𝟵: 𝗘𝗹 𝗺𝗶𝘀𝗶𝗼𝗻𝗲𝗿𝗼

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(...)


Fang no le dio importancia y decidió seguir con el acto. Besaba dulcemente cada parte del rostro de Buster, acariciando su cabello para relajarlo.

Buster estaba arriba, por lo cual era mas fácil besar su rostro, y claro, también ver sus expresiones de placer.

El pelinaranja suspiró. Se estaba recuperando de tremenda venida que había experimentado. En su rostro se podía apreciar lo exhausto y al mismo tiempo exitado que estaba. Mordió su labio, evitando sus propios gruñidos.

A Fang le pareció adorable la acción. No podría resistirse ante tal hombre que tenía enfrente. El chico acarició la espalda ajena, empujándolo un poco hacia si mismo, dando un mensaje que Buster entendió de inmediato.

—S-Si te duele, dime y paro.—Avisó jadeante, mientras agarraba su hombría y la presionaba contra la entrada de Fang, la cual ya estaba lubricada.

Fang solo asintió, abriendo más sus piernas para que la penetración fuera más fácil.

Buster metió su pene lentamente, saboreando todas las nuevas sensaciones provocadas por lo reprimido que estaba.

—U-Uhm...— Fang aferró sus brazos a la nuca de Buster, abrazándolo para acercarlo más. De la boca de este, muchos gemidos salían. Se estaba acostumbrado a ser invadido por el gran tamaño de su novio.

Con cuidado, Buster empezó a moverse lentamente, sumergiendose más en las onduladas paredes, provocando movimientos bruscos por su parte, pues el placer que sentía era inimaginable.
Estaba en el cielo, apunto de ver las estrellas.

Ninguna sensación era parecida a la que el cinéfilo sentia ahora. Ni siquiera su película favorita le provocaba tanto éxtasis, aunque claro, hablamos de sentimientos diferentes.

—A-Ah— Gimió Buster, apretando las sábanas con las que se sostenía.

El pelinaranja embistió con más fuerza, metiendo y sacando de forma repetitiva su miembro, forzando a Fang abrirse más con cada embestida, pues, su miembro no era a lo que se le conocía como pequeño.

Sin embargo, entre mas fuerte continuaba Buster, una expresión extraña se dibujó en Fang, algo que nunca había visto, y, no parecía de placer.

Reaccionó al oír los gemidos tan bajos que emitía el otro chico, como si estuviera llorando. Buster se alarmó y paro, viendo confundido y analizando detalladamente cada partícula del ajeno rostro.

—¿T-Todo bien?, ¿Fuí muy rudo?— Preguntó preocupado, y algo desesperado, pues su miembro estaba palpitante y lo único que quería era tener un orgasmo de una vez.

—Te amo... Perdón, es que me emocione.— Lloriqueo Fang, aferrándose a Buster y escondiendo su cara en el cuello del mencionado.

Fang se sentía especial en ese momento, por fin Buster se había atrevido a tener relaciones íntimas con el, y su corazón no pudo evitar desbordarse de la alegría interna que tenía acumulada.

Ante tal acción, Fang unió más su cuerpo con el de Buster, enrrollando sus piernas en la cadera del otro. Quería hacer más fuerte el agarre, a lo que Buster no pudo evitar reír.

—Jaja, ¿estás conciente de la situación en la que estamos?— Preguntó sin pensarlo tanto. Creía que Fang estaba llorando genuinamente, cuando no era así.

—Q-Que malo eres. Pretendes follarme y luego tratarme mal. — Dramatizo, riendo un poco.

—Entonces perdón, mi amor. Yo también estoy emocionado. Te amo, ¿si?— Habló Buster, tratando de no retorcerse. Por dentro, estaba sufriendo por no moverse, y todo lo hacía para hacer sentir mejor a su dulce novio.

Fang asintió y se relajó, siendo esta como una señal para que Buster pudiera seguir, y este no perdió el tiempo. Se le había quitado la timidez.

El pelinaranja prosiguió sin importarle esta vez la delicadeza. Cada vez sentía como Fang se abría más,  sintiendo así más seguridad, y al verificar que no le dolía, decidió actuar como nunca antes, sacando su lado reprimido.

Su velocidad empezó a ser como la de un balazo, su vaivén rítmico, como si estuviera jalando un gatillo.
Sus movimientos eran apasionados y con mucha urgencia, cada vez necesitando mas a Fang.

Y Fang solo se sumergía en el placer que Buster le brindaba, gozando de cada roce son su piel ardiente. La fricción de ambos cuerpos se empezó a hacer presente cuando Buster presionó su pelvis contra la de Fang.

La hombría del asiático estaba goteando, provocando la humedad en la pelvis del pelinaranja. Se sentía profanado de todos lados, y le encantaba.

Fang empezó a sacudir mas su pelvis para encontrar más fricción. Su pene también estaba duro y necesitaba tanta atención como la que Buster recibía.

—Ahh~— Su voz se hizo aguda ante tanto placer, moviéndose mas y más, su orgasmo estaba por venir.

Buster lo notó, y no iba a dejar pasar la oportunidad de ver a Fang teniendo un éxtasis, es más, necesitaba verlo, ahora.

La gran mano del chico bronceado agarro el pene de Fang, jalandolo de forma brusca, ahuecando la punta, justo como el asiático lo necesitaba.

—Mas— Pidió, moviendo sus caderas, lo cual facilito mucho mas las embestidas bestiales.

Buster acudió, tanto que incluso sus pieles chocaban. Eso solo le excito mucho más, pero claro, no todo dura para siempre.

—U-Uhm, casi me voy a venir.—Avisó, moviéndose mas rápido, casi a punto de gritar.

—Entonces ve... S-Saliendo.— Fang gimoteo, dirigiendo su mano a su miembro para que el placer fuera mayor.

Pero el "casi" de Buster fue un ahora. Estalló dentro del interior de Fang, desobedeciendo la orden del asiático. Este mismo, grito ante el estallido.

—¡A-Ah!— Su voz estaba tan excitada, tanto que su grito fue mas como una invitación a seguir.

El líquido blanco escurría por sus muslos mientras Buster se iba retirando de la entrada de Fang, totalmente satisfecho.

Claro, también Fang se vino, pero solo manchó su propio estómago.

El asiático ahora estaba cansado y agotado. Su rostro sonrojado y su cabello despeinado lo decían todo.

—Buster, eres el amor de mi vida.—Murmuró.

El pelinaranja sonrió y suspiró, abrazando a Fang y acurrucandose en su pecho— Yo te amo mucho más, y... Siempre desee esto.— Confesó apenado, tratando de ocultar su mirada.

—Jeje, tengo al mejor novio del mund- — Fang no pudo terminar su oración. Cayó rendido ante la almohada y cerró sus ojos, descansando después de tremenda cojida.

Buster rió, acariciando el bello cabello de Fang. Realmente amaba a ese hombre, con todo su ser, tanto que esta vez no tuvo miedo de tener otra clase de vínculo con él.

Pero bueno, Buster no podía dormirse sucio. Eran las 2:00 AM, y necesitaba un baño, aunque claro, no antes sin darle un besito a Fang en los labios. El también necesitaba un baño, tal vez Buster lo pase a limpiar cuando terminé.


(...)


Cómo podrán ver, las últimas partes fueron lineales. Las demás no lo serán. Disfruten

𝟯𝟬 𝗗𝗶́𝗮𝘀 𝗢𝗧𝗣 | 𝗕𝘂𝘀𝘁𝗮𝗻𝗴Donde viven las historias. Descúbrelo ahora