Al día siguiente me desperté más contenta que nunca. Jamás había tenido tantas ganas de llegar a clase. Cuando me levanté, mi prima ya se estaba preparando para su primer día en mi instituto. No pude evitar darle un abrazo fuerte de la emoción que llevaba dentro.
Mi madre entró a nuestra habitación con dos conjuntos de ropa para nosotras, que eran exactamente iguales. Le intenté explicar que eso daba pena ajena, pero ella insistió enfadada en que nos lo pusiéramos y no era plan de darle la contraria. Sabía que si le discutía se acabaría cabreando de verdad, así que acepté y Blanca y yo nos miramos y nos reímos disimuladamente. Era un pantalón blanco básico, algo apretado y un top negro ajustado, de estos que tienen dos tiras finas para sujetarse y que te tapan los pechos y una parte de la barriga. Nos vestimos y vi como a mi prima la ropa le quedaba fantástica, pero cuando miré mi silueta en el espejo, observé una figura completamente deforme. Sentía como deformaba más la forma de mi cuerpo. Mi prima no paraba de observarme.-¿Tan mal me queda?-Pregunté insegura.
-Al contrario, jamás en mi vida te había visto tan perfecta. - Me animó. Le dirigí una sonrisa floja, pero, sinceramente, no le creía.
Cogí una sudadera y nos dirigimos las dos juntas a clase. Cuando entré, sentí como si todo el mundo me estuviera mirando fijamente. Seguramente sería por mi gran parecido con Blanca y porque nunca la habían visto en el instituto, sin embargo, yo no podía evitar pensar que era por la mierda de cuerpo que tengo, por lo que cogí mi sudadera y me la puse, aunque ni siquiera hiciera frío. Mi prima me miró decepcionada y me dijo que estaba tonta, que el conjunto me quedaba perfecto, pero me dio igual, no me sentía nada segura sin ella puesta.
A Blanca le habían cogido en la otra clase, gran desgracia para ella, a la misma que iba el mismísimo Sergio y aquel grupito de chicas y chicos que daban aún más asco que las de mi clase.
Cuando sonó el timbre que indicaba el comienzo de las clases, me despedí de ella, le deseé suerte y nos dirigimos cada una a su aula. Carla estaba sentada en su pupitre hablando con Natalia sobre sus cosas. Se le veía mucho más alegre y ya no había rastros de heridas en su cara. Era como si nada de lo ocurrido el día anterior hubiera sucedido, como si hubiese sido solo un simple sueño de los que parecen realidad. Me saludó con una sonrisa, se la devolví con un gesto de mano y se acercó a decirme algo.
-Hola Elena. Te queda super bien esa ropa, estás muchísimo mejor sin la sudadera, no entiendo por qué te la pones, si ni si quiera hace una pizca de frío. Por cierto, ¿la nueva es tu hermana?
-No, es mi prima, Blanca -Contesté.
-¿Tú prima? ¿Y cómo es posible que os parezcáis tantísimo?
-Es algo muy raro de explicar, suena muy loco y poco creíble, pero es real, simplemente nuestros padres y nuestras madres son gemelos. -Expliqué
-Osea, que tu padre es hermano gemelo de tu tío y tu madre es gemela de tu tía.
-Exacto.
-Que cojones, que extraño y que guay al mismo tiempo -Rió bastante sorprendida.
De repente, antes de que nos diera tiempo de seguir conversando, entró el profesor de historia, Luis, el cual nos dirigió una mueca alegre a modo de saludo. Era un chico bastante joven y atractivo , que se notaba que le gustaba su trabajo y lo que daba. Siempre daba unas clases fascinantes que despertaban la atención de todos. El único inconveniente era que le había pillado más de una vez ligando con alguna alumna y mirándome fijamente. Muchas veces solía reclamarme para ir con él al final de las lecciones, dónde me preguntaba cosas sobre mí e intentaba darme consejos para que no estuviese tan sola. Ese día volvió a llamarme, pero esta vez me dijo que lo esperase en mi aula a la hora del recreo, cuando ya no hubiera nadie.
Pasaron las tres primeras horas y, cuando sonó el timbre de la entrada al patio, seguí sus órdenes. La verdad que llegó demasiadorápido.
-Hola preciosa. Llevaba ya bastante tiempo sin hablar contigo y la verdad que ya me apetecía hacerlo cuando no estuviese nadie presente. Me he fijado en que en estos últimos días te has estado juntando con Carla, ¿has seguido mis consejos? -Preguntó, a lo que le conté cómo había sucedido todo y como habíamos empezado a hablarnos.
-Bueno, aunque me alegro mucho por ti, te digo que tengas mucho cuidado, ya que Carla se junta con bastantes tíos y ella y su grupo se pasan el tiempo ligándose a los chicos y no me gustan los chavales del instituto para ti... -Me advirtió preocupado y algo celoso.
-¿Enserio ves algún tío estando por mí? -Me reí.
-Si, eres muy guapa, con un cuerpo bastante bien desarrollado y muy inteligente. Te mereces a alguien que sea más maduro...
Le miré extrañada
-La verdad que tampoco estaba pensando en tener novio. - Dije
-¿Segura?
-Más que segura. Yo no soy como las demás chicas que van detrás de tíos como si fueran pollitos.
-Esa actitud tuya es de lo que más me encanta de ti... en fin. Estoy muy contento contigo. Has elevado tu nivel en las notas de los exámenes. Sabía que podías, preciosa. -Me felicitó.
-Gracias
-Bueno, te dejo ir a disfrutar del recreo. Si quieres escapar del mundo, creo que Marisol esta buscando ayuda de alguien para una cosa. Nos vemos mañana en clase, guapa.
-Hasta mañana, profe -Me despedí.
-Para ti soy Luis -Dijo con una sonrisilla.
-Pues hasta mañana, Luis.
Se rió y se fue. Había sido todo muy extraño, me sentía bastante incómoda. Parecía como si me hubiera estado tirando indirectas, pero decidí que lo mejor era ignorarlo y hacer como si nada hubiera pasado.
Me dirigí hacía la clase de mi prima, pero ya estaba vacía. La busqué por el centro y la encontré en la entrada del baño con esa pandilla repelente de su clase. Vi como Sergio ligaba con ella y esta le seguía el rollo como idiota que no sabía en dónde se estaba metiendo, hasta que de repente notó mi presencia.
-Uy, hola, Elena, no me había dado cuenta de que estabas ahí. Lo siento por no haberte esperado, es que estabas tardando mucho, espero que no te haya molestado. Estas son mis nuevas amigas de clase, no sé si ya las conocerás...-
Me fijé en cómo estas me miraban mal y cuchicheaban entre sí. Sí, me había molestado, sin embargo, no quise darle mucha importancia por ser su primer día. También tenía derecho a tener más amigos, ¿no? Aunque fueran los más asquerosos.
Sergio me miró con cara de asesino y se fue. Blanca estaba muy confusa.
-Bueno, me voy a la biblioteca. -Rompí la tensión que se había formado en el ambiente.
-No hombre, quédate con nosotros, primita.
Las otras me miraron bastante raro, por lo que me sentí muy incómoda como para establecerme ahí.
-Enserio, quédate con ellas. Tengo que... em... ayudar a una profesora con algo. - Mi prima aceptó y no insistió más. No pareció importarle mucho y me desanimé un poco. El día no estaba yendo tan bien como lo había esperado. Pero en la salida, Blanca si me esperó para que fuéramos juntas a casa, ahora solo quedaba saber qué era lo que pasaba con Sergio y Carla.

ESTÁS LEYENDO
La portada de un libro, y el libro.
Teen FictionElena es una chica reservada y solitaria, que le encantaría ser como esa chica de su clase, Carla, hasta que un día se dá cuenta de que la vida de esta chica no es tan perfecta como ella esperaba y las cosas empiezan a cambiar...