todo el tiempo que había perdido con su hija.

- Como has podido? Has escogido la religión sobre tu propia hija?

Pablo miró el suelo, avergonzado.

- Quiero un divorcio.

- Qué? - Pablo atravesó a Melissa con la mirada - Solo por... esto?

Al decir eso, enseñó las manos y las movió en gesto de resumir lo que pasaba.

- Vete, no te quiero ver.

Pablo miró de nuevo a Melissa y luego giró la cabeza de lado a lado.

- Tienes muchas cosas que aprender.

Melissa le dijo, y con esto Pablo echó a andar por los pasillos del hospital.

La chica de los ojos rojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora