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— Te tengo una sorpresa para esta noche.– susurro Tom al oído de Bill, dejando un camino de besos por todo su cuello hasta su clavícula mientras acariciaba el muslo desnudo de su pareja. Bill tenía recostada la cabeza en el pecho de Tom, sintiendo lo cálido de la vida.

Acababan de terminar su escena de pasión y por supuesto se encontraban cansados hasta las patas.

—¿Cual?– respondio Bill con el ceño fruncido de la confunsion que le inundó, ya que para ser sinceros, Tom no era muy detallado con su esposo. Lo único que le daba de regalos eran gritos y peleas, y de ves en cuando unos golpes...

— Te dije que es sorpresa.

— Me sorprende, tu no eres muy meloso conmigo.– acaricio su pecho con la yema de su dedo. Una risilla salió de Tom.

— Pues de ahora en adelante lo haré.– deposito un beso en la cabeza del menor. Bill sintió una corriente de calor recorrerle el cuerpo, aquello sonó tan verdadero que era imposible no creerle.

— Déjame confiar en ti esta vez...– escondió su cabeza en el pecho de su esposo, avergonzado.

— Verás que esta vez no te fallare.

¿Era una promesa? No todas se cumplen... y entre ellos eso era un gran ejemplo.

Bill acaricio el lado del cuerpo de Tom, sin percatarse que acababa de rozar su trasero. Se sentía avergonzado y solo opto por esconder su rostro.

— Veo que aún tienes ganas de jugar cariño.— Bill abrió los ojos. Levantó la cabeza solo para verse rodeado de brazos por los de Tom, que mostraba una sonrisa sádica.

— Realmente fue un accidente, estoy cansado.– Tom se fue subiendo en Bill, hasta quedar arriba suyo, privandolo de movimiento. Bill intento empujar el pecho de Tom, pero se le fue imposible, él era más fuerte.

— Será rápido, y seré muy,— acercó su rostro al sien de Bill, lamiendolo.— muy cuidadoso...

Estaba claro que Bill no queria hacerlo, acababan de terminar y se sentía fatal, pero sin embargo no podía hacer nada. Tom sujeto debajo de ambas rodillas de Bill, acariciando como loco hasta alzarlas y llevarlas al costado de sus ambas caderas. Las piernas de Bill se abrieron, dejando ver toda su desnudez a Tom nuevamente. Sin sentido, se sentía avergonzado, asqueroso que lo viera en esta ocacion.

Hay que saber diferenciar cuando una persona acepta, y otra no...

—¡Aaahh...!– pego un grito ahogado cuando la ereccion de Tom ingreso en el de forma agresiva y rápida. Su cabeza fue tirada atrás, retorciéndose abajo de su esposo.

Solo queda recalcar que Tom no fue nada cuidadoso a lo que prometio con Bill.

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— Saldré un momento, amor.– habló Bill mientras se mirada al espejo. En este momento quería darse un tiempo para relajarse y sacar todo sus problemas.

— Esta bien, pero no demores, sabes que te tengo una sorpresa.– inesperadamente, Tom salió del baño, dirigiéndose a Bill y abrazándolo por la cintura, chocando su pelvis con el trasero de Bill.

— Demorare si no me dejas ir.– solto entre risillas cuando pudo sentir los labios de Tom dejar besos en su blanquecino cuello. Tom, al escucharlo no pudo resistir una risa entre el cuello de Bill, para luego desprender su cuerpo del otro.

— Te vez hermoso, cuidado y te roban.– vaciló.

— Tonto.– espeto Bill entre una sonrisa, mirando a Tom a los ojos mientras se dirigía a la puerta. Tom al verlo, mordí su labio, exitado. Rápidamente se aserco a Bill, dejando caer su mano en el trasero de este, provocando una nalgadas que hizo saltar al menor.

Tu eterno regreso | Toll |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora