𝟮: 𝗕𝗲𝘀𝗼

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(...)

El trabajo puede llegar a ser muy aburrido cuando no tienes con quien estar.

Como siempre, Fang limpiaba las salas de proyección. Arrastraba el trapeador por todo el lugar, de mala gana.

Otra vez, Maisie lo había castigado por llegar tarde. Lamentablemente la morena no sabía que el asiático tuvo que cruzar tierra y río hasta llegar a su tan despreciable trabajo.

Y aunque lo supiera, le daría igual. Pensaría que es mentira y solo lo usa para darle justificación a su irresponsabilidad.

Le ponía de mal humor la incredulidad de su amiga, le molestaba. ¿Acaso no confiaba en el?, pensó.

Entre tantas vueltas por toda la sala, había terminado de limpiar el gran espacio. Estaba algo cansado, sus articulaciones dolían.

Después de un largo día, Fang finamente iba a apagar la luz de la sala, desde las luces led hasta el aire acondicionado.

O bueno, eso haría si otra persona no se le hubiera adelantado.

Las luces se apagaron en un abrir y cerrar ojos, se podía escuchar el interruptor ser apagado de forma brusca.

A lo que el joven Fang ya sabía quien era esa alma intrusa.
—Mh, ¿sabías que arruinas mas mi día en vez de mejorarlo?—
Habló con franqueza, riendo y deteniendo su paso, mirando a los alrededores, los cuales no estaban completamente oscuros.

Un sonido destacó del silencio abrumador, eran unos pasos y Fang, ya sabía quien era. Los pasos eran pesados.

El asiático suspiró, esperando el susto no tan bien actuado por parte de su novio.

Aunque no se esperaba menos. Estaba tranquilo en cuanto sintió unas manos en sus caderas, haciéndolo suspirar del susto.

Rápidamente, reconoció aquellas manos grandes, y esas mismas lo cargaron hasta alcanzar la altura del rostro de Buster.

—Ah, idiota—
Rió, dando palmaditas en el hombro de Buster. Este mismo sonrió y acarició el cabello de su novio.
—Ay no, eres bien insoportable cuando estas amargado—
Bufó, acercando su rostro al de su contrario para poder unir sus labios por fin, pues, eso era lo que necesitaba el asiático.

Fang no dijo nada y simplemente rió, poniendo sus manos en las mejillas del pelinaranja, cerrando sus ojos y acercando su cara para unir sus labios en un dulce beso.

El beso era tranquilo, lindo y amoroso. Un simple piquito tierno, el cual, los dos hombres se encargaron en disfrutar de este mismo.

(...)

Hola era bait, los capítulos seran subidos cuando no tenga flojera.

𝟯𝟬 𝗗𝗶́𝗮𝘀 𝗢𝗧𝗣 | 𝗕𝘂𝘀𝘁𝗮𝗻𝗴Donde viven las historias. Descúbrelo ahora