Espacio dedicado a autores e historias que han ganado el Open Novella Contest en español.
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Eros hornea galletitas. Alex se niega a probarlas.
"-Quiero que el hombre más lindo del pueblo entre a comprar pan y se enamore de mí y venga a comprar pan todos los días hasta animarse a pedirme una cita. ¿Estoy pidiendo demasiado?- ¿Hola?"
Condenado a vivir en el mundo humano, Eros abre una panadería. El negocio es un éxito gracias a sus galletitas mágicas, capaces de enamorar a cualquiera que las pruebe.Es culpa de Alexis que Eros se equivoque y lo arruine todo.
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Canela forma parte del top 5 del Open Novella ContestES 2024, les dejamos aquí la reseña.
Eros ha bajado desde el Olimpo hasta el mundo humano. Ahora regenta una panadería, en la que vende unas galletas mágicas capaces de enamorar a quien las pruebe. Además, sueña con una única cosa; que un hombre llame a la puerta de su local, se enamore de él, y lo visite continuamente hasta animarse a pedirle una cita. Cuando en su vida entra Alex, un chico con el que parece conectar desde el principio, este sueño parece cada vez más cerca de ser real. ¿Habrá encontrado el amor finalmente? ¿Qué ocurrirá si le revela su verdadera naturaleza? ¿O acaso hay factores mucho más importantes en juego que el simple hecho de que un humano sepa quién es?
El primer detalle que llama la atención de Canela, y lo que mantiene el interés por seguir leyendo, es que todo en ella empieza casi tan azucarado como las galletas que mueven la trama. Se siente como darse un atracón de chocolate, solo que aquí estás disfrutando de un cuento de hadas ambientado en un mundo en el que todo resulta cozy. Parece que va a ser una de esas comedias románticas que te deja una sensación de bienestar cuando las terminas.
Al efecto contribuye una prosa ligera y acaramelada, que te bombardea con imágenes de dulces, diminutivos, y descripciones de actos tiernos. El lector no se va a encontrar la historia más compleja del mundo ni el aspecto técnico más recargado; tampoco es una novela que te haga replantearte conceptos profundos e intelectuales. Pero es que nada de eso es lo que se pretende. Su tono es, esencialmente, juvenil y de evasión. Quiere hacerte sentir cosas, y desde el punto de vista de que el arte existe para transmitir emociones, lograr que el lector se sienta bien es tan o más difícil que hacerlo reír o llorar. De hecho, en esta época convulsa en la que vivimos, podría discutirse que es una bondad más necesaria que nunca.
Lo interesante es que, aunque no conviene detallarlo mucho para no incurrir en spoilers, esta felicidad artificial inicial se ve, en cierto punto, bastante desafiada. Cuando ya te lograron hacer bajar la guardia, y hacerte pensar que todo van a ser arcoíris y estrellas, es cuando llega el conflicto inesperado que te rompe. Y, entonces, se produce un efecto precioso en el que estás tan dentro de la historia que de verdad quieres que termine bien para todos los implicados.
Se logra un grado de implicación mayor al habitual porque previamente se tomaron la molestia de hacerte encariñarte con su mundo, lo cual es algo con lo que todas las historias de romance sueñan pero no siempre logran llevar a cabo. En el caso de Canela, el secreto está en la forma de narrarlo todo y en sus caracterizaciones. Hasta Eros, que no es un personaje al que podamos llamar el adalid de la virtud, termina siendo alguien con el que resulta bastante fácil encariñarse, a pesar de su moral un poco cuestionable. A veces basta con eso, lograr ese enganche inicial que de fuerza extra a todo lo demás.
Por eso, si te apetece leer un romance gay bien hecho, tienes la receta dentro de las páginas de Canela.
