Capitulo uno

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—Lo dejaste ir sin supervisión —Rhaenys está sentada en el Trono de Hierro mientras observa a su hijo Laenor— Sabes que no debes dejar ir solo a Daeron.

—Mamá, no es para tanto. Daeron solo fue a explorar y volverá pronto —responde Laenor al ver la expresión de su madre— Él sabe cuidarse.

—No es eso lo que me preocupa, Laenor. Me preocupa que se meta en un lío. Tú sabes cómo es Daeron, se mete en líos fácilmente —continúa Rhaenys mientras se toca la frente.

—Madre, tranquila. Daeron me prometió que solo volaría alrededor del territorio de los ríos, no hará nada más —Laenor se notaba nervioso pero trataba de que su madre no lo notara— Está bien.

—Dejar suelto a Daeron sin supervisión es como dejar a un dragón sin jinete, va a causar algún lío —dice Rhaenys mientras lo observa seriamente.

—Tiene trece años, no creo que cause un lío tan grave como para preocuparnos.

—A los ocho años pintó todas las armaduras de los caballeros, y desde ese día aún no sé cómo lo hizo. A los nueve años se escapó de la fortaleza, causando un gran escándalo. A los diez años, provocó un gran problema en Pozo Dragón cuando se llevó cinco huevos de dragón, ya que quería su propio ejército de dragones. Y no te olvides de lo demás que hizo a lo largo de los años. Que tenga trece no significa que no haga algo para causar problemas —dice mientras se levanta— Quiero que tomes a tu dragón, vayas al territorio de los ríos y busques a Daeron antes de que cause algún desastre.

—Si, Majestad —Laenor ya se había dado cuenta de la gravedad— Lo buscaré sin descanso.

—Date prisa —dice mientras observa cómo Laenor se apresura a salir de la sala— Este niño me va a causar un dolor de cabeza —Rhaenys se sienta de nuevo en el trono— Ser reina y madre a la vez no es fácil, para nada fácil.

Unos minutos después

Laenor llega a Pozo Dragón y de inmediato busca a su dragón Bruma. Los guardianes le quitan las cadenas a Bruma, y Laenor se sube rápidamente a la silla de montar y se dirige hacia la salida. Mientras Bruma alzaba el vuelo hacia las tierras de los ríos, Laenor reflexionaba sobre las travesuras que Daeron había hecho a lo largo de su vida. La verdad es que su hermano ciertamente era un tanto revoltoso en algunas ocasiones. Su madre se preocupaba mucho por Daeron, ya que había nacido siendo un doncel, alguien que podía tener hijos siendo hombre, lo que había llevado a que algunos Lores y damas se burlaran del hijo menor de la reina. Esto molestaba a su madre y a su padre, y sinceramente a él y a su hermana también.

Mientras tanto con Daeron

Daeron volaba sobre el territorio de los ríos, todo estaba tranquilo hasta que ve que había un grupo que se notaba que estaban discutiendo. Benjicot Blackwood provocaba a Aeron Bracken, quien ya había sacado su espada y apuntaba a Benjicot. Este no mostraba miedo y solo sonreía mientras miraba a Aeron a los ojos. En ese momento, escuchan el rugido de un dragón. Los dos grupos miran hacia arriba y ven a un dragón azul volando sobre ellos. Daeron había decidido ir a ver por qué se estaban peleando, así que hace que Tessarion comience a descender. Tanto Benjicot como Aeron no sabían de quién era ese dragón azul, solo conocían al dragón de la reina Rhaenys y del príncipe Laenor.

Tessarion termina aterrizando, y enseguida emite un pequeño rugido que causa que el grupo, excepto Benjicot, se asuste. Daeron desciende de la silla y se acerca al grupo. Cuando cruza miradas con Benjicot y Aeron, los dos quedan hipnotizados por los ojos violetas de Daeron.

—¿Qué tal? —dice Daeron mientras levanta la mano derecha— Vengo en paz, solo estoy de paso. Me detuve a ver por qué están peleando y también a disfrutar del chisme. Por favor, díganme por qué están peleando, ya que quiero saber —Daeron les muestra una sonrisa, lo que hace que Benjicot y Aeron se sientan aún más atraídos— ¿Van a decir algo o solo se quedarán en silencio mirándome?.

Un Bracken, Un Targaryen Y Un BlackwoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora