Espacio dedicado a autores e historias que han ganado el Open Novella Contest en español.
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Del odio al amor puede haber un paso... o muchos tropiezos.
El carruaje de Lady Honora, hija del conde de Dawnshire, es asaltado por unos forajidos a su paso por uno de los bosques de las Tierras Altas escocesas. La dama no arde precisamente en deseos por llegar a su destino, pero Nora no sería Nora si permitiera que ese contratiempo le impidiera cumplir con su obligación: llegar al castillo de Dunvegan y contraer matrimonio con el Laird en el plazo de una semana.
Una vida tranquila es lo único que Lachlan MacLeod ha deseado desde que se convirtió en jefe de su clan. No obstante, para honrar el compromiso adquirido por su difunto padre, el Laird deberá tomar como esposa a una mujer a la que no conoce y mucho se teme que su inminente boda pueda interferir con la paz que tanto ansía. Porque, para su eterna desgracia, su prometida resulta ser inglesa, además de toda una fuerza de la naturaleza con una irritante tendencia a llenar su vida de apuros... y su cuerpo con el más devastador de los deseos.
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Todos conocemos que existen ciertos tropos para los romances. Dichas opciones no son criticables, lo que muchas personas llaman cliché son fórmulas establecidas para el género.
El verdadero arte, sin embargo, consta en tomar el recurso y darle un enfoque único basado en el contexto de la historia y la caracterización de los personajes.
Si bien, tuvimos varias historias girando en torno a conflicto entre parejas y compromisos forzados, lo que hace diferente a "Una dama -y muchos apuros- para un Laird", es la capacidad de la autora de combinar la lucha política entre Escocia e Inglaterra en un marco histórico que separa a los protagonistas con razones más fuertes que una simple desavenencia de carácter.
Es un "enemies to lovers" donde las reglas se han establecido por siglos antes del nacimiento de los personajes principales.
El primer arco de la historia presenta a Nora, una joven noble inglesa y Lachland, un laird escocés al que fue prometida. Su encuentro inicial está marcado por la violencia: unos delincuentes tratan de asaltar el carruaje en el que viaja la dama y el caballero de las Tierras Altas se presta para poner orden... con un resultado inesperado.
Desprovistos del entorno social que les obligaría a cumplir con el protocolo, la pareja comienza a conocerse de una forma no tan convencional, lo que provoca momentos llenos de tensión, combinados con algo de humor y una medida de cordura, provista por Aldwine, el tutor y, en muchos casos, figura paterna de Nora.
La segunda fase de la historia es un poco más complicada para nuestra protagonista, pues, por decirlo así, se encuentra en terreno desconocido. La llegada al castillo de Dunvegan, la residencia de su prometido, le da la ventaja a Lachlan.
Es aquí donde comenzamos a conocer los protagonistas a través de los ojos de otras personas. Puede ser que Nora no sea tan opinionada y voluntariosa como Lachlan la ha estado considerando, y que el laird merezca ser visto desde otra perspectiva: la de un hombre a quien desde muy joven se le impuso una responsabilidad ineludible.
A momentos tierna, llena de un humor sutil, momentos de tensión romántica y de inesperados resultados, la historia es una narrativa que hilvana elementos conocidos, en una narrativa donde la dinámica de polos opuestos abre un espacio para que cada personaje brille de una manera individual, mostrando facetas nuevas que manejan sorprender, tanto al lector como a los personajes mismos.
¿Podrá el amor vencer? ¿O acaso, el carácter opuesto de la pareja ganará el día?
No vamos a contestar estas preguntas, pero si les vamos a invitar a leer esta historia, la cual es corta, de fácil lectura, y diseñada para dejar satisfechos a todos aquellos amantes de el romance y la ficción histórica.
